Diferentes tipos de masajes para recuperarnos del ejercicio

Diferentes tipos de masajes para recuperarnos del ejercicio
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Cuando entrenamos, nuestros músculos y articulaciones sufren bastante, y es por esto que debemos mimarlos un poco más. Normalmente los estiramientos y la alimentación suelen ser las formas de hacerlo, pero existe otra mucho más placentera y efectiva, los masajes.

Recibir una buena sesión de masajes a todos nosotros nos gusta y nos relaja, además de ser una de las mejores formas de recuperar nuestros músculos antes y después de realizar una actividad deportiva. Existen infinidad de técnicas encaminadas a la mejora de nuestra salud muscular mediante los masajes, y todas ellas buscan acelerar la recuperación y preparar nuestras fibras para el esfuerzo que van a llevar a cabo. Es importante que las tengamos en cuenta y las conozcamos.

Las piernas y la espalda son dos de las partes que más se ven afectadas por el ejercicio. Suelen ser habituales las molestias derivadas de la sobrecarga y el exceso de entrenamiento. El masaje es una de las mejores formas de aliviar tensiones y mantener a nuestros músculos jóvenes por más tiempo. Los masajes se pueden dar de diferentes maneras, desde los más simples con la manos, hasta otros más elaborados con piedras preciosas, chocolate...

Es importante que conozcamos los diferentes tipos de masajes que nos pueden servir para recuperarnos con facilidad. Ente los más conocidos destaca la mesoterapia. En esta modalidad se utilizan las manos, los nudillos, los pies, los brazos... para amasar nuestros músculos. Con esta técnica se consigue mejorar la circulación sanguínea de la parte trabajada, eliminando así los desechos localizados y facilitando la llegada de sangre nueva y oxigenada que es la que nos va a permitir una correcta recuperación y un buen funcionamiento.

Otra técnica muy utilizada es el drenaje linfático. Lo que se busca con este tipo de masaje es mejorar la circulación y la eliminación de sustancias de deshecho del organismo a través de la linfa. Esto se consigue mediante la descongestión de las zonas trabajadas a través de movimientos suaves, rítmicos y superficiales, ya que lo que se busca con este tipo de masaje es activar la circulación sin ahondar más en los músculos, sino que simplemente busca la mejora a través de un riego óptimo.

El masaje terapéutico es otra modalidad y se utiliza cuando ya padecemos una lesión. Consiste en mitigar las molestias derivadas de esta situación y conseguir mejorar la lesión para que desaparezca. Se realiza con los pulgares o los índices y consiste es ahondar en las fibras que forman la parte afectada para conseguir que se suelten y regresen a su estado habitual. Es una técnica muy eficaz en casos de sufrir un esguince, una contractura, tendinitis...

Junto a los masajes, los estiramientos son otra de las formas más fáciles de evitar lesiones y mantener unos músculos jóvenes, ya que mejoran la circulación sanguínea y consiguen eliminar tensiones de los músculos, que al estirarse pierden la rigidez que consiguen con su entrenamiento. Por esto es importante que no los dejemos en olvido al igual que los masajes para mejorar nuestra salud muscular.

Vía | Runners Imagen | funny-p

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