El consumo de carne procesada podría aumentar el riesgo de sufrir demencia

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El aumento de la esperanza de vida unido a unos estilos de vida menos activos y una alimentación menos saludable hace que la prevalencia de demencia esté aumentando a nivel mundial. El papel de la dieta es vital para prevenir esta enfermedad y alimentos nada saludables como la carne procesada se asocian con el riesgo de demencia.

Es imprescindible comprender que hablamos de carne procesada, no de carne en general. Es un matiz que lo modifica todo y que puede llevarnos a error al leer titulares como hace unos años cuando se hizo viral que el consumo de carne causaba cáncer. Sin embargo nada tiene que ver una pechuga de pavo fresca, con un embutido de ese mismo animal.

Recalcado ese aspecto, la revista The American Journal of Clinical Nutrition ha publicado hace unos días una investigación con casi medio millón de participantes de Reino Unido estudiando la asociación entre el consumo de carne procesada y el riesgo de demencia.

Carne procesada y demencia: ¿existe relación entre ellos?

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La conclusión de la citada investigación es que el consumo de carne procesada es un factor de riesgo potencial para la demencia incidente, independientemente del alelo APOE ε4. Este alelo es referente a los avances en nutrigenómica y nutrigenética que nos permiten saber si la activación de ciertos genes pueden aumentar el riesgo de enfermedades, como demencia en este caso.

Por tanto, tengamos mayor o menor riesgo debido a nuestra genética, la carne procesada debe ser evitada para disminuir el riesgo de demencia (alzheimer principalmente y otras formas de demencia). Por supuesto, aunque no es el foco de este artículo, la actividad física y un estilo de vida saludable nos ayudan a prevenir esa pérdida en las funciones cognitivas.

El consumo de carne procesada aumenta al mismo ritmo que las personas con demencia

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A pesar de esta relación indeseable, el consumo de carne se ha duplicado, incluso triplicado a nivel mundial. Dentro de esa carne, la que nos preocupa principalmente es la procesada como los embutidos y toda la carne que no sea fresca: hamburguesas, hot dogs, embutidos....

La carne roja tiene una mención aparte ya que aunque no llega a los niveles de la carne procesada, también guarda una ligera relación de riesgos de demencia. Todo siempre comprendido dentro de un contexto en el que nada tiene que ver una persona sedentaria que se alimenta a base de procesados con una persona activa que alguna vez se come una hamburguesa o un perrito caliente.

Aplicación práctica

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Evita la carne procesada y limita la carne roja. El resto de carnes saludables de aves y animales puede ser ingerida sin mayor preocupación. En cualquier caso, por nuestra salud y por la salud del planeta puede ser aconsejable cumplir con el rato 3:1 para el consumo de pescado:carne.

Consumir tres veces más pescado que carne es una estrategia simple y que nos permite consumir alimentos ricos en proteína y con grasas saludables (salmón, atún, sardina...). En una semana podríamos tomar unos cinco días de pescado y dos de carne, en el caso que todos los días ingiramos este tipo de animales. Y en esos dos días de carne no consumir carne procesada y limitar la carne roja de baja calidad (chorizos, bacón, salchichas, etc.).

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Imágenes | iStock

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