Tú también puedes salvar vidas: todo lo que debes saber para hacerte donante de órganos

Tú también puedes salvar vidas: todo lo que debes saber para hacerte donante de órganos

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Tú también puedes salvar vidas: todo lo que debes saber para hacerte donante de órganos

La donación de órganos es un gesto altruista del que en España nos sentimos especialmente orgullosos: cada año, nuestro país lidera la donación de órganos y cada vez más gente se anima a hacerse donante. Si te lo estás planteando, piensa que es una decisión que ayuda a salvar muchas vidas. Te explicamos todo lo que necesitas saber para decidirte.

Qué es la donación de órganos

Como decimos, las donación de órganos es un gesto altruista por el que, al fallecer una persona, se le extraen aquellos órganos que no estén dañados y funcionan perfectamente y le son trasplantados a otra persona que por una enfermedad o accidente necesite recibir un órgano nuevo.

Cada persona puede donar multitud de órganos: riñones, hígado, corazón, páncreas o pulmones, así como muchos otros tejidos del cuerpo, como huesos, las córneas y las válvulas cardíacas.

Debido a la escasez de órganos para donaciones, normalmente se intenta aprovechar lo máximo posible la generosidad de cada donante. Sin embargo, cada persona puede en vida decidir qué órganos puede donar y cuáles no.

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Quién puede donar y cómo hacerse donante

En España, según la ley de Trasplantes, todos somos considerados potenciales donantes de órganos si durante nuestra vida no hemos expresado lo contrario. Por este motivo, siempre se consulta a las familias de una persona fallecida y se solicita su consentimiento, bajo la premisa de que estos no contradecirían la decisión de su familiar.

A pesar de nuestro deseo de donar, para que este se cumpla el fallecimiento debe producirse en una UCI de un hospital

La forma más sencilla de asegurarnos de que nuestros órganos serán donados es expresarlo claramente a nuestros familiares. Existe también una tarjeta del donante, un documento que no tiene valor legal pero que sirve como testimonio escrito de nuestra voluntad tras nuestro fallecimiento.

Eso sí, a pesar de nuestro deseo de donar, para que este se cumpla el fallecimiento debe producirse en una Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital, ya que solo allí los profesionales médicos pueden asegurarse del cumplimiento de todos los protocolos necesarios para que la donación y el trasplante se cumplan.

¿Qué es la donación en vivo?

El cuerpo humano puede funcionar correctamente con un solo riñón, y por eso algunas personas deciden donar uno de sus dos riñones sanos para que otra persona pueda recibirlo y así sobrevivir o mejorar su calidad de vida. En España, el 85% de los trasplantes de riñón provienen de un donante fallecido, y el 15% de uno vivo.

Puede ocurrir entre familiares, parejas, amigos cercanos o desconocidos. A veces, por motivos de compatibilidad, se programan donaciones cruzadas, en las que familiares de dos pacientes donan un órgano, cada uno para el familiar del otro.

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Estas donaciones han demostrado tener algunas ventajas respecto a las donaciones de personas fallecidas, como una mayor supervivencia y menos complicaciones, entre otros motivos porque los receptores suelen ser más jóvenes y tienen menos complicaciones asociadas, y también porque la cirugía se puede programar en el momento en que se encuentren en mejores condiciones, al contrario de las donaciones de personas fallecidas, que se producen cuando el donante fallece.

¿Cómo se asignan los órganos que donamos?

La legislación en España asegura que las donaciones sean plenamente altruistas: la persona que dona y su familia no reciben ninguna compensación a cambio, más que la satisfacción de saber que han ayudado a salvar la vida de otra persona. También es anónima, es decir, que la familia que dona los órganos de un fallecido no sabe quién los recibe.

La persona que dona y su familia no reciben ninguna compensación a cambio, más que la satisfacción de saber que han ayudado a salvar la vida de otra persona.

Para asignarlos se utilizan dos criterios principales: territoriales y clínicos. Los primeros sirven para asegurarse de que los órganos recogidos en un área se asignen dentro de ese mismo área, u otras cercanas, y así pase el menor tiempo posible entra la extracción y el trasplante, para evitar que se estropee o haya más complicaciones.

Los criterios clínicos, por su parte, evalúan la compatibilidad entre donante y receptor, así como la gravedad del paciente, para que los órganos vayan a aquellos pacientes que más los necesiten y que mejor puedan recibirlos.

Existe un último criterio clínico que está por encima de los territoriales, conocido como "urgencia 0", que significa que ese paciente tiene prioridad absoluta a nivel nacional.

Imágenes | iStock
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