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Hoy no me puedo levantar: cómo afrontar el madrugón

Hoy no me puedo levantar: cómo afrontar el madrugón
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¿Conocéis ese chiste en el que un padre despierta a su hijo por la mañana porque tiene que ir al cole, y este le dice que no quiere ir porque no tiene ganas, porque se aburre y porque los niños se ríen de él, y el padre le da otras tres razones por las que sí que tiene que ir: porque es su obligación, porque tiene cuarenta años y porque es el director?

Pues así se sienten muchas personas por la mañana, cuando tienen que levantarse para ir a trabajar. Porque, para la mayoría de las personas, madrugar supone un gran esfuerzo.

Siempre se ha dicho que en España se vive mucho la noche. Los especialistas en cronobiología nos invitan a recuperar nuestros ritmos naturales con el fin de adaptarnos a los nuevos horarios y a las exigencias laborales.

Activarse de día y dormir por la noche es el más habitual de nuestros ritmos biológicos. Cuando disminuye, conviene irse a descansar. Ese momento suele oscilar entre las 21,00 y las 24,00 h, en función de las personas.

Rob Pongsajapan

Nuestro reloj del sueño está basado en la temperatura del cuerpo. Esta alcanza su apogeo a finales de la tarde, luego desciende. Para saber si eres diurno o nocturno lo mejor es tomarse la temperatura. La de los mañaneros oscilará entre los 36,8 y los 37 grados centígrados, y la de los nocturnos entre los 36,5 y los 36,7 grados centígrados. Si eres mañanero, tus tasas de azúcar y de oxígeno en sangre serán lo suficientemente elevadas como para haber recargado tus pilas.

Las personas a las que les cuesta más madrugar tienen su reloj biológico programado para despertarse más tarde y, probablemente, también para trasnochar más, lo que les dificulta adaptarse a los horarios laborales.

El fin de semana me sentó fatal

Las “aves nocturnas” deberán tomarse el tiempo que necesiten, no poner nunca el despertador antes de las 7,00 h, y desperezarse por medio de estiramientos. De este modo, recuperarán sus ritmos. Los fines de semana podrán reponerse del cansancio acumulado durante la semana, pero es muy importante no levantarse demasiado tarde el domingo, ya que el lunes podría ser durísimo.

Los expertos advierten que durante la semana al madrugar “acostumbramos” a nuestro cuerpo a un ritmo artificial, por lo que si cuando llega el fin de semana, dejamos que nuestro organismo vuelva a su ritmo natural, es lógico que los primeros días de la semana sintamos que nos cuesta un mundo el podernos levantar.

El ritmo de vida frenético de la vida actual está dando al traste con las buenas costumbres de toda la vida. La “santa siesta” tan apreciada por su valor reparador y por sus propiedades relajantes tiende a desaparecer. Y eso que descabezar un sueñecito de unos 20 minutos resulta increíblemente reparador, ya que está demostrado que cada 90 minutos experimentamos una necesidad natural de relajarnos o de escaparnos, aunque sólo sea soñando.

Para estar sanos y vivir muchos años hay que procurar mantener un buen equilibrio entre el sueño y la vigilia. Dormir es necesario para mantener las funciones cerebrales, conservar las energías y proteger el sistema inmunológico del organismo. Cuando no dormimos lo suficiente, sentimos malestar general, perdemos la memoria, nos concentramos menos y aumentamos la irritabilidad.

A partir de la 19,00 h la temperatura de nuestro cuerpo empezará a descender. Y el organismo irá entrando, poco a poco, en un fase de reposo. Una bajada de la vigilancia que conviene respetar y que nos indica, de forma natural, la hora de acostarnos, para no hipotecar la calidad y la duración de nuestro sueño, y despertarnos al día siguiente con las pilas cargadas y de buen humor.

Consejos para madrugar

- ¡No te obsesiones con dormir! Quítale importancia, respira hondo y ya verás como logras dormir mejor y levantarte sin mayores problemas.
- Trata de establecer un rutina horaria. No tardes en acostarte más de lo necesario porque el insomnio acaba pasando factura.
- Es importante levantarse a la misma hora cada día, incluyendo fines de semana y vacaciones.
- Cuando te despiertes no permanezcas mucho tiempo en la cama.
- Es mejor cenar dos horas antes de acostarse, y evitar las cenas copiosas.
- Acostúmbrate a utilizar la cama sólo para dormir no para trabajar ni para ver la tele.

Seguir unos hábitos saludables antes de acostarse, y no obsesionarse con dormir son la calve para afrontar con buen humor los madrugones.

Fotos | Vince Alongi, Rob Pongsajapan, Quinn Drombrowski

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