Los (raros) casos en los que un exceso de ejercicio empeora la salud mental

Los (raros) casos en los que un exceso de ejercicio empeora la salud mental

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Los (raros) casos en los que un exceso de ejercicio empeora la salud mental

La actividad física es un pilar indispensable de una vida sana y se ha demostrado una relación directa con una mejora de la salud mental. El ejercicio puede ser parte del tratamiento contra enfermedades como la depresión, además de ayudar a sobrellevar la ansiedad y el estrés y a mejorar la autoestima.

Sin embargo, un reciente estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Yale ha concluido que a partir de un determinado nivel, más ejercicio físico no siempre es mejor, especialmente en lo que a la salud mental se refiere.

Es la principal conclusión a la que han llegado después de analizar datos de 1,2 millones de estadounidenses para averiguar cuánto y qué tipo de ejercicio es mejor para la salud mental, y por el camino observaron algo inesperado: que el ejercicio físico está significativamente asociado a una mejora de la salud mental pero que más ejercicio no siempre es mejor.

No más de 90 minutos o 23 veces al mes

Los investigadores observaron que las personas que se ejercitan entre 30 y 60 minutos entre tres y cinco veces a la semana son los que más se benefician de esa actividad. Los que hacen ejercicio más de 90 minutos todos los días mejoran su salud mental, pero menos. Y los que hacen ejercicio más de 90 minutos al día o más de 23 veces al mes tienen una salud mental en peor estado que los que no hacen ejercicio nunca.

Los autores reconocen que esta correlación no tiene por qué implicar causalidad, y si la hay, no saben si es que el exceso de ejercicio puede empeorar la salud mental, o si es que una peor salud mental puede llevar a ejercitarse en exceso.

La gente que se ejercita tanto o durante tanto tiempo puede que lo haga como una forma de comportamiento obsesivo o por otro tipo de trastornos, como dismorfia corporal (no reconocer la forma de alguna parte de su cuerpo) o trastornos alimenticios.

Por otro lado, sobreejercitarse puede causar estrés físico y emocional, fatiga e inflamaciones, y todo ello puede tener un impacto sobre la salud mental. Es la pescadilla que se muerde la cola y todavía no hay una respuesta clara.

Afecta solo a unos pocos

Lo que sí sabemos es que este problema afecta a grupos de riesgo reducidos, no es algo que afecte a la mayoría de la gente. Se trata principalmente de personas con desórdenes bipolares o con personalidades adictivas, que abusan del ejercicio como podrían abusar de otras cosas, descuidando otras partes de sus vidas.

En otros casos, el ejercicio forma parte de un trastorno más amplio, como los desórdenes alimentarios. No son siempre necesariamente casos de anorexia, sino que también pueden darse en deportistas que practican disciplinas donde el aspecto físico es importante (gimnasia, patinaje) o donde el peso es importante (boxeo o algunas artes marciales).

Para la mayoría, el ejercicio es positivo

Sin embargo, los autores coinciden en que la principal conclusión de este estudio y la que puede beneficiar a más gente es que las personas que entrenan tienen de media 1,5 días menos de malestar mental al mes que las personas que no hacen nada de ejercicio, y la diferencia es aun mayor entre aquellos pacientes previamente diagnosticados de depresión: 3,75 días malos al mes menos al hacer ejercicio.

Esto coincide con otros estudios, como por ejemplo este que concluyó que caminar a paso ligero o correr suavemente durante unos 30 minutos tres veces a la semana es tan efectivo como algunos medicamentos antidepresivos.

Imágenes | Unsplash

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