¿Es mejor que los niños no desayunen a que lo hagan a base de ultraprocesados? Nutricionistas y padres no se ponen de acuerdo

¿Es mejor que los niños no desayunen a que lo hagan a base de ultraprocesados? Nutricionistas y padres no se ponen de acuerdo

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¿Es mejor que los niños no desayunen a que lo hagan a base de ultraprocesados? Nutricionistas y padres no se ponen de acuerdo

Ayer se creó una polémica a raíz de las declaraciones de Juan Llorca en La Ser en las que indicaba que era mejor que los niños no desayunaran a que desayunaran leche con chocolate y galletas o magdalenas. Al continuar escuchando la entrevista, Llorca se refiere a la cantidad de azúcar de absorción rápida que obtienen los niños con este tipo de desayunos. El cocinero sugiere, entonces, otros desayunos como el pan integral con tomate, fruta, tostada con mantequilla de cacahuete, tostada con queso, copos de maíz o incluso un vaso de leche sola con una fruta.

Sin embargo, las críticas, defensas y comentarios a los indicado por el cocinero no tardaron en explotar en Twitter. Por un lado aquellos que criticaban la posible irresponsabilidad de la frase en un contexto social en el que la pobreza infantil se encuentra muy elevado. Por el otro, dietistas y nutricionistas que afirmaban estar de acuerdo con lo indicado por Llorca.

La importancia del contexto

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Las criticas a la frase dicha por Juan Llorca se han centrado en el extremismo y, sobre todo, en el hecho de que hay niños en situación de pobreza que quizás no se puedan permitir decidir qué comer y qué no ya que no tienen muchas opciones.

Por el otro lado, nos encontramos en un contexto en el que existe una importante incidencia de obesidad infantil, habiéndose multiplicado por 10 en los últimos 40 años. A eso se le une el aumento de enfermedades como la diabetes tipo 2 o el hígado graso no alcohólico en niños. Todo esto relacionado con el aumento en el consumo de ultraprocesados y productos con alto contenido en azúcar añadido.

Dentro de este contexto, en el caso de que los niños tengan la posibilidad de hacer todas las comidas y mantener una nutrición equilibrada, realizar un desayuno lleno de azúcares libres y harinas refinadas resulta poco saludable. En estos casos los niños estarían consumiendo azúcares libres de rápida absorción, pero además no estarían consumiendo ningún nutriente saludable, lo que afecta directamente a su salud. ¿Es preferible en estos casos que no desayunen? Vamos a ver qué dice la ciencia al respecto.

Qué dicen la ciencia con respecto al desayuno

Etienne Girardet 360030 Unsplash

Algo en lo que muchas investigaciones actuales coinciden es en que no desayunar, en un contexto habitual en el que se hacen otras comidas, no parece tener efectos perjudiciales para nuestra salud. Es más, sabemos que el mito de que el desayuno es la comida más importante del día surgió con la revolución industrial y se desarrolló en los años 40 con la industria de los cereales.

En el caso concreto de los niños, la pregunta no es si desayunar o no desayunar. En el caso de que el desayuno sea saludable, no contenga cantidades ingentes de azúcar, esté formado por fruta, leche y cereales integrales, este parece tener beneficios para el rendimiento de los niños en el colegio.

Sin embargo, algunas investigaciones encuentran que los niños están consumiendo solo en el desayuno 10 veces más azúcar que el recomendado para todo el día. En nuestro país el informe Aladino encuentra que solo el 2,8% de los desayunos de nuestros escolares incluyen fruta, mientras que la mayoría incluyen algún tipo de bollería o galletas.

Si nos ponemos a buscar encontramos varias investigaciones que refieren cómo desayunar mejora el rendimiento de los niños en el colegio en comparación con aquellos que no desayunan. Sin embargo, cuando observamos más de cerca vemos que estas investigaciones no especifican con qué tipo de desayuno han llevado a cabo la investigación ni qué consumían los niños que participaban en el estudio.

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Es más, si te fijas todavía más encontramos que algunos de estos estudios han recibido financiación de la industria alimentaria para ser llevados a cabo. Por ello, cuando nos ponemos a buscar investigaciones que evalúen si es mejor desayunar cualquier cosa que no desayunar en absoluto nos encontramos con que la importancia del desayuno - y de cualquier comida - no radica tanto en hacerla o no como en qué comemos cuando la hacemos.

