Esto es todo lo que pasa en tu cuerpo cuando dejas de fumar

Esto es todo lo que pasa en tu cuerpo cuando dejas de fumar

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Fumar puede que sea el acto más insalubre de todos, causante de muchas enfermedades y reducción en la esperanza y calidad de vida. De hecho, el tabaquismo representa aproximadamente el 30 % de todas las muertes por cáncer y casi el 90 % de las muertes por cáncer de pulmón.

Son muchos los beneficios que puede traer el dejar de fumar. A pesar de ello, en un principio es normal pasarlo mal ya que es un hábito que se va forjando por refuerzo positivo y negativo, por lo cual sería beneficioso acudir a un psicólogo para que nos ayude.

Disminuye las probabilidades de sufrir cáncer

El cáncer es un grupo amplio de enfermedades que matan a muchas personas cada año. Nuestro cuerpo sufre mutaciones continuamente, pero somos capaces de arreglarlo o curarnos de alguna células cancerosas.

Los problema que tiene el tabaco son dos, principales:

  1. Tiene sustancias mutagénicas que aumentan el número de mutaciones que sufren nuestras células
  2. Nos hace ser menos eficientes reparando estas mutaciones y disminuye la efectividad de nuestras defensas

Estas dos cosas hacen que las probabilidades de padecer cáncer aumenten y que, además, sea mucho más agresivo, disminuyendo muchísimo las probabilidades de supervivencia.

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Disminuye las probabilidades de enfermedades cardiovasculares

Gran parte de las enfermedades cardiovasculares se deben a que se forma una placa ateromatosa en las paredes de nuestro sistema cardiovascular. Esto provoca que la sangre no circule y fluya correctamente.

De hecho, se puede generar una placa ateromatosa tan grande que cierre por completo el paso de la sangre, generando todo tipo de problemas como trombos, aneurismas, infartos, etc.

Estas placas se forman por diversas causas como lo son:

  1. Colesterol alto
  2. Triglicéridos altos
  3. Resistencia a la insulina

Fumar lo que hace es facilitar que los niveles de estas causas aumenten y que las probabilidades de que formen una placa sean mayores.

Disminuye la hipertensión

Hay sustancias como la nicotina que pueden modificar transitoriamente la regulación de la presión arterial por un efecto rápido sobre el sistema nervioso autónomo.

También acelera el envejecimiento arterial, lo que juega un papel en la hipertensión crónica. La activación simpática crónica inducida por el tabaquismo también tiene alguna participación en el metabolismo de los lípidos y la resistencia a la insulina, causantes también de la hipertensión.

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Menor probabilidad de caer enfermos

Cuando un agente externo nos ataca y enferma, normalmente, en una persona que fuma, el tiempo de curación es mayor. Esto se debe a que el sistema inmune, que es una de las defensas que tenemos, es menos eficiente actuando ante estos agentes y, por tanto, nuestro tiempo de curación será menor y menos grave.

Además, puede incluso que dejando de fumar no enfermes ya que nuestro sistema inmune será capaz de actuar ante esos agentes externos antes de que generen ningún tipo de sintomatología. Esto es lo mismo que puede ocurrir también con el cáncer, que podemos mutar algunas células y que se conviertan en cancerosas, pero si nuestro sistema inmune acaba con ellas antes de que crezcan, no habrá problemas.

Disminuye las probabilidades de demencia

La demencia consiste en la pérdida de la estructura de las neuronas. Las neuronas se conectan entre axones y dendritas. A mayor actividad cognitiva, más ramificaciones se construyen, y cuando se empiezan a caer esas conexiones, se ven esas señales de demencia.

Aunque la demencia es algo que, también es afectada por la genética, no significa que se deba todo a esta. Hacer ejercicio, comer bien, buena higiene del sueño y, por supuesto, no fumar, hace que la salud de nuestro cerebro sea mayor y disminuya las probabilidades de que en un futuro esas conexiones neuronales se reduzcan.

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Mejora de la salud pulmonar

No es necesario tener asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) u otras enfermedades de las vías respiratorias para que la salud de nuestros pulmones o, mejor dicho, sistema respiratorio vaya mermando.

Esto se nota sobre todo en personas que realizan ejercicio cardiovascular que, cuando dejan de fumar, son capaces de aumentar muchísimo su rendimiento deportivo.

Ni tampoco hablar de las enormes probabilidades (como se ha comentado anteriormente) de padecer cáncer de pulmón y otras enfermedades como asma, EPOC, etc.

Finalmente, en personas que tienen ya ciertas patologías respiratorias, estas se acentúan muchísimo más.

Mejora en la salud ósea

Muchos estudios muestran que fumar tabaco provoca un desequilibrio en el recambio óseo, lo que conduce a una menor masa ósea y hace que los huesos sean vulnerables a la osteoporosis y las fracturas.

El humo del tabaco influye indirectamente en la masa ósea a través de la alteración del peso corporal, el eje de la vitamina D (fundamental para una buena salud ósea), las hormonas suprarrenales, las hormonas sexuales y el aumento del estrés oxidativo en los tejidos óseos.

Todo esto provoca que la creación de hueso sea muchísimo más limitada que la destrucción de este. Para que se entienda mejor, es como si realizásemos mucho deporte y no pudiésemos utilizar la proteína ingerida para crear masa muscular. Lo que ocurriría es que finalmente perderíamos masa muscular.

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Imágenes | iStock

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