Nueve pseudoterapias que no sirven contra el cáncer (y que, además, son peligrosas)

Nueve pseudoterapias que no sirven contra el cáncer (y que, además, son peligrosas)

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Nueve pseudoterapias que no sirven contra el cáncer (y que, además, son peligrosas)

El cáncer es una enfermedad seria que, aunque cada vez conocemos y tratamos mejor, sigue poniendo en serio riesgo la vida de las personas que la padecen, que se someten a tratamientos a veces muy duros para hacerle frente.

Esa mezcla de miedo y de malestar que muchos pacientes padecen hacen que busquen la esperanza donde sea con el objetivo de mejorar sus perspectivas. Y existen muchos charlatanes desalmados que ven en ello una oportunidad de negocio.

Existen muchos charlatanes desalmados que ven en ello una oportunidad de negocio

Son aquellos que venden supuestos remedios milagrosos, pseudoterapias alternativas a los tratamientos médicos convencionales con los que prometen curar a los enfermos además de evitarles desagradables efectos secundarios, y todo por un módico precio.

Muchas veces estas historias acaban en tragedia, como le ocurrió a Mari López, una youtuber que aseguraba que una estricta dieta vegana y rezar a Dios le habían curado el cáncer. Esta mujer falleció la semana pasada a causa de la metástasis que se había extendido por su sangre, el hígado y los pulmones.

Pero hay que dejarlo bien claro: ninguna de estas terapias alternativas ha demostrado tener un efecto más allá del efecto placebo, aquel por el que nuestro cuerpo experimenta una mejoría simplemente porque espera sentirla y con independencia de la acción fisiológica del medicamento o terapia en cuestión. Eso quiere decir que cualquiera que prometa una cura para el cáncer, o cualquier otra mejoría, está mintiendo y jugando con las esperanzas de los pacientes.

Aunque no están todas (la inventiva en este campo supera cualquier expectativa) aquí están algunas de las pseudotrapias más comunes que prometen (sin cumplir) curar el cáncer, recogidas en el libro Mito y Pseudoterapias:

1. Biomagnetismo o terapia biomagnética

Esta pseudoterapia promete curar enfermedades (entre ellas el cáncer) situando imanes en distintas partes del cuerpo. La teoría tras esta idea es que los desajustes del ph en el cuerpo con la causa de la mayoría de las enfermedades, y que esto se puede corregir simplemente colocando dos imanes de polaridad contraria en distintos sitios del cuerpo.

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La idea de que la alcalinidad o los desajustes del ph son la causa de distintas enfermedades aparece en otras pseudoterapias, pero en ningún caso ha demostrado ser cierta. De hecho, no hay un nivel del ph común para todo el cuerpo: cada órgano tiene su propio ph.

Por otro lado, tampoco hay evidencias de que los campos electromagnéticos tengan efecto sobre el cuerpo humano, ni curativos ni perjudiciales. Si los imanes que se utilizan en estas terapias tuviesen realmente algún efecto, algunas pruebas de diagnóstico en las que se utilizan imanes mucho más potentes serían imposibles de realizar.

2. Bioneuroemoción o biodescodificación

Según los inventores de esta pseudoterapia, las enfermedades físicas son la respuesta a un conflicto psicológico o emocional, incluso aunque no seamos conscientes de sufrir ninguno, y la forma de curarlas es modificando esa emoción o pensamiento de forma consciente.

Roza lo que llamaríamos una secta: imponen sus voluntad, separan familias, aíslan a los enfermos y alejan a los pacientes del tratamiento médico

El peligro añadido de esta pseudoterapia es que roza con lo que llamaríamos una secta: los líderes de esta corriente imponen sus voluntad, separan familias, aíslan a los enfermos y alejan a los pacientes del tratamiento médico.

Sobra añadir que no hay ninguna evidencia de que esto funcione realmente: no hay ni rastro de su supuesto mecanismo fisiológico ni ha curado nunca a nadie. Las enfermedades en muchos casos son multifactoriales, ya que influyen en ellas cuestiones genéticas, ambientales y de estilo de vida, pero la bioneuroemoción y similares simplifican esto hasta el extremo, causando mucho sufrimiento físico y emocional por el camino.

