Así es como deberías abrigarte las manos y los pies para no pasar frío, según la ciencia

Así es como deberías abrigarte las manos y los pies para no pasar frío, según la ciencia

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A unos días de la llegada del invierno al hemisferio norte las lluvias ya están aquí y las temperaturas caen un poco más cada día. A la hora de entrenar con climas fríos, o simplemente de salir a la calle, es recomendable utilizar algunas claves que nos permitan retener el calor y evitar el frío. Al igual que la comida adecuada es necesaria para la salud, la ropa correcta es indispensable para el frío.

Varia capas finas funcionan mejor que una gruesa

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Varias capas de ropa, especialmente si entre ellas tenemos un cortavientos, ayudan a generar un transición térmica más estable. Por transición térmica se entiende el atrapamiento de aire caliente entre las capas, aspecto que ocurre en menor medida si solamente utilizamos una sudadera y un chaquetón, por ejemplo.

Evita la ropa de algodón que cuando sudamos absorbe el líquido, pero no lo evapora. En estas épocas más frías se hace obligatorio contar con material técnico como mallas y camisetas de manga larga de calidad que evaporen el sudor y nos mantengan secos en nuestros entrenamientos.

Capa uno: base para absorber la humedad

La capa base es la primera capa de ropa que entra en contacto con la piel, por lo que debe poder eliminar la humedad, ya que el calor puede activar la sudoración y la piel húmeda puede provocar una pérdida rápida de calor en climas fríos.

Lo ideal es que esta prenda sea liviana, de poco volumen y de gran transpirabilidad. Unas mallas para las piernas, una camisa técnica para el tronco y brazos y unos guantes y calcetines deportivos para manos y pies deben ser nuestra primera capa.

Capa dos: aislante para retener el calor

La siguiente capa que colocaremos sobra la primera será nuestra ropa deportiva si vamos a hacer deporte o un jersey de lana, por ejemplo, que son cálidos y elegantes. El objetivo de esta capa es evitar que el calor generado por nuestro cuerpo se escape.

Si utilizamos varias prendas para esta capa retenedora de calor es recomendable que no sean muy ajustadas como la ropa de la capa base. En este caso el espacio entre ellas favorece el flujo de aire y una mejor conservación de calor.

Capa tres: protectora para las otras dos capas

Esta prenda no tiene por qué absorber el sudor ni tener otras propiedades de las dos capas anteriores. Su función es evitar que el viento entre desde el exterior y, a la misma vez, atrapar el aire caliente en el interior. Un cortavientos ligero es suficiente si vamos a salir a correr, o necesitaremos una ropa técnica más gruesa si vamos a practicar otros deportes como el esquí.

Utiliza la cabeza y mantente activo

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Tápate la cabeza

Existen dos razones principales para taparnos la cabeza con un gorro: perdemos calor por ahí; y la cabeza es el "cerebro" para muchos indicadores del frío que pueden bloquearse si no mantenemos el calor.

Tener frío en la cabeza supone el bloqueo de algunos mecanismos innatos contra el frío como tiritar. Muestra de ello es que si nos metemos en agua fría por completo no tiritamos, pero si dejamos la cabeza fuera sí que lo hacemos. Por lo tanto, en los días más fríos la cabeza es fundamental que se mantenga alejada de las bajas temperaturas.

Movimiento para generar calor, pero sin llegar a sudar

La actividad física eleva la temperatura corporal. Si estamos entrenando esto ya lo habremos notado, pero si estamos en casa es recomendable que nos movamos cada cierto tiempo. Una razón es para mantener una buena temperatura corporal, pero otra igual o más importante es para romper el sedentarismo.

Si nos movemos un poco para entrar en calor no comenzaremos a sudar, pero si lo hacemos en exceso sí aparecerá la sudoración. Si estamos entrenando es altamente recomendable abrigarnos inmediatamente al terminar la sesión hasta que podamos ducharnos y cambiarnos de ropa lo más rápido posible.

Manos y pies calientes son la clave

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Nuestro cuerpo se adapta a las condiciones del entorno y su labor fundamental es la de preservar la vida. Cuando comenzamos a tener frío nuestro organismo se centra en proteger los órganos más importantes dejando de lado al resto del cuerpo "menos importante".

Al disminuir la temperatura corporal la sangre se concentra en irrigar el tronco, habitáculo de los órganos vitales, y cae el flujo de sangre a extremidades, especialmente manos y pies. Además, estas zonas pierden calor con más facilidad debido a sus características dermatológicas.

Esa es la razón principal por la que tenemos manos y pies tan fríos, motivo por el que tenemos que protegerlos especialmente. Para las manos bastará con unos guantes aislantes e impermeables si hay lluvia. El mismo comportamiento tendremos con los pies que deberemos proteger con calzado que no deje entrar el frío y ayudado con unos calcetines aislantes.

También ayudará a superponer calcetines y guantes sobre las mangas y los extremos de los pantalones. De esta forma evitamos que haya paso de aire frío al interior y mantendremos caliente la zona gracias a nuestra propia calor corporal generada.

Utiliza los trucos del apartado anterior en manos y pies

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Sabiendo que varias capas generan un mejor atrapamiento de aire, en lugares muy fríos puedes utilizar un par de guantes o un par de calcetines. Esta estrategia se utiliza mucho en senderismo donde se mezcla un calcetín más fino absorbente de sudor junto con un calcetín de lana exterior.

Los pies sudarán si nos mantenemos activos, aunque fuera haga mucho frío. Esa es la razón por la que debemos utilizar, ya sea uno o dos pares de calcetines, que absorban ese sudor y lo eliminen. El algodón absorbe el sudor, pero lo retiene y eso hace que tengamos los pies fríos.

Para evitarlo es recomendable la opción antes comentada en la que mezclamos dos tipos de materiales, o hacernos con unos calcetines técnicos que hagan la doble función: mantener los pies sin sudor y evitar la entrada de aire.

Las manos sudarán menos, pero también lo hacen. En esta parte del cuerpo la recomendación es la misma. Cuando entrenamos en el gimnasio no necesitaremos tantas capas de ropa, ni en pies y manos, pero si hacemos actividades al aire libre sí se hace altamente recomendable, evitando así cambios bruscos de temperatura en las extremidades.

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Imágenes | Unsplash

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