La cafeína es nuestra mejor amiga en infinidad de ocasiones - los lunes por la mañana sin ir más lejos -. Algunos hemos intentado sobrevivir un tiempo sin ella, pero la realidad es que lo más posible es que acabemos volviendo a ella. La sensación de alerta y de estar más despiertos que nos provoca es innegable, aunque para algunos de nosotros - sobre todo si sufrimos de ansiedad - puede llegar a traernos algunos problemas.
La realidad es que, en muchos casos, no tenemos claro cuáles son los efectos concretos de la cafeína en nuestro organismo. La ciencia, sin embargo, ha evaluado dichos efectos para que sepamos cómo nos influye esta sustancia en nuestro cuerpo y nuestra vida. Los siguientes son los efectos de la cafeína en nuestro organismo.
Mejora nuestro rendimiento físico
El consumo de cafeína podría ayudar a mejorar nuestro rendimiento cuando estamos haciendo ejercicio, entrenando o realizando alguna actividad física. Algunas investigaciones han encontrado que el consumo de cafeína consigue que seamos más rápidos y resistamos más haciendo un ejercicio que si no hubieramos tomado nada.
Otras investigaciones encuentran que. además, el consumo de cafeína pueden ayudar a fortalecer los músculos de la parte superior del cuerpo y aumentar su potencia. Esto influiría directamente en nuestros resultados físicos.
Reducir el dolor (pero también generarlo)
El uso de cafeína puede ayudarnos a aliviar algunos dolores como el de cabeza. Es más, algunos medicamentos para el dolor pueden incluir cafeína en su composición. Las investigaciones sugieren que esto se debe a que la cafeína constriñe los vasos sanguíneos inflamados que van al cerebro. Según indican, la cafeína podría aumentar la efectividad de los analgésicos hasta en un 40%.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. Si sois consumidores habituales de café y alguna vez habéis tenido que dejarlo de golpe es posible que hayáis sufrido dolores de cabeza como consecuencia. Lo mismo ocurre con los analgésicos que llevan cafeína: si nos excedemos en su consumo es posible que al dejarlos los dolores de cabeza vuelvan incluso peor que antes de tomarlos.
Mejora nuestra atención
El efecto probablemente más conocido de la cafeína es el de conseguir espabilarnos y mantenernos más alerta. Además de eso, algunas investigaciones sugieren que la cafeína tiene la capacidad de conseguir que mejoren nuestros niveles de atención.
No solo eso, a pesar de no haber consenso al respecto, algunas investigaciones parecen sugerir que el consumo de cafeína también nos podría ayudar a reaccionar más rápido, mejor atención cognitiva y una mejor codificación de la nueva información que obtenemos.
Relación complicada con la diabetes tipo 2
Algunas investigaciones sugieren que las personas que consumen cafeína tienen menos riesgo de padecer diabetes de tipo 2. Hasta ahí todo son buenas noticias. Sin embargo, la cosa cambia si ya padecemos la enfermedad. Y es que, otras investigaciones sugieren que las personas que padecen diabetes de tipo 2 pueden sufrir problemas dado que la cafeína eleva sus niveles de azúcar y afecta a la sensibilidad de la insulina.
Molestias estomacales
Es posible que alguna vez hayáis escuchado que el café puede provocar úlceras estomacales. La evidencia científica no apoya esta teoría ni la de que pueda causar reflujo gástrico. Sin embargo, sí es posible que si ya sufrimos alguna de esas condiciones el consumo de café empeore nuestros síntomas.
Completamente segura en dosis moderadas
Las investigaciones realizadas al respecto no encuentran ningún tipo de adversidad relacionada con el consumo moderado de café. No se encuentran efectos tóxicos, ni cardiovasculares, ni problemas en los huesos, ni un aumento del riesgo de padecer cáncer o infertilidad que esté relacionado con un consumo diario de 400mg de cafeína.
En los casos especiales como el embarazo, el consumo debería ser inferior a 300-200mg por día, ya que las circunstancias que rodean a esta población son diferentes. En el caso de las personas con problemas cardiovasculares, lo ideal es que reduzcan también su consumo.
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