3. Dieta alcalina

Se ha comprobado que las células cancerosas pueden proliferar en ambientes ácidos y alcalinos por igual, de forma que aunque el ph pudiese alterarse, esto en principio no sería una cura para el cáncer

Distintas teorías asignan a las enfermedades como el cáncer un origen absoluto en la alimentación, e igualmente aseguran que cambiando esa alimentación se puede curar el cáncer. Una de ellas es la que defiende la dieta alcalina que, igual que ya mencionábamos antes, asegura que la causa de las enfermedades es un desajuste del ph del cuerpo, y por eso con una dieta alcalina (80% de alimentos alcalinizantes y 20% acidificantes) se pueden curar.

En el caso del cáncer, concretamente, se defiende que las células cancerígenas crecen y proliferan en un ambiente ácido, y por tanto, alcalinizando el cuerpo se puede detener y revertir su avance.

Hay en esta teoría muchas ideas erróneas. Para empezar, no todo nuestro cuerpo tiene el mismo ph, y algunos órganos (el estómago o la piel, por ejemplo) tienen de hecho un ph ácido para poder ejercer su función correctamente. Además, no se ha encontrado relación entre la dieta y el ph de la sangre, así que no habría en principio una base sólida para el supuesto funcionamiento de esta terapia. Por último, se ha comprobado que las células cancerosas pueden proliferar en ambientes ácidos y alcalinos por igual, de forma que aunque el ph pudiese alterarse, esto en principio no sería una cura para el cáncer.

4. Hidroterapia de colon

La hidroterapia de colon es una pseudoterapia que promete curar enfermedades, entre ellas el cáncer, y mejorar el estado general de salud introduciendo agua a través del recto, a veces en grandes cantidades, para limpiar los intestinos por dentro y con ello eliminar todo resto de supuestas toxinas.

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Lo que venden los que la practican es que la comida se pudre durante la digestión, concretamente en su paso por los intestinos, generando toxinas que se mezclan con la sangre y que producen enfermedades porque el cuerpo no tiene cómo eliminarlas. Por eso es de ayuda limpiar el intestino periódicamente, algo que se realiza introduciendo una manguera en el ano y luego succionando de nuevo el agua. En una sesión pueden utilizarse hasta 70 litros.

Lo cierto es que no hay nada científicamente probado en todo esto. La comida no se pudre en nuestros intestinos llenando el cuerpo de toxinas, sino que circula por todo el sistema digestivo hasta que expulsamos aquello que no necesitamos en forma de heces. Si el sistema digestivo funciona bien, no hay en él nada insano, y si no, un enema no va a solucionar nada. Por otro lado, la aplicación de esta terapia puede tener consecuencias peligrosas: la aplicación de estas mangueras puede ocasionar desgarros y heridas, y el trasiego del agua puede eliminar la flora bacteriana, necesaria para la correcta digestión de los alimentos.

5. Homeopatía

La homeopatía es una de las pseudoterapias con más seguidores, por lo que es importante repetir, una vez más, que no hay evidencias de su eficacia y que de hecho todo el supuesto mecanismo por el que funciona ha sido descartado por la ciencia.

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La homeopatía vende remedios en los que, a menor presencia del elemento activo, mayor es su supuesta eficacia. El punto más alto sería por tanto aquellas disoluciones en las que no hay presentes moléculas del principio activo original. Esto ocurre gracias un concepto, el de la memoria del agua, que asegura que el agua recuerda las moléculas que han estado en contacto con ella y mantiene sus propiedades.

Nada de esto ha sido probado ni tiene sentido ninguno según lo que conocemos hoy de la física, la biofísica, la medicina y la química. A menudo los defensores de la homeopatía señalan su eficacia curando algunas dolencias, pero detrás de esto suele haber varias falacias. Por un lado, el mencionado efecto placebo que puede ser de ayuda para tratar dolores y otros problemas relacionados con el sistema nervioso. Por otro, que muchos remedios homeopáticos tienen en sus ingredientes principios activos reales, no diluidos, por lo que sí tienen efecto, pero no por los motivos que los homeópatas defienden, y por último, porque se utilizan para tratar dolencias, como constipados o gripes, que terminan curándose por sí solos.

