Baby-led Weaning o alimentación complementaria guiada por el bebé: en qué consiste y cuáles son sus efectos en el desarrollo infantil

Baby-led Weaning o alimentación complementaria guiada por el bebé: en qué consiste y cuáles son sus efectos en el desarrollo infantil

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Baby-led Weaning o alimentación complementaria guiada por el bebé: en qué consiste y cuáles son sus efectos en el desarrollo infantil

Cuando es momento de comenzar con la incorporación de sólidos en la dieta del bebé solemos seguir las recomendación del pediatra, sin embargo, hay un nuevo método llamado Baby-led Weaning (BLW) o alimentación complementaria guiada por el bebé que deja atrás la clásica forma de incorporar alimentos en los peques mediante papillas. Te contamos en qué consiste y cuáles son sus efectos en el desarrollo infantil.

BLW o destete dirigido por el bebé

Aunque es un método diferente para la introducción de sólidos y por eso lo vemos como una forma alternativa de iniciar la alimentación complementaria, en realidad el BLW no es otra cosa que el destete dirigido por el bebé.

Los bebés pueden comer solos cuando ya su aparato digestivo ha madurado, pueden sentarse y sujetar objetos con las manos, desde entonces, el BLW plantea ofrecer trozos de alimentos a los bebés (de calidad, tamaño y consistencia adecuada) en lugar de papillas o purés para que comiencen a incorporar sólidos.

Así, este método cada vez más usado pero aun nuevo propone dejar a un lado la cuchara y alentar a los bebés a el autoconsumo mediante el uso de sus pequeñas manos, pues se considera que lo que el bebé es capaz de sujetar y conducir a su boca es también capaz de tragar sin problemas.

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Para ello, no sólo se debe colocar frente al bebé los trozos de alimentos sino que también debemos dejar que ellos mismos los introduzcan en su boca, pues como su nombre lo indica, el método debe ser guiado por el bebé y no debemos ser nosotros los que le demos de comer al pequeño.

Con este mismo fin es indispensable sentar al bebé en los momentos de comida familiar, pues sólo de esa forma el niño aprende por imitación los gestos propios del acto de comer como sujetar alimentos, abrir la boca y demás, y progresivamente va introduciendo todo tipo de alimentos.

No cualquier "trozo de comida" es recomendable

En un principio, cuando recién comenzamos a incorporar los sólidos, los alimentos ofrecidos al bebé deben ser de gran tamaño, un poco más que el volumen de su puño y su consistencia debe ser blanda para que el niño puede sujetar bien el alimento y lo chupe sin mayor riesgo de atragantarse.

Algunos ejemplos son verduras en bastones o trozos grandes ya cocidas como patata, zanahoria, brócoli u otras, filetes de carne, frutas maduras en trozos y demás.

Si queremos podemos ofrecer alimentos más pequeños como garbanzos, guisantes, granos de maíz, arroz o similares, pues si el niño es capaz de hacer pinza con sus dedos y de introducirlos en su boca no se atragantará con ellos, de lo contrario, le será imposible comerlos y los dejará.

Como en toda alimentación complementaria, es recomendable sentarnos a la mesa con nosotros y ofrecerles alimentos que la familia consume, siendo siempre de buena calidad nutricional y respetando tiempos adecuados. Por ejemplo, esperaremos para ofrecer alimentos alergénicos (sobre todo si en la familia hay predisposición a alergias) como huevo, pescado o frutos secos.

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Los miedos y potenciales riesgos del BLW

Como estamos tan acostumbrados a las papillas y purés para comenzar a introducir los sólidos, muchos son los que temen por un posible atragantamiento o asfixia en los más pequeños, sin embargo, un estudio publicado el año pasado concluye que la practica de BLW no produce más episodios de asfixia por alimentos que la alimentación convencional y que si bien produce más arcadas a los 6 meses de edad, a los 8 meses de edad son los bebés alimentados con papillas y purés los que realizan más arcadas en comparación con los que guían su propio destete.

Por supuesto, es primordial que nunca seamos nosotros los adultos los que coloquemos alimento en la boca del bebé sino dejar que ellos solos lo hagan, y si no lo hacen no hay de qué preocuparse porque como siempre, lleva tiempo a que ellos mismos lo hagan.

Además, es fundamental no dejar sólo al niño mientras come sino que siempre debe comer bajo la supervisión de un adulto y con las manos, sin utensilios de cocina.

Por otro lado, podemos entrenarnos en la realización de la maniobra de Heimlich para actuar en caso de emergencia si nuestro hijo se ha atragantado, pero no tendremos miedo si ellos hacen una arcada simplemente porque es la respuesta natural del bebé ante un trozo muy grande que lo regresará a la boca para volver a tragar cuando lo sienta oportuno.

El BLW es en realidad un método seguro si se aplica correctamente y a diferencia de lo que pensamos sus riesgos pueden ser más relacionados con la nutrición si el niño no tiene un desarrollo adecuado que les permita sujetar correctamente los alimentos, según indica un estudio publicado en Maternal & Child Nutrition.

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Los beneficios del BLW sobre el desarrollo infantil

Los niños que se introducen sólidos bajo el método BLW deben aprender sólos cómo alimentarse y ellos mismos regulan la cantidad de lo ingerido, por ello, tienen un buen desarrollo motriz y además, pueden tener menor incidencia de sobrepeso y obesidad porque cuando ellos dicen suficiente, no hay más oferta de alimentos y además, son niños que aceptan mejor las diferentes texturas y sabores como lo señala una investigación publicada en la revista JAMA Pediatrics.

Además, como indican científicos de Nueva Zelanda, los bebés que guían su propia alimentación complementaria comparten con mayor frecuencia la mesa familiar y ello puede tener muchos beneficios para la salud actual y futura. Asimismo, comen más alimentos elaborados en casa y que toda la familia consume e ingieren menos procesados de origen industrial como por ejemplo, potitos o papillas que pueden tener mucho azúcar añadido en su composición.

Por otro lado, un estudio publicado en 2011 señala que las madres que adoptan el BLW tienen menos preocupación por el peso del niño y ejercen menos restricción y presión en la alimentación del mismo, todo lo cual favorece una conducta alimentaria normal, ya que tanto obligar a comer como prohibir perjudican la misma.

El BLW puede ser aplicado estrictamente o si lo deseamos y no estamos del todo seguro de su práctica, podemos combinarlo con papillas tradicionales. Por ejemplo, yo desde los 6 meses usé papillas pero compartía la mesa familiar con mi bebé y elaboraba alimentos aptos para ella de manera que si los deseaba y los podía sostener los comía. Esto cambió a los ocho meses y medio cuando mi niña decidió que no quería más papillas y desde entonces sólo sólidos en su dieta a su criterio. Hoy realmente se nota la diferencia en la aceptación de sabores y texturas con respecto a otros bebés, ya que desde que tiene 15 meses come una manzana con su piel, ella sola con sus manos (se la doy entera bien lavada).

Bibliografía consultada | Pediatrics. 2016;138 (4). pii: e20160772; Maternal & Child Nutrition, Volume 7, Issue 1, January 2011, Pages 27–33; JAMA Pediatr. Published online July 10, 2017. doi:10.1001/jamapediatrics.2017.1284; BMJ Journal, Volume 3, Issue 12, http://dx.doi.org/10.1136/bmjopen-2013-003946; y Maternal and Child Health Journal, November 2011, Volume 15, Issue 8, pp 1265–1271.
Imagen | iStock

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