La verdad sobre el consumo de edulcorantes

La verdad sobre el consumo de edulcorantes
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Que los edulcorantes no son seguros, que pueden generar enfermedades o que incrementan el riesgo de sufrir cáncer, son algunas de las afirmaciones que escuchamos con frecuencia. Sin embargo, poca es la claridad en el tema y trataremos de ayudarte mostrando lo que se sabe verdaderamente hasta el momento para que puedas decidir con tranquilidad sobre su ingesta.

Entre los edulcorantes alternativos, encontramos los edulcorantes calóricos como son el manitol, el sorbitol o xilitol, los cuales son polialcoholes y aportan 4 Kcal por gramo, pero en su mayoría no utilizan la insulina para metabolizarse y su absorción es lenta, por eso, las legislaciones vigentes suelen impedir un consumo mayor a 50 gramos diarios, pues en en grandes cantidades pueden generar distensiones abdominales, diarreas o flatulencia.

Estos edulcorantes alternativos calóricos, tienen la particularidad de ser menos fermentables por bacterias que la sacarosa y por ello, son menos cariogénicos, es decir, causan menos riesgo de sufrir caries y en algunos estudios se hallo un papel reductor de la infección bucal cuando se consumen gomas de mascar que los contienen.

Acerca de su seguridad, es importante consumirlos en cantidades moderadas para prevenir trastornos gastrointestinales, y si bien investigaciones en roedores han encontrado neoplasias, las dosis usadas eran muy elevadas, tanto que el humano jamás podría ingerirlas en un día. Además, el origen natural del xilitol, hace que sea el preferido y más inocuo si consume en dosis recomendadas.

Por otro lado, encontramos los edulcorantes alternativos acalóricos, que son aquellos que no aportan calorías porque se excretan sin metabolizarse. Entre ellos encontramos sacarina, ciclamato, aspartamo, y acesulfame K.

Tienen un poder endulzante superior a la sacarosa, que va desde 30 veces más, en el caso del ciclamato, hasta 300 veces más en el caso de la sacarina.

La cantidad máxima que una persona puede consumir con seguridad de que no compromete su salud se denomina Ingesta Diaria Admisible (IDA) y varía según el edulcorante: para la sacarina, la IDA es de 2.5 mg/Kg de peso corporal/día, para el ciclamato es de 11 mg/Kg/día, para el aspartamo es de 40 mg/Kg/día y para el acesulfame K es de 15mg/Kg/día.

Se han realizado estudios en ratas que comprobó el aumento de cáncer cuando se usaba sacarina, pero las dosis usadas eran superiores a las consumidas normalmente por humanos, y el hecho de que muchas personas diabéticas la utilizan de por vida sin desencadenar problemas de salud ha hecho que su comercialización y su uso industrial continuara vigente.

En el caso del ciclamato, más de 50 países autorizan su uso, aunque muchas legislaciones nacionales han decidido prohibirlo, debido a la cantidad de investigaciones en ratas que hallaron efectos carcinogénicos por la producción de nitrosaminas cuando es metabolizado por bacterias intestinales. Si bien los estudios no son muy claros, a modo de prevención, se desaconseja su uso.

El aspartamo tiene la particularidad de contener dos aminoácidos que están en contacto normalmente con el organismo por ser parte de las proteínas. Su seguridad e inocuidad fue comprobada en múltiples trabajos, descartando la inducción de neoplasias, cefaleas y mareos. Por lo tanto, su uso está permitido, excepto en fenilcetonúricos que no pueden metabolizar la fenilalanina que contiene.

El acesulfame K es, junto a los anteriores, uno de los edulcorantes más conocidos cuyo uso está autorizado por la FDA, sin haberse comprobado efectos adversos para la salud humana.

Como verán, las opciones son muchas y varias han quedado sin nombrar en este extenso resumen, pero lo más importante es saber que hasta el momento, el único endulzante prohibido en numerosos países es el ciclamato, mientras que el resto no han demostrado lo que muchos creemos acerca de sus posibles daños para la salud. No obstante, si no eres de aquellas personas amantes de los dulces y consumes azúcar en pequeñas cantidades, tal vez no sea necesario su reemplazo, pues la reducción de calorías no será notoria.

En cambio, si eres diabético o sueles comer cosas dulces en abundancia, es recomendable sustituir parte o toda el azúcar de tus comidas para no excedernos en calorías vacías que pueden acumularse como grasa si no son usadas por el organismo para producir energía.

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Imagen | Flickr (afroboof)

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