Día mundial del ictus: estos son sus factores de riesgo modificables y cómo prevenirlos

Día mundial del ictus: estos son sus factores de riesgo modificables y cómo prevenirlos

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Día mundial del ictus: estos son sus factores de riesgo modificables y cómo prevenirlos

Los ictus, o infartos cerebrales, son una interrupción repentina del riego sanguíneo cerebral y se tratan de la primera causa de muerte por enfermedad en mujeres en nuestro país. Estas interrupciones del riego sanguíneo pueden ocurrir por una hemorragia cerebral o por una isquemia cerebral causas por un trombo.

Una de las claves para que la gravedad del ictus sea menor es que se detecte lo antes posible y se dé un tratamiento rápido. Pero antes de eso, existen una serie de factores de riesgo asociados a las posibilidades de padece un ictus. Sobre algunos de ellos, como la edad, el sexo, la genética, raza o enfermedades como el cáncer no los podemos controlar o modificar. Sin embargo, existen otros factores que sí podemos modificar y es importante que los conozcamos de manera que podamos prevenir hasta cierto punto la aparición de estas lesiones cerebrales.

El consumo de tabaco

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Fumar tiene un alto número de consecuencias para nuestro organismo que hacen que sea un importante factor de riesgo en las posibilidades de sufrir un ictus. Para empezar, el consumo de tabaco aumenta nuestra presión arterial, afecta a nuestra coagulación, disminuye los niveles de colesterol "bueno" y provoca fibrilación arterial.

Dejar de fumar por completo es la mejor manera que tenemos de reducir este factor de riesgo. El consumo de tabaco, aunque sea bajo o esporádico también conlleva riesgos, así que dejarlo por completo es la mejor solución. Para ello en Vitónica os hemos dado algunas de las mejor soluciones para dejarlo para siempre.

Hipertensión arterial

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La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo relacionados con el ictus. Alrededor el 70% de las personas que sufren estos infartos cerebrales padecen una tensión arterial alta. El riesgo aumenta con el aumento de la tensión arterial, por lo que es uno de los factores de riesgo sobre los que más vigilancia y control debemos tener.

A la hora de realizar un control y prevención de este factor lo mejor que podemos hacer es medirnos la presión arterial por las mañanas. Según algunas investigaciones, una presión arterial por encima de 155 mmHg por las mañanas está asociado a una posibilidad siete veces mayor de sufrir un ictus.

Niveles altos de estrés

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Periodos de estrés alto pueden tener consecuencias en nuestro organismo que constituyan un factor de riesgo en el sufrimiento de un ictus cerebral. El riesgo, según algunos datos, es hasta cuatro veces mayor que el de las personas que no los padecen. Aprender técnicas para controlar nuestros niveles de estrés y para relajarnos o acudir a terapia nos puede ayudar a reducir este riesgo.

La realización de ejercicio

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La realización de ejercicio y deporte no solo nos ayudará a mantenernos más activos, sino que ayudará a reducir el riesgo de padecer colesterol alto o enfermedades como la diabetes que puede influir en la aparición del ictus. En concreto, las personas que padecen diabetes de tipo 2 tienen un riesgo 1,8 veces mayor los hombres y 3 veces mayor las mujeres de padecer un infarto cerebral. Mantenernos activos además de mejorar el riego sanguíneo que llega a nuestro cerebro nos ayuda a controlar otros factores de riesgo.

Recientes investigaciones han encontrado que el simple hecho de caminar unos 35 minutos al día tienen menos riesgo de sufrir ictus y, en el caso se sufrirlo, las posibilidades de que este sea grave o severo también son menores.

Tener un peso saludable

El sobrepeso y la obesidad son un factor de riesgo importante en el caso de los infartos cerebrales. Unos niveles demasiado altos de grasa corporal pueden suponer problemas en la presión arterial además de en los índices de colesterol.

Algunos estudios encuentran que la obesidad aumenta por 20 el riesgo de sufrir, entre otras cosas, infartos y presión sanguínea alta. Perder alrededor de cinco kilos en seis meses ayuda a reducir de manera importante la presión sanguínea, además de ayudar a reducir el riesgo de padecer diabetes. Intentar mantenernos en un peso saludable, y ser activos, ayudará a que reduzcamos el riesgo de padecer un ictus.

Limitar el consumo de alcohol

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Consumir alcohol puede favorecer que suframos un ictus. Esto se debe a que el consumo de alcohol provoca no solo hipertensión arterial, sino también alteraciones en la coagulación de la sangre, disminución del flujo sanguíneo hacía el cerebro o arritmias cardíacas.

La dosis de alcohol que aumenta este factor de riesgo no es muy alta: algunas investigaciones han encontrado que con dos bebidas alcohólicas al día tenían un 34% más de riesgo de acabar padeciendo un infarto cerebral. En el caso de las mujeres, el riesgo aumentaba incluso cuando se sobrepasaba una copa al día.

No consumir drogas

El consumo de drogas, y en concreto de la cocaína, está estrechamente relacionado con el riesgo de sufrir un ictus de tipo isquémico. Estas drogas pueden provocar que la tensión arterial suba de manera excesiva, poniéndonos en riesgo. El riesgo existente es especialmente alto en las primeras 24 horas tras el consumo de la sustancia.

Mantener una buena alimentación

Anna Pelzer 472429 Unsplash

El estilo de alimentación que tengamos es otro factor de riesgo que debemos tener en cuenta, pero que también podemos modificar. Intentar alejarnos de alimentos ultraprocesados, con grandes índices de grasas saturadas y azúcares es importantísimo para nuestro bienestar.

Lo ideal, para prevenir este factor de riesgo, es que basemos nuestra alimentación en frutas, verduras, granos integrales, etc. Elegir siempre buenas proteínas y grasas saludables nos ayudará a cuidar nuestra salud, encontrarnos mejor, envejecer de manera más saludable y a reducir el riesgo de padecer lesiones como el infarto cerebral.

Imágenes | Unsplash

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