Siete cosas sobre el clítoris que quizá no sabías y que ya es hora de que vayas aprendiendo

Siete cosas sobre el clítoris que quizá no sabías y que ya es hora de que vayas aprendiendo

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Siete cosas sobre el clítoris que quizá no sabías y que ya es hora de que vayas aprendiendo

Tanto si tienes uno como si interactúas con uno de vez en cuando, y aunque no sea así, por pura cultura general, hay muchos datos sobre el clítoris que la mayoría de la gente desconoce. Los tabús en torno a la sexualidad femenina (que si bien se van disolviendo aun perduran en mucha gente) han causado una gran ignorancia en torno a órganos del cuerpo que no existe en torno a otras partes de las que todos tenemos más o menos un conocimiento general.

Por ese motivo, aquí viene Vitónica a llenar esas lagunas de conocimiento que aun perviven y que ya va siendo hora de completar.

1. El clítoris es mucho más que lo que se ve

Si lo observásemos desde fuera, parecería que el clítoris es un pequeño bulto, del tamaño de un guisante y recubierto por una especie de capuchón de piel muy sensible dentro de los labios vaginales mayores y justo sobre los labios menores.

Pero la mayor parte de este órgano de hecho se encuentra bajo la piel, en el interior de la zona del pubis: se sitúa alrededor del túnel vaginal y se extiende hacia el interior de los muslos.

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2. Más nervios que el pene

El clítoris está compuesto por 18 tipos de tejidos diferentes: músculos, nervios, tejido eréctil... En esa pequeña arte visible del clítoris, que es la que se puede estimular durante las relaciones sexuales, hay nada más y nada menos que 8.000 terminaciones nerviosas. Son mas que las que hay en el pene.

De hecho, en comparación, el interior de la vagina es una zona relativamente insensible. Hay un motivo para esto: a la hora de dar a luz, tener que hacerlo a través de una vagina tan sensible como es el clítoris sería intensamente doloroso.

3. Aumenta un 300% su tamaño

Incluyendo su cuerpo cavernoso, la zona que se hincha poco a poco al aumentar el riego sanguíneo como ocurre con el pene, el clítoris mide de media entre 7 y 12 centímetros. Cuando se excita y se ha hinchando puede aumentar de tamaño entre un 50 y un 300% poco a poco hasta llegar a su punto máximo durante el orgasmo.

En cuanto a las terminaciones nerviosas que se prolongan por el interior de la zona abdominal y de los muslos, se curvan durante ese periodo causando una presión placentera en el interior del cuerpo.

4. Hay distintos tipos de orgasmos, pero todos se basan en el clítoris

La investigación de la sexualidad femenina se ha visto condicionada durante siglos por una visión androcéntrica en la que se creía que la estimulación a través de la penetración era imprescindible para que una mujer alcanzase un orgasmo.

Hoy sabemos que esto no es así y que hay distintas vías para el orgasmo femenino, desde la estimulación directa del clítoris hasta la búsqueda del famoso punto G o, sí, la penetración vaginal. En todos esos casos, la estimulación directa o indirecta del clítoris está relacionada, aunque se puede realizar desde distintos puntos y de distintas formas.

5. El clítoris tiene una función única...

Es, que sepamos, el único órgano humano cuya única función es exclusivamente el placer sexual. En el caso de los hombres, la excitación y el placer sexual son necesarios para la eyaculación, que biológicamente cumple una función dentro de la reproducción. El clítoris está ahí solo para darnos gusto.

6. ...y por eso en ocasiones se ha buscado eliminarlo

En las culturas que practican la ablación, una práctica brutal en la que se extirpan parte de los órganos sexuales femeninos, el clítoris es uno de los órganos cercenados. Es una costumbre que en otras épocas se practicó en muchos más lugares del mundo con la idea de preservar a las mujeres puras, no fuesen a disfrutar de sus cuerpos más de la cuenta...

7. El clítoris se puede convertir en pene, y al revés

Es una teoría generalmente aceptada que el pene y el clítoris son de hecho el mismo órgano, o lo eran en origen cuando el feto comienza a desarrollarse durante el embarazo en el momento en que toma una forma masculina o femenina.

Esto significa que en algunas operaciones y procesos de cambio de sexo se puede emplear cirugía y tratamientos hormonales para reconvertir uno en otro. No es un proceso sencillo, pero sí que es posible.

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