Súper Train Me: el resultado. ¿Puede el deporte contra la comida rápida?

Súper Train Me: el resultado. ¿Puede el deporte contra la comida rápida?
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Hace unos días atrás os contábamos el preestreno del documental Súper Train Me, y los invitábamos a dar su opinión al respecto. Hoy, traemos el resultado. Te revelamos la respuesta a nuestro principal interrogante ¿puede el deporte contra la comida rápida?

Recordemos que el protagonista de esta película documental debió comer durante 30 días en una famosa cadena de hamburguesería y probar todos los productos de la carta, pero a diferencia de Super Size Me, donde dicha dieta se acompañaba de sedentarismo, en esta ocasión se acompañó la comida basura con un entrenamiento intenso.

Después de haber consumido más de 4000 Kcal cada día y más de 100 hamburguesas durante un mes, y haber entrenado intensamente mientras sus compañeros de Ciencias del Deporte medían su tensión arterial, peso, talla y demás variables de interés, se llegó a los siguientes resultados:

  • Aumentó 4,6 kilos de peso corporal, mucho menos que los 12 kilos que sumó el protagonista del documental americano, donde la comida rápida se acompaño de sedentarismo. Aunque muchos indican que apenas aumentó de peso, la realidad es que no es poco incrementar el peso en casi 5 kilos en un mes.

  • La buena noticia es que sólo 1 kilo de dicho aumento de peso fue a base de grasa corporal, mientras que el resto se considera tejido magro o libre de grasa.

  • Sus niveles de colesterol no empeoraron como sí lo hicieron en Súper Size Me, sino que por el contrario mejoraron.

  • Una consecuencia negativa del consumo de comida rápida contra la cual no pudo el deporte fue la alteración de las enzimas hepáticas, que designan el funcionamiento y estado del hígado.

Súper Train Me ha podido demostrar que la dieta no es todo, sino que el entrenamiento puede reducir considerablemente los efectos de una mala alimentación. No obstante, aunque reduce las consecuencias de la comida basura, el deporte no puede con todo.

Y no podemos olvidar que este es el resultado de sólo un mes de experimento, pero que en realidad, a largo plazo las consecuencias podrían ser mayores. Además, nada nos han dicho de la percepción de fatiga y rendimiento durante los entrenamientos mientras su organismo tenía pocos alimentos nutritivos encima.

Lo único que me resta decir es que si el deporte puede reducir tan notoriamente las consecuencias de una mala alimentación, imaginemos todo lo que puede hacer por nuestro cuerpo si se acompaña de una buena dieta y otros hábitos saludables.

Vía | Universidad de Castilla-La Mancha

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