Microplásticos: el futuro (o presente) "macroproblema" de la salud humana

Microplásticos: el futuro (o presente) "macroproblema" de la salud humana

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Abhyuday Majhi J1ppslywxd0 Unsplash

El plástico están en todas partes. Si miras ahora mismo a tu alrededor podrás ver una larga lista de productos envasados en plástico, y si estás en el supermercado esa lista se hace casi infinita. Gran cantidad de esos plásticos no se reciclan y acaba en vertederos en el mejor de los casos, siendo el agua un destino terriblemente común donde se encuentran animales atrapados en plásticos. Los microplásticos son plásticos de muy pequeñas dimensiones, pero que podrían ocasionar enormes efectos nocivos para nuestra salud y la del planeta.

Microplásticos: ¿un "macroproblema" para la salud?

Los microplásticos son partículas diminutas de que ni se ven en la mayoría de casos. Estas partículas de plástico menores de cinco milímetros surgen tanto a la hora de la fabricación de productos comerciales, como al descomponerse plásticos más grandes.

Están por todas partes, como veremos a lo largo de este artículo. Los animales marinos fueron los primeros en investigarse, pero se ha descubierto que vivimos con microplásticos en el ambiente, ya que se desprenden de objetos tan cotidianos como los neumáticos de los automóviles hasta de la ropa.

El verdadero problema del plástico en primer lugar, y su derivación en microplásticos, es que no se descomponen fácilmente. Pueden tardar cientos de años en descomponerse. Hasta que eso sucede los animales marinos los ingieren, y eso supone un posible riesgo para la salud humana.

El cuerpo humano alberga microplásticos

Soren Funk Jquky0vinai Unsplash

¿Quién come animales del mar? Los humanos seguimos la cadena alimenticia e ingerimos pescados que cada vez más probablemente vienen con microplásticos. Estas partículas diminutas están presentes también en el agua corriente porque no pueden eliminarse o filtrarse del todo.

Varias investigaciones han encontrado presencia de elementos del plástico en humanos. Ejemplo de ello es el archiconocido biosfenol A que puede ingerirse de una botella de plástico o un envase, especialmente si ha estado en contacto a altas temperaturas.

Dicho biosfenol A y otras sustancias dañinas como los falatos han sido encontrados en la orina humana, así como en las heces. También existen métodos para detectar polímeros de plásticos en la sangre, elemento que ha sido detectado en concentraciones elevadas en humanos.

Es un ámbito nuevo, por lo que la literatura científica aún no puede mostrar conclusiones evidentes sobre si los microplásticos son dañinos para la salud humana o animal, así como los peligros reales que pueden representar. Pero, como diría el dicho: si el río suena, agua lleva.

¿Cómo penetran los microplásticos al cuerpo humano?

Bit Cloud Iqcaef9 M6i Unsplash

Los microplásticos no solamente se encuentran en los peces que ingerimos, sino que también es altamente probable que estén en el aire y el agua, por lo que si has pensado que dejar de comer animales marinos soluciona el problema, no estás en lo cierto.

Las botellas de agua, o envases como biberones, pueden arrojar microplásticos al cuerpo humano. Si los padres preparan fórmula para bebés agitándola en agua caliente dentro de una botella de plástico, su bebé podría terminar tragando más de un millón de partículas microplásticas cada día, calculó el equipo de un artículo de la prestigiosa revista Nature.

Los investigadores de dicho artículo de Nature exponen y recalcan que aún no saben si esto es peligroso, o cuánto lo es. Lo comparan con la inhalación de arena y polvo, que en su mayor parte pasará directamente a través de tu intestino y saldrá por el otro extremo.

Los productos cosméticos también pueden añadir microplásticos al interior del cuerpo. Desde la pasta de dientes hasta un pintalabios pueden contener este tipo de partículas que entran en contacto con nosotros. En resumidas cuentas, las partículas están presenten y podríamos inhalarlas y comerlas de cualquier fuente.

