Llega la ola de calor a España: cómo saber si estamos sufriendo un golpe de calor y cómo prevenirlo

A medida que nos acercamos al verano comienzan a subir las temperaturas. Durante los meses de frío o con una temperatura normal podemos realizar esfuerzo físico sin mayor problema al aire libre, pero la exposición a altas temperaturas puede provocarnos un golpe de calor. Puede parecer una situación leve, pero puede agravarse y producir daños en diferentes órganos vitales como cerebro y corazón. Es por ello interesante conocer las recomendaciones para evitarlo.

Qué es un golpe de calor: causas y síntomas

Un golpe de calor ocurre cuando la temperatura corporal alcanza los 40ºC o más debido a la exposición prolongada a altas temperaturas, o por la ejecución de esfuerzo físico durante momentos de mucha calor. Podemos notarlo con la aparición de diferentes síntomas, ante lo cuál debemos tratarlo de urgencia.

Si no manifestamos ningún síntoma no habrá mayor problema, pero un golpe de calor sin tratar puede afectar al cerebro, corazón, riñones y músculos. El daño será peor si retrasamos el tratamiento, hasta el punto de poder encontrarnos con complicaciones graves o incluso la muerte.

Causas por las que se produce el golpe de calor

La causa principal por la que se produce el golpe de calor es porque nuestro cuerpo eleva la temperatura corporal central hasta un punto en el que comienza a ser dañina. Ese aumento de temperatura ocurre poco a poco al exponernos a altas temperaturas, lo que aumenta gradualmente nuestra temperatura central.

Si realizamos esfuerzos físicos en climas calurosos podemos sufrir un golpe de calor en poco tiempo, especialmente si no estamos acostumbrados a elevadas temperaturas. Esta circunstancia es la que ocurre en mayor medida cuando surgen las primeras olas de calor propias de la primavera y nos pillan desadaptados al venir de temperaturas más bajas.

Existen diferentes motivos que favorecen la aparición del golpe de calor: utilizar ropa que no permite evaporar el sudor para que el cuerpo regule la temperatura; la deshidratación ya sea por no beber suficiente agua o por el consumo de alcohol, que además de deshidratar entorpece la capacidad corporal de regular la temperatura; y el clima húmedo que también empeora el enfriamiento corporal.

Síntomas que aparecen cuando sufrimos un golpe de calor

El golpe de calor se manifiesta con un estado de confusión que hace que no podamos hablar con normalidad y con algunos delirios. Si una persona expuesta al sol de repente se muestra confusa, no articula bien las palabras y dice cosas con poco sentido podemos estar con uno de los síntomas principales del golpe de calor.

Notaremos como nos duele la cabeza, pudiendo aparecer nauseas y vómitos y una respiración acelerada, a la vez que el pulso también muestra más pulsaciones. La piel se torna roja y no muestra sudoración, ya que el cuerpo no es capaz de evaporar bien el calor.

Tratamiento frente al golpe de calor

Si tenemos un termómetro y obtenemos una medición de 40ºC o más, y se acompaña con alguno de los síntomas anteriores, con una alta probabilidad estamos sufriendo un golpe de calor. En primer lugar ve a la sombra e intenta bajar la temperatura con agua fría o toallas húmedas sobre la cabeza, cuello, inglés o axilas. Consulta a un médico lo antes posible ya que algo leve puede complicarse si no se trata correctamente.

Una ducha de agua fría puede ayudar a enfriar el cuerpo si estamos en casa. Aunque el golpe de calor ocurrirá fuera de la misma, podemos manifestar los síntomas una vez estemos en casa. Poner el aire acondicionado, un ventilador o abanicarnos también ayudará a tratar el golpe de calor.

Podemos pensar que un baño de hielo ayudará ya que disminuirá la temperatura corporal. Puede hacerlo, pero puede ser peligroso si el golpe de calor no ha sido por un esfuerzo intenso, especialmente en adultos mayores y niños, ya que no regulan bien su temperatura y puede agravar la situación.

¿Qué factores de riesgo hace más fácil sufrir un golpe de calor?

Nadie está exento de sufrir un golpe de calor, aunque es cierto que hay factores que elevan el riesgo de que aparezca. Nuestro sistema nervioso central se encarna de disipar el calor y regular la temperatura. Aquellas personas que no dispongan de un sistema nervioso central en perfectas condiciones pueden sufrir el golpe de calor con mayor facilidad.

Los niños y los adultos mayores son la principal población que no cuenta con un sistema nervioso central óptimo. Los niños aún no lo han desarrollado totalmente y en los adultos mayores se va deteriorando.

Si nos encontramos de golpe con una ola de calor nuestro organismo no estará adaptado a esas temperaturas, por lo que debemos ser cautos a la hora de exponernos mucho tiempo al sol, y sobre todo limitar el esfuerzo físico en las horas de máximas temperaturas.

Tanto el esfuerzo físico como afrontar una subida de temperatura brusca aumentarán la probabilidad de cursar un golpe de calor. Será aún más complicada la regulación de la temperatura corporal si ingerimos algunos medicamentos que modulen los vasos sanguíneos o faciliten la deshidratación. Tu médico o tu farmacéutico podrá guiarte en este aspecto.

El estado físico en el que nos encontremos también influye a la hora de evitar un golpe de calor. El exceso de grasa, un nivel bajo de forma o tener alguna enfermedad crónica no nos ayudarán a prevenir el golpe de calor.

Cómo evitarlo: prevención

La primera premisa es la mas simple: no pases periodos prolongados al sol, y menos aún realizando esfuerzos físicos. Hay casos en los que no podemos evitarlo por trabajo o por otras circunstancias. En esos casos es vital que te mantengas hidratado en todo momento con agua o con alimentos ricos en agua como frutas y que utilices protector solar con un factor de protección de 30 o más.

Realiza tu ejercicio físico al aire libre en las horas de menos calor como al despertarte o por la noche cuando la temperatura haya disminuido considerablemente. Salir a correr en las horas centrales del día aumenta el riesgo de la aparición de un golpe de calor de forma considerable.

Si llegas a un clima nuevo, como puede ser pasar de un país más frío a otro más caluroso, y más aún si este nuevo país tiene mucha humedad, ve adaptándote de forma paulatina. Podemos observar esa adaptación tanto al nuevo clima como al huso horario cuando los deportistas olímpicos se van tiempo antes de los Juegos Olímpicos a la ciudad de la competición.

El uso de prendas muy ceñidas, y que además no dejan transpirar bien, también debe ser evitado. Si tomas algún medicamento pregunta a tu farmacéutico si afecta a nuestro cuerpo para disipar el calor y para su correcta hidratación.

Una de las situaciones más comunes es el golpe de calor cuando permanecemos en el coche al sol con altas temperaturas. Desgraciadamente algunos niños y animales han sufrido consecuencias devastadoras por ello al permanecer mucho tiempo dentro del coche, alcanzando el mismo temperaturas muy elevadas.

Fuente | Mayo Clinic, WebMD

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Imágenes | iStock, Unsplash

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