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Tus alimentos pueden ser tu medicina: siete buenas razones para consumir alimentos ecológicos

Tus alimentos pueden ser tu medicina: siete buenas razones para consumir alimentos ecológicos
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Hasta hace relativamente poco tiempo, yo estaba convencida de que dos alimentos cultivados de forma dispar no tenían por qué saber diferente ni ser desiguales nutricionalmente hablando. Sin embargo, cuando después de un montón de estudios científicos la Organización Mundial de la Salud comunicó que el 80% de las enfermedades de la civilización actual eran debidas al abuso de los antibióticos en el sistema de producción, que estaban creando resistencias en las bacterias, he de confesaros que se me encendió una lucecita roja de alarma.

No sé por qué se me vino entonces a la memoria aquella frase que le encantaba repetir a mi abuela: "Hipócrates solía decir ¡qué el alimento sea tu medicina!" quizá porque aunque no sólo somos lo que comemos, sí que podemos acabar dependiendo de cómo nos hayamos alimentado a lo largo de la vida.

Parece que está de moda o resulta políticamente correcto consumir alimentos que sigan las pautas de la agricultura ecológica porque, además de respetar el medio ambiente, al parecer también tienen más beneficios sobre la salud humana, ya que contienen más vitaminas (sobre todo de vitamina C), y también más contenido mineral (magnesio, calcio, potasio y fósforo). Es decir, que consumiéndo alimentos ecológicos aportamos al organimos una fracción mineral y antioxidante mayor, y más equilibrada.

En el caso de los alimentos de origen animal, los huevos de producción ecológica tienen más contenido en proteínas y su producción de ácidos grasos es muy más equilibrada que los de producción convencional. La carne de los conejos, por ejemplo, presenta un alto contenido en proteínas y bajo contenido en grasa. Y la de crianza ecológica tiene más contenido proteico.

Las frutas y verduras también presentan un menor contenido en agua. En la producción ecológica se utilizan fertilizantes a base de sustancias orgánicas, lo que supone una fertilización que se va liberando lentamente y que la planta puede absorber de manera más regular.

En la agricultura convencional, la planta absorbe junto con el agua la fertilización nitrogenada de fácil asimilación, lo que repercute sobre el producto, porque más contenido en agua significa menos contenido en la materia que contiene los nutrientes. Y, además, afecta al sabor y al peso porque si de un kilo de tomates un tercio es agua, ¿a qué precio lo estamos pagando?

El agua también es la vía de entrada de muchos patógenos responsables de los procesos de degradación y putrefacción de los alimentos. Por eso, ahora las frutas no nos duran ni una semana sin estropearse.

Las verduras cultivadas en invernaderos tienen grandes concentraciones de nitrato que son perjudiciales para la salud, sobre todo en bebés y ancianos. Aumentan cuando el cultivo tiene poca luz, como ocurre con los invernaderos ubicados en países con pocas horas de sol.

También es muy importante no recoger la fruta o la verdura de forma prematura porque cuando todavía está verde aún no se ha desarrollado todo su potencial del sabor. Lo ideal es comprar productos que no tengan que viajar grandes distancias.

Pattymooney

7 Razones para consumir productos orgánicos

  1. Son más saludables: Porque están libres de residuos tóxicos procedentes de fertilizantes sintéticos, antibióticos, aditivos y conservadores.
  2. Ayudan a mantener el balance bioquímico de nuestro organismo: Porque no contienen trazas de anabólicos ni de hormonas STB.
  3. Son más nutritivos: Muchos productos orgánicos tienen una mayor concentración de materia seca (contenido de un alimento una vez eliminada el agua) y mayores proporciones de vitaminas, proteínas, azúcares naturales y minerales que los productos convencionales.
  4. Tienen mejor sabor: Ya que los métodos utilizados en su producción son naturales y no alteran su calidad nutricional.
  5. Promueven el desarrollo sostenible del Campo y el comercio justo: A través del apoyo a productores medios y pequeños (huertos y granjas familiares, cooperativas de producción) que reciben un pago justo por sus productos.
  6. No dañan a los ecosistemas: Porque no utilizan variedades transgénicas (que sí usan pesticidas), ni se permite la irradiación de semillas; en cambio, promueven el cultivo de variedades autóctonas.
  7. Rescatan y promueven la biodiversidad: Porque los métodos de producción utilizados no generan problemas ecológicos, ni contaminan el suelo, ni el agua, ni la atmósfera.

En resumen, que si los productos orgánicos no tienen pesticidas, fertilizantes o adictivos sintéticos; si su sabor, color y aroma son de más calidad; si tienen más vitaminas, minerales y antioxidantes que los productos convecionales va a ser cuestión de plantearnos seriamente la posibilidad de pagar un poquito más para ganar en salud.

Hasta ahora, por su calidad y su elevado precio, los productos ecológicos estaban considerados como productos gourmet o delicatessen, pues conservan su auténtico aroma, color y sabor, y se conservan mejor. Felizmente, cada día es más fácil encontrarlos en los supermercados al uso, gracias al aumento del consumo de productos naturales.

En el Espacio Cuídate Mucho:

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