6. MMS o suplemento mineral milagroso

Se trata de una disolución de clorito de sodio al 28% a la que se le atribuyen propiedades milagrosas contra el cáncer, la diabetes, el autismo, la hepatitis y la malaria entre otras. Se trata de un compuesto de uso industrial como disolvente.

No hay evidencias de que beber este compuesto tenga ningún efecto beneficioso para la salud, y los que defienden lo contrario suelen referirse a experiencias personas, blogs y páginas de Facebook que en ningún caso pueden considerarse información fiable. Lo que sí se ha documentado son casos de intoxicaciones que han dado como resultado vómitos, diarreas y otros problemas digestivos.

7. Ozonoterapia

No solo no hay evidencias de que esta terapia cure nada, sino que en altas concentraciones este gas puede ser tóxico

La ozonoterapia es una psudoterapia que aboga por la aplicación de gas de ozono en heridas o dentro del cuerpo para tratar diversas enfermedades, como por ejemplo el cáncer. Para ello se utilizan distintas vías de entrada, la más común es el recto.

No solo no hay evidencias de que esta terapia cure nada, sino que en altas concentraciones este gas puede ser tóxico, y que se relaciona la aplicación de ozono con la proliferación de radicales libres, un factor relacionado con el envejecimiento y la aparición de enfermedades.

8. Reiki

El reiki es la más representativa de una serie de pseudoterapias que aseguran que las enfermedades como el cáncer provienen de algún desajuste o mala función de la energía vital, un concepto algo vago del que depende nuestra salud, bienestar y vitalidad. Bastaría con manipular y reorientar esa energía, sin llegar a tocar la piel del paciente, para sanarle.

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Tiene sus raíces en la medicina tradicional oriental, pero ha sufrido varias transformaciones y a día de hoy es una mezcla de distintas ideas. Ninguna de ellas está sustentada por evidencias científicas, y de hecho un famoso experimento que desmontó esta supuesta energía vital y a sus manipuladores fue realizado por una niña de 9 años.

Situada tras un biombo que la separaba de un maestro de reiki, colocó sus manos, sin llegar a tocar, sobre las manos del maestro, y le pidió que adivinase cuándo estaba cerca su mano, y cuándo no. El maestro adivinó la mitad de las veces, lo que corresponde al azar, demostrando que no sabía cuándo la niña situaba su mano sobre la suya y cuándo no, y por tanto difícilmente podía sentir esa supuesta energía vital.

9. Terapia o nutrición ortomolecular

Esta pseudoterapia asegura poder curar enfermedades simplemente cambiando la alimentación para incluir grandes cantidades de biomoléculas (normalmente vitaminas). Esta pseudoterapia viene respaldada porque su creador, Linus Pauling, ganó el premio Nobel de Química en 1954, pero hay que tener en cuenta que el argumento de autoridad también es una falacia, y que si no hay estudios científicos que lo corroboren, da igual cuántos premios Nobel en otras materias tenga su autor.

Varios estudios han demostrado que las afirmaciones de Pauling sobre cómo las vitaminas, sobre todo la vitamina C, sirven para combatir al cáncer son falsas. De hecho, pueden ser perjudiciales: un consumo excesivo de vitamina C por vía oral podía causar diarreas, y por vía intravenosa podía producir daños al hígado.

Por qué son peligrosas

Podríamos pensar que vale, algunas de estas pseudoterapias son peligrosas, pero la mayoría no tienen riesgo para el paciente, ya que, aunque no funcionen, tampoco le harán daño.

Quizá lo más grave y peligroso es que en muchos casos, acercarse a estas pseudoterapias supone alejarse de los tratamientos médicos recomendados

Esto, aunque bienintencionado en muchos casos, no es cierto. Por un lado, muchos de estos tratamientos se venden por un alto precio, mucho más alto que la medicina real que, por suerte en España, cubre la Seguridad Social en la mayoría de los casos. Además del dinero, es un malgasto de tiempo, energía y esperanzas de los pacientes y sus familiares, que creen estar haciendo algo por su salud, cuando no es verdad.

Pero quizá lo más grave y peligroso es que en muchos casos, acercarse a estas pseudoterapias supone alejarse de los tratamientos médicos recomendados, y eso sí que es un riesgo en pacientes con cáncer que deben seguir el consejo de sus médicos para mejorar sus perspectivas y su calidad de vida.

Imágenes | iStock
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