Higiene postural para cuidarte de sufrir lesiones en el día a día.

Al hablar de higiene postural nos referimos a posturas correctas que debemos realizar para evitar hacernos daño, tanto en las actividades cotidianas como al hacer deporte, ejercicio, movilización de peso...

¡Ojo! Cuando hablamos de posturas es tanto de forma estática como dinámica, es decir, la mejor forma para estar de pie, sentados o tumbados, pero también correr, hacer las tareas de casa, mover objetos pesados en una mudanza o en el gimnasio y todas las actividades que puedan dañar nuestros músculos, articulaciones y otros tejidos. La higiene postural nos ayuda a prevenir lesiones, en el día a día y en cualquier tipo de actividad.

Higiene postural en la actividad de ejercicio.

Por lo tanto, la higiene postural consta de una serie de normas generales que deberemos aprender para luego aplicar a situaciones concretas. No se trata de aprender una postura ("¡ponte recto!" o "no dobles la espalda") y luego ejecutarla siempre como un robot. Se trata de aprender cómo funciona nuestro cuerpo y qué movimientos pueden ser lesivos, para saber evitarlos.

La mala higiene postural puede resultar dañina bien por repetición (realizar continuamente gestos incorrectos, o pequeños esfuerzos que se van acumulando hasta que provocan un dolor o limitación más importante) o también por un único gesto o movimiento más allá de lo razonable (tratar de elevar mucho peso sin estar preparado, o elevar poco peso de una forma muy incorrecta que genere lesión en el momento).

En el gimnasio o al hacer ejercicio o deporte, la buena higiene postural consiste, entre otros aspectos, en una buena técnica de realización, una intensidad adecuada y una buena preparación para obtener el máximo rendimiento minimizando el riesgo de lesión. Para ello se necesita entrenamiento, asesoramiento y progresar poco a poco.

Repetir gestos mal realizados puede ir provocando desgaste, y que aparezca una lesión que no sabemos muy bien de dónde ha salido. Una molestia se va convirtiendo en un dolor, hasta que te das cuenta de que tienes que dejar de entrenar porque ya no puedes más. Por eso no hay que ignorar los avisos de lesión, y hay que poner remedio lo antes posible, con tratamiento y con prevención, como puede ser con medidas de higiene postural en el gimnasio.

Higiene postural en el día a día.

En las actividades cotidianas, mantener posturas incorrectas o realizar esfuerzos repetitivos de una forma que sobrecargue las estructuras de nuestro cuerpo son conductas que provocarán con cierta facilidad la aparición de daño. Ya sea en el trabajo, en la casa o en cualquier actividad, hay que aprender a realizar los esfuerzos de la forma que menos carga implique para nuestra columna y nuestros músculos y articulaciones.

Por ejemplo, corregir la postura de la cabeza adelantada, y aprender a relajar los hombros puede ser muy útil para aprender a leer, escribir o utilizar durante mucho tiempo el ordenador sin que nuestra musculatura cervical sufra dolores y problemas.

La postura con hombros caídos se suele ver con cierta frecuencia, y puede provocar molestias en la musculatura pectoral y en la espalda. Aprender bien la técnica para ejecutar sentadillas ya comentamos que es un ejercicio muy útil y aplicable en muchas actividades cotidianas relacionadas con elevar y transportar peso, por lo que es muy importante en cuanto a la correcta higiene postural.

Otros cuidados cotidianos son sencillos de aprender, pero requieren cierto entrenamiento para aplicarlos de forma adecuada y conseguir así realizar siempre las actividades de la mejor forma posible. ¿Conocéis normas básicas o avanzadas de higiene postural en casa o el trabajo? ¿Os gustaría más información sobre el tema? Dejad vuestros comentarios.

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