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El estrés y tu pareja

El estrés y tu pareja
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¿Habéis sentido alguna vez que en momentos de estrés y agotamiento ha sido vuestra pareja la que ha pagado los "platos rotos"? Si es así, probablemente habéis sido conscientes después del momento de furia, puesto que la tensión os habrá impedido ver que estabais siendo exagerados o incluso injustos en vuestra reacción. Es sabido que los malos momentos y el peor carácter se suele desahogar con la persona más cercana y con la que se tiene más confianza. Los problemas y el estrés que vivimos en nuestros días acaban teniendo consecuencias sobre nuestro descanso, salud y entorno.

Unas medidas

Aún así es necesario "templarse" y aprovechar los momentos de paz para intentar enmendar las conductas futuras. A ciertas edades es difícil modificar la manera de reaccionar, pero no imposible. El cansancio y el estrés nos impiden en ocasiones actuar con la paciencia y lucidez que debiéramos.

Tomar medidas y ser conscientes de nuestra conducta es fundamental a la hora de abordar los efectos del estrés. Lo primero es reconocer cuando se esta atravesando un momento de nerviosismo, cansancio o estrés. Es complicado, pero no hay que engañarse, en estos momentos cualquier conducta ajena puede aumentar nuestro estado de agitación o molestarnos. Antes de iniciar una discusión lo mejor sería ser capaces de callar o alejarse de la "zona X" por muy ofendido o dolido que nos encontremos, puesto que en este estado la mayor parte de las estas ofensas son magnificadas por nosotros.

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El estrés

Los momentos actuales someten al ser humano a presiones constantes, siendo el estrés y la ansiedad efectos directos. La contaminación, dietas desequilibradas y la falta de sueño tienen un impacto directo sobre nuestros niveles de energía, que se ven afectados, causando síntomas como irritabilidad, ansiedad, falta de concentración, fatiga física y cansancio extremo. El estilo de vida en el que estamos inmersos produce niveles de ansiedad y nerviosismo cada vez más elevados.

El estrés y la ansiedad son muy frecuentes en los países desarrollados y pueden provocar insomnio u otros trastornos que influyen en nuestra calidad de vida. La explicación es que estamos expuestos constantemente a situaciones estresantes, como el trabajo, prisas cotidianas, horarios y responsabilidades que además se pueden agudizar por cuestiones puntuales como contratiempos, enfermedades, conflictos personales o sociales, muy presentes en el momento actual.

Reflexionar

Tras una discusión con nuestra pareja, muy posiblemente, nos demos cuenta de que nada era tan grave. En cualquier caso en momentos de estrés se debería evitar el conflicto, ya que este es un agravante más de la situación y nuestro estado. Sería recomendable, en momentos de serenidad, estar atentos y detectar situaciones que nos molestan o disgustan con respecto a nuestra pareja y si estos son realmente relevantes. Si esta práctica se lleva a cabo seremos lo suficientemente objetivos para reconocer cuando una discusión ha tenido su raiz en causas subjetivas probablemente motivadas por estrés.

Por último y sí todo lo anterior ha fallado, queda una última cuestión: disculparse y reconocer la propia tensión. Frente a una disculpa no queda conflicto, es la mejor manera de recuperar la paz y la comprensión de nuestra pareja. Eso siempre calma cualquier tormenta y desarma al "enemigo- amigo".

Imágenes | mrhayata, StuSeeger

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