Las personas podemos ingerir desde docenas hasta más de 100.000 motas de microplásticos cada día. Para hacernos una idea más visual, las personas podríamos estar ingiriendo alrededor de la masa de microplásticos equivalente a una tarjeta de crédito al año.

¿Qué sabemos actualmente sobre la asociación entre microplásticos y salud?

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Poco a poco se ha ido descubriendo que los microplásticos están en todos lados, también en la cerveza. El problema es que los microplásticos tienen muchas formas, tamaños y composiciones químicas, lo que hace muy complicado tener conclusiones a corto plazo.

En las últimas dos décadas la preocupación de los microplásticos ha ido enfocada a la vida marina. El término microplásticos no fue acuñado hasta 2004 por Richard Thompson, ecólogo marino de la Universidad de Plymouth, Reino Unido, al ver estas partículas en las playas británicas.

Regulación en pañales

Desde 2017 las Naciones Unidas ya pusieron sobre la mesa la necesidad de regular este peligro a todos los niveles. La Junta de Control de Recursos Hídricos del Estado de California se convirtió en julio de 2021 en la primera autoridad reguladora del mundo que se encarga de cuantificar y monitorear las concentraciones de microplásticos en el agua potable.

Nanoplásticos, los más preocupantes

Las motas más diminutas de menos de un micrómetro, llamadas nanoplásticos, son las que más preocupan a los investigadores. Esta preocupación radica en que por su tamaño podrían ingresar a la célula y alterar la actividad celular. Además, son demasiado pequeñas para verse y contabilizarse.

Algunos estudios recientes ya han visto como las membranas lipídicas que rodean a las células han alterado su funcionamiento por la presencia de microplásticos. Esa exposición de nuestras células ha sido demostrado que puede tener un efecto que incluso incluye la muerte celular.

¿Qué daño sobre la salud podrían ocasionar los microplásticos?

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Es científicamente plausible que las partículas de plástico puedan ser transportadas a los órganos a través del torrente sanguíneo. Los efectos que dichas partículas pueden producir en esos órganos es actualmente desconocido.

Una teoría de los investigadores es que estas nanopartículas podrían irritar e inflamar a células o tejidos, produciendo inflamación. Un efecto de la inflamación del tejido pulmonar por inhalación de este tipo de partículas podría dañar los sistemas respiratorios y desencadenar cáncer de pulmón.

Los microplásticos más grandes también podrían tener efectos negativos por su toxicidad química. Uno de esos efectos podría ser la desregulación hormonal, pudiendo alternar todos los mecanismos en la producción de hormonas.

En cualquier caso, actualmente todo son hipótesis ya que es necesario controlar si acumulamos las partículas o las excretamos más o menos rápido, Una persona podría acumular miles de partículas microplásticas en su cuerpo, y vivir con ellas toda la vida.

Reflexión final: no hay tiempo que perder

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La mayor parte de esta publicación está basada en una comunicación de la prestigiosa revista Nature. Suya es la reflexión final con la que debemos quedarnos, ya que actualmente, por una "insuficiente" cantidad de microplásticos o porque no hay suficientes investigaciones, no podemos dilucidar los efectos nocivos de estas partículas para la salud humana.

Actualmente los niveles de micropásticos y nanoplásticos en el medio ambiente no son demasiado altos, pero se estima que su crecimiento exponencial sí puede generar problemas de salud futura. Si me preguntan sobre los riesgos, hoy no estoy tan asustado, pero estoy un poco preocupado por el futuro si no hacemos nada. Cada año se producen casi 400 millones de toneladas de plásticos, una masa proyectada a más del doble para 2050.

No tiene sentido producir cosas que duran 500 años y luego usarlas durante 20 minutos. Incluso si toda la producción de plástico se detuviera mañana por arte de magia, los plásticos existentes en los vertederos y el medio ambiente (una masa estimada en alrededor de cinco mil millones de toneladas) continuarían degradándose en pequeños fragmentos que son imposibles de recolectar o limpiar, elevando constantemente los niveles de microplásticos.

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Imágenes | Unsplash

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