Cuando te miras en el espejo y no te gusta lo que ves: Las distorsiones corporales a las que nos sometemos hoy en día

Cuando te miras en el espejo y no te gusta lo que ves: Las distorsiones corporales a las que nos sometemos hoy en día
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La presión en nuestro día a día es muy elevada. El trabajo, la familia, las obligaciones… todo suele afectarnos. Un punto en el que también nos solemos sentir presionados es en la imagen física. Buscar la perfección es algo que muchos de nosotros tenemos a rajatabla. Entrenamientos extenuantes, sesiones de coaching, dietas, restricciones ... son las principales cosas que solemos llevar a cabo. El problema está cuando no somos conscientes de la realidad y aparecen las que conocemos como distorsiones físicas.

Actualmente estamos rodeados de imágenes que nos bombardean con cuerpos perfectos a los que supuestamente debemos aspirar. La publicidad, las redes sociales, las películas… Las imágenes que recibimos nos muestran unos cánones que muchas veces son casi imposibles o están idealizados. Esto hace que en muchos casos tengamos una percepción errónea de nuestro cuerpo y nuestra realidad y por ello pueden aparecer muchos trastornos. Es necesario evitarlo y para ello debemos estar alerta en todo momento.

Las redes sociales y los medios, principales referentes físicos

En primer momento vamos a hacer un repaso por las redes sociales y su efecto en la percepción de nuestro cuerpo. Existen muchos perfiles y páginas destinados a fomentar el deporte y el culto a una vida sana. Se trata de herramientas útiles, pues en muchos casos generan comunidad entre sus seguidores, haciendo que busquemos una consecución de objetivos más clara y constante. Pero en otros casos estos perfiles muestran una parte sesgada de la realidad y pueden llegar a ser hasta peligrosos.

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El problema comienza cuando no sabemos discernir entre la realidad y la ficción. Muchas veces estas imágenes que recibimos muestran solo una parte y en muchos casos se trata de imágenes retocadas en las que la realidad dista mucho de lo que vemos. Por eso hay que ser selectivos y saber cuáles son los límites y cuando estamos viendo una realidad y cuándo una imagen idealizada que tiene más que ver con la ficción. El problema está cuando nos dejamos influir por esto y queremos llegar a conseguir esos objetivos cueste lo que cueste.

Algunos trastornos que se pueden generar de una percepción errónea

Cuando queremos llegar a conseguir esos resultados podemos llegar a ver nuestro cuerpo como imperfecto. Esto lleva consigo un riesgo elevado, ya que podemos obsesionarnos por conseguir una realidad que no existe. En muchos casos pueden llegar a aparecer trastornos como la anorexia, la bulimia, la obsesión por el entrenamiento conocida como vigorexia… Es cierto que estos suelen ser extremos y tienen también un potente componente psicológico a la hora de llegar a materializarse un trastorno de estas características.

La frustración, el mástil de esta percepción errónea

Lo que sí debemos cuidar es la obsesión, pues en muchos casos, esta búsqueda de la perfección siguiendo un modelo falso puede llevarnos a una frustración crónica. Esto puede afectar tanto físicamente, ya que entrenaremos hasta la extenuación para conseguir unas metas que muchas veces son imposibles por nuestra morfología o genética. No hay que olvidar que cada uno de nosotros tiene unas características físicas que podemos variar, pero nunca cambiar.

También hay que tener muy presente que esta frustración puede afectarnos de manera psicológica. Esto suele conllevar hacer que nunca nos queramos ni nos aceptamos como somos. Es cierto que es bueno intentar mejorar y conseguir un físico más atlético, esbelto y saludable, pero en ningún caso debemos llegar a la obsesión o hacer que el centro de nuestra vida sea esto. Es necesario lograr un equilibrio, y para ello es importante saber discernir entre lo que es o no real en todas las imágenes que recibimos a través de las redes y medios que nos rodean.

Imagen | Bárbara Andrade Imagen 2 | Tina Franklin

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