Grasa subcutánea y grasa visceral: la diferencia entre lo que vemos en el espejo y lo que hay más allá

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En las operaciones biquinis, y en las fotos del antes y el después siempre aparece un descenso de la grasa subcutánea, la grasa que hay bajo la piel. ¿Qué hay de la otra grasa que está aún más profunda y que no aparece en el espejo? Es la conocida como grasa visceral, rodea órganos vitales como el corazón y es la más peligrosa para nuestra salud.

Un ejemplo de ello es una investigación recién publicada en la Journal of the American College of Cardiology, que asocia la grasa pericárdica (alrededor del corazón) con un mayor riesgo de problemas en dicho órgano, como la insuficiencia cardiaca.

Diferencias entre la grasa visceral y grasa subcutánea

Existen diferentes tipos de grasas acumuladas en nuestro cuerpo. Desde la grasa esencial que es aquella que nos da vida porque la necesitamos para vivir, hasta la grasa visceral que puede limitarnos esa vida.

Grasa esencial

Como su propio nombre indica es esencial para vivir. Su falta puede provocar deficiencia en cerebro y en el sistema nervioso. Tiene funciones vitales a nivel de conexiones nerviosas y celulares y no habrá ningún problema con ella, salvo en culturistas que llegan a unos extremos desmesurados.

Grasa subcutánea

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Se encuentra bajo la piel y es el principal tipo de grasa acumulada. En los hombres se acumula principalmente en el tronco y la zona media, mientras que en la mujeres la mayor parte está en caderas y glúteos.

Es la que se lleva todo el protagonismo. Este tipo de grasa no es un tejido pasivo ya que genera adipoquinas inflamatorias que nos hacen poco bien. Podemos verlo claramente en la pandemia de COVID-19 donde aquellas personas con una mayor inflamación sistémica tenían peor pronóstico tras ser contagiados.

Grasa visceral

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Acabamos de ver que la grasa subcutánea es importante para la salud, pero la grasa visceral es incluso más importante. Sin embargo es la gran olvidada. Siempre nos miramos al espejo y nos cogemos ese michelín que queremos eliminar, pero no nos paramos a pensar en qué hay debajo de esa capa, y que está en contacto directo con nuestros órganos.

La grasa visceral, como su nombre indica, se sitúa alrededor de nuestras vísceras. Puede dificultar el funcionamiento de esos órganos internos y afectar directamente a la salud de dichas vísceras. El lado positivo de esta grasa es que es la más fácil de movilizar y oxidar, por lo que responde muy bien al ejercicio físico.

Reflexión final: aplicación práctica

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Cuando hablamos de pérdida de grasa solemos centrarnos en la grasa subcutánea y rara vez se habla de toda esa grasa que está rodeando nuestros órganos internos. Eliminar la grasa para ver los abdominales es buena idea, pero quitar la grasa que rodea a órganos vitales como el corazón, es una idea excelente.

La disminución de ambos tipos de grasa, subcutánea y visceral, suelen ir de la mano, incluso la visceral se comienza a eliminar antes, por lo que no necesitamos hacer nada diferente para atacar a ese tipo de grasa más profunda. Lo que sí podemos hacer es "mirar más allá" la próxima vez que pellizquemos ese michelín que queremos eliminar.

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Imágenes | iStock

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