Todo sobre el aceite de semilla de uva: propiedades, beneficios y su uso en la cocina

Todo sobre el aceite de semilla de uva: propiedades, beneficios y su uso en la cocina

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Todo sobre el aceite de semilla de uva: propiedades, beneficios y su uso en la cocina

Entre los distintos tipos de aceites que existen en el mercado el aceite de oliva es el más usado y recomendable para una dieta sana. Sin embargo, opciones menos populares también pueden ofrecer grandes ventajas, tales como el aceite de semilla de uva del cual hoy te contamos sus propiedades, beneficios y su uso en la cocina.

Propiedades del aceite de semilla de uva

Como todo aceite, el derivado de las semillas de uva contiene un 99,9% de grasas, entre las cuales predominan los ácidos grasos insaturados, siendo mayor la proporción de ácido linoleico (omega 6) que linolénico (omega 3), según un estudio publicado en 2009, y manteniéndose esta proporción aun cuando la variedad de uva cambia.

Asimismo, cuenta con polifenoles con efecto antioxidante, fitoesteroles, tocoferol, carotenoides y muchos otros fitoquimicos más que se asocian a un efecto antiinflamatorio en el organismo, según señalan científicos de Brasil. Sin embargo, la mayor parte de los polifenoles antioxidantes se encuentran en los residuos tras el prensado de las semillas para la extracción del aceite.

Por último, debemos decir que no sólo es un aceite con buenas propiedades nutricionales, sino también, organolépticas, ya que tiene un sabor neutro cuando se trata del refinado y más semejante al vino y frutado cuando se trata del aceite de semilla de uva virgen.

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Beneficios del aceite de semilla de uva

Por su riqueza en antioxidantes el aceite de semilla de uva podría ofrecer grandes beneficios al organismo humano: desde una reducción del estrés oxidativo ocasionado por ejercicio intenso o enfermedades hasta mejores defensas por impulsar el sistema inmunitario.

Sin embargo, in vitro también se ha probado que sus antioxidantes pueden reducir la proliferación de células cancerosas, algo que podría ser de ayuda para prevenir y/o controlar el cáncer acompañado de otros hábitos, tratamientos o recursos por supuesto.

Por otro lado, los polifenoles entre los que destaca el resveratrol, pueden tener efecto antiinflamatorio como señalamos antes y ello, contribuir a una mejor salud metabólica general. Así, este aceite también se ve como un buen alimento para promover el funcionamiento cardiovascular y prevenir patologías asociadas.

Incluso, su poder antioxidante podría evitar la oxidación de lípidos en sangre y así, ayudar a prevenir la aterosclerosis, algo que muchos otros aceites y alimentos también logran cuando poseen variedad de nutrientes con función ante los radicales libres del oxígeno en nuestro cuerpo.

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Cómo usar aceite de semilla de uva en la cocina

Aunque a muchos no le resulta agradable el sabor del aceite de semilla de uva virgen, la realidad es que resulta muy semejante al vino tinto, por lo tanto, si éste es de su agrado el aceite también lo será.

El aceite de semilla de uva refinado tiene sabor neutro, aunque similar perfil de ácidos grasos que la versión sin refinar, pero con menos minerales y polifenoles.

Ambos son muy estables al calor, por lo que pueden usarse en la cocina tal como otros aceites e incluso, para freír, ya que su estructura no se modifica a altas temperaturas y podemos garantizar cierta calidad nutricional en el resultado final.

De lo contrario, podemos emplearlo para aliñar preparaciones, para elaborar pasteles, condimentar u otros procesos culinarios más, en tantos platos como nos apetezca.

Aunque el aceite de semilla de uva es una buena opción, no es la alternativa ideal ni posee propiedades milagrosas, pues sus polifenoles antioxidantes responsables de gran parte de sus beneficios, también podemos obtenerlos de muchos otros alimentos que los contienen.

Bibliografía consultada | European Journal of Lipid Science and Techonology, Volume 111, Issue 2, No. 2 February 2009, Pages 188–193; Nutr Metab Insights. 2016; 9: 59–64, doi: 10.4137/NMI.S32910; International Journal of Food Sciences and Nutrition, volume 60, 2009 - Issue 1; Food Chemistry, Volume 112, Issue 3, 1 February 2009, Pages 551–559; Food Chemistry, Volume 128, Issue 2, 15 September 2011, Pages 391–399.
Imagen | iStock

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