Los amantes de las tartas de queso tienen la suerte de que es un postre relativamente fácil de adaptar a versiones más saludables y nutritivas, sobre todo si prescindimos de la base de galleta o masa quebrada y priorizamos lácteos ricos en proteínas y de calidad. En formato mini, como en esta receta, tenemos además porciones individuales estupendas para repartir a lo largo de la semana.
La receta original en la que nos hemos inspirado emplea preparado en polvo para pudding como ingrediente que ayuda a dar textura, muy típico en la repostería germana, pero que en nuestro caso hemos sustituido por proteína en polvo vegana sabor vainilla. Puedes usar la que más te guste o, en su defecto, sustituirla por maizena (almidón de maíz), harina de arroz o incluso almendra molida o harina de avena muy fina, aunque en estos últimos casos la textura final podría ser algo diferente.
En cuanto al edulcorante, si estás acostumbrado a los postres menos dulces es probable que no lo eches de menos, sobre todo si ya has usado proteína saborizada -que suelen tener un toque dulzón-. Pero si prefieres darle un punto más goloso prueba con unos 40 g de eritritol o el edulcorante líquido que suelas usar equivalente.
Los ingredientes se mezclan mejor si están a temperatura ambiente, no muy fríos. Precalentar el horno a 170ºC sin aire, con calor arriba y abajo. Preparar unos 6-8 moldes individuales, por ejemplo de silicona, o una bandeja para muffins engrasada.
Batir en un recipiente con batidora de varillas el queso, el yogur o skyr, el huevo, la esencia de vainilla si se usa y el edulcorante (si es líquido), si se usa. Añadir la proteína en polvo (y el edulcorante si es granulado) y batir un poco más hasta incorporar todo.
Repartir en los moldes, coronar con frutas al gusto presionando ligeramente y hornear durante 20-25 minutos, hasta que al pinchar en el centro con un palillo salga limpio. Dejas reposar fuera del horno a que se enfríen y refrigerar al menos una una hora antes de servir.
Con qué acompañar las mini tartas de queso ricas en proteínas
Un bocado como estas tartitas de queso proteicas se puede disfrutar como postre para cualquier comida o cena en casa, o tomar como merienda o desayuno más goloso si nos apetece darnos un capricho algún día para arrancar con más fuerza la jornada, especialmente si hemos entrenado antes y necesitamos recuperar energía y nutrientes. Podemos tomarlas con algo más de fruta fresca, compota casera sin azúcar o unos frutos secos picados.
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