En este caso, algunas investigaciones encuentran que al evaluar el efecto de diferentes tipos de desayuno: leche y cereales, leche, una manzana y un trozo de tarta de chocolate o leche, una manzana, pan integral y crema de cacahuete, el único desayuno que proporcionaba mejoras cognitivas -en comparación con no desayunar - era el último de ellos. Es decir, el que no incluía azúcar y harinas refinadas.

De hecho, parece que tomar desayunos que contengan azúcar no solo no mejora el rendimiento escolar ni cognitivo, sino que más bien al contrario. Algunas investigaciones han encontrado que desayunar durante cuatro días desayunos altos en azúcar y grasas saturadas mostraban dificultades tanto en la capacidad de aprendizaje como en la memoria. En definitiva, tomar un desayuno lleno de azúcar libre puede ser más perjudicial que no desayunar.

Evidentemente, si no desayunan pero posteriormente comen en el recreo un bollo, no estaremos solucionando nada. Lo importante es lo qué comemos cuando comemos, no el número de comidas que hacemos.

La necesidad de seguir informando a la población

Ben Kolde 652852 Unsplash

Culturalmente, durante muchos años, nos han inculcado que el desayuno era la comida más importante del día. Y no solo eso, sino que los niños necesitan energía para poder rendir durante el día. La información nutricional que tenemos, además, es en muchos casos insuficiente.

De esta manera nos hemos encontrado en una situación en que, en muchos casos, creemos que los yogures de cualquier tipo son saludables a pesar de que muchos de ellos tienen mucha cantidad de azúcar. Hemos creído que los cereales son un desayuno saludable sin tener consciencia de la cantidad de azúcar y harinas refinadas en ellos. Por el momento seguimos sin tener información y educación suficiente sobre la relación entre productos ultraprocesados y obesidad tanto infantil como adulta.

Además de esto, nos encontramos en una cultura con un importante ambiente obesogénico, en el que es muy sencillo acceder a alimentos ultraprocesados con grandes cantidades de azúcar. Los paquetes de los productos procesados dirigidos a niños son bonitos, llamativos, con motivos que atraen a los niños.

Teniendo esto en cuenta, ni se puede ni se debe culpabilizar por seguir u ofrecer este tipo de alimentación. El trabajo está en conseguir dar a los consumidores una información adecuada. Es importante que nosotros dispongamos de toda la información: conocer la relación entre azúcar añadido, harinas refinadas y alimentos ultraprocesados y obesidad - además de otras enfermedades. Que sepamos qué productos tienen azúcar añadido y en qué cantidades. Cuáles son los que están elaborados con harinas refinadas y cuáles no.

Además, es importante también ofrecer alternativas realistas y accesibles. Si solo "prohibimos" sin ofrecer alternativas que sean accesibles no estaremos facilitando el cambio. Una vez que realmente tengamos toda la información y las posibles alternativas, seremos capaces de tomar decisiones informadas y realmente libres. Por supuesto, cada uno puede decidir seguir consumiendo lo que desee, pero al menos será desde un lugar informado.

Alternativas de desayuno

Nirzar Pangarkar 28869 Unsplash

No vamos a negar que, a veces tenemos prisa, porque lo tenemos en casa o porque es una ocasión especial, consumimos algún alimento ultraprocesado y no pasa nada. Sin embargo, nuestra alimentación no debería basarse en estos productos y tampoco nuestros desayunos. Eso incluye a las galletas, el cacao azucarado, los yogures con azúcar o los cereales refinados y con azúcar añadido.

¿Entonces qué? Entonces tenemos una serie de alternativas, algunas más sencillas y otras más complejas. Entre ellas podemos encontrar bocadillos o tostadas de pan integral con queso fresco y una fruta entera, tostadas con crema de cacahuete casera y brochetas de fruta, leche con avena y frutas.

Si queremos algo más elaborado podemos hacer porridge de avena con plátano, galletas de avena y manzana o yogur con granola y frutos secos. En Vitónica tenemos numerosas recetas saludables para los desayunos de nuestros pequeños que pueden darnos ideas si queremos ofrecer desayunos más nutritivos y saludables.

Imágenes | Unsplash

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