Nueve cosas curiosas que la ciencia sabe sobre tu pelo (y otras que no sabe)

Nueve cosas curiosas que la ciencia sabe sobre tu pelo (y otras que no sabe)

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Nueve cosas curiosas que la ciencia sabe sobre tu pelo (y otras que no sabe)

Se llama tricología a la ciencia que estudia el pelo y el cuero cabelludo, una extensión más de nuestro cuerpo tan relacionado con nuestra salud como con nuestra estética.

Aunque hasta hace poco se consideraba parte de la dermatología, y obviamente está muy relacionada con esa rama de la medicina, la tricología es ya protagonista de muchos estudios e investigaciones en los que se mezclan muchas disciplinas científicas diferentes: la nutrición, la inmunología, la arqueología e incluso la ciencia de los materiales.

Te contamos algunas cosas curiosas que todas esas investigaciones nos han hecho aprender sobre nuestro cabello, y otras que aun no tienen respuesta científica.

1. Todo el pelo del cuerpo se comunica para crecer a la vez

Según una reciente investigación de la Universidad de California - Irvine, el crecimiento de todo el pelo de nuestro cuerpo está regulado por un solo mecanismo molecular que se adapta a cada parte de la piel, de forma que todo el cabello crece de forma coordinada pero con distintas densidades en cada parte del cuerpo.

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En los animales, este mecanismo les sirve para mantener el pelaje que les ayuda a sobrevivir. En los seres humanos, este descubrimiento puede ayudar a entender problemas capilares como la calvicie o la abundancia de pelo en zonas donde no es deseado. También es un ejemplo de cómo los tejidos del cuerpo crecen a mayor o menor velocidad que otros.

2. Tu pelo en cifras

Si hay algo que le gusta a los científicos es ponerlo todo en magnitudes cuantificables, incluido el pelo, así que agárrate que vienen cifras.

Una cabeza tiene de media entre 120.000 y 150.000 pelos, unos 250 pelos por centímetro cuadrado (aunque puede variar entre 200 y 300)

Una cabeza tiene de media entre 120.000 y 150.000 pelos, unos 250 pelos por centímetro cuadrado (aunque puede variar entre 200 y 300). Cada pelo mide entre 58 y 100 micrómetros de diámetro (un micrómetro es la milésima parte de un milímetro), y su forma al cortar no es redonda, sino ovalada.

El pelo crece de media 1 centímetro al mes aproximadamente, lo que supondrían 0,3 milímetros al día y 12 centímetros al año. Si ampliamos los cálculos a toda la cabeza, producimos 36 metros de pelo al día, aproximadamente 1,1 kilómetros de pelo al mes y más de 13 kilómetros al año.

El ciclo de vida medio de un pelo dura 3 años, y es raro encontrar un solo pelo que mida más de 1 metro, lo que supondría unos 8 años de vida (sin cortarlo nunca). Sin embargo, el pelo más largo registrado hasta la fecha medía 4,2 metros, lo que supone que, si crecía a un ritmo normal, no se cortó en 35 años.

Cada pelo puede sostener de media unos 100 gramos de peso. Esto significa que 100 cabellos podrían sostener 10 kilos y, si nuestro cuero cabelludo pudiese resistirlo, nuestra cabellera entera podría sostener 12 toneladas.

3. Queratina, grasa y melanina

Son los tres principales componentes químicos de nuestro cabello. La queratina es una proteína formada por 18 aminoácidos que se forma en los queratinocitos, células situadas en algunos puntos de la piel que se multiplican y se diferencian: una parte va a la periferia de los folículos pilosos y forma el interior y el exterior de la raíz del pelo, mientras que otros se alargan y forman el cabello en sí. Por el camino se llenan de fibras de queratina. Después, los queratinocitos mueren y el cabello ya ha sido formado.

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Para mantener su fuerza y brillo, el pelo necesita lípidos. Algunos son parte del propio cabello, otros los aportan las glándulas sebáceas de la piel. Los lípidos representan el 3% de la composición del pelo, y proveen de cohesión y cierta impermeabilidad a las fibras capilares. La producción de esta grasa está regulada por procesos hormonales, y por eso algunos desequilibros resultan en un pelo excesivamente grasiento o demasiado seco.

La melanina es la responsable del color natural de tu pelo. Se crea en la raíz, en unas células llamadas melanocitos, y luego es transmitida a los queratinocitos a medida que el pelo se va formando. A pesar de la gran variedad de colores de cabello naturales que conocemos, la melanina solo tienes dos pigmentos: la eumelanina, más oscura, y la feomelanina, más clara.

4. Por qué unos tenemos el pelo liso y otros rizado

Tres factores influyen en la textura del cabello. El primero es un gen llamado TCHH encargado de codificar una proteína llamada tricohialina que se forma en el interior de los folículos capilares. Una investigación realizada en 2009 halló que una mutación en ese gen estaba relacionada con una mayor probabilidad de tener el pelo rizado.

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El segundo es la forma del folículo, que está directamente relacionada también con las tricohialina. Puesto que el pelo comienza a formarse en el interior de los folículos y luego sigue creciendo hacia el exterior, un folículo torcido dará como resultado un pelo rizado, mientras que un folículo recto dará un cabello liso.

El tercero es la queratina ya mencionada, y los enlaces que estas moléculas forman entre sí: si son enlaces rectos de unas moléculas con otras, el pelo será liso, mientras que si son enlaces diagonales o irregulares, el pelo será ondulado o rizado.

5. Por qué nos atraen más unos colores de pelo que otros

Aquí es donde la ciencia empieza a sacar conclusiones con mucha, mucha precaución, ya que en una cuestión que mezcla preferencias subjetivas, psicología y razonamientos evolutivos, es difícil establecer evidencias inequívocas. Pongamos por tanto que la ciencia lo sabe... más o menos.

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Por ejemplo, un estudio realizado en 2012 con intención de determinar qué color resultaba más atractivo en una potencial pareja sexual concluía que, efectivamente, a los hombres les gustan más las mujeres rubias. Otra investigación sugería que el motivo es que las mujeres rubias parecen más "necesitadas" y por tanto el riesgo de rechazo es menor.

En cambio, los hombres rubios no recibieron más atención que otros morenos o de pelo castaño. Para ellas, los hombres rubios parecían poco dignos de confianza y con poca inclinación al compromiso.

Según el antropólogo Peter Frost, el motivo para preferir a las personas rubias es la escasez: nos atraen las personas que nos parecen un poco exóticas, y puesto que en la mayor parte del mundo el pelo rubio es más escaso que el moreno, he ahí la explicación.

Eso sí, esta teoría no parece encajar con los pelirrojos, el color de pelo más escaso en todo el mundo y que sin embargo no resulta especialmente atractivo según varios estudios.

¿Será por las pecas? Algunas teorías sugieren que no es solo el color del pelo. El tipo de piel de los pelirrojos, normalmente cubierto más o menos de pecas, presenta un mayor riesgo de padecer cáncer, y eso podría causar que una potencial pareja se sienta inconscientemente reacia a intimar con unos genes que no son los mejores que puede dejar a su descendencia.

Pero la principal razón que se tiene en cuenta al analizar la atracción o aversión hacia los pelirrojos tiene menos que ver con la genética y más con los prejuicios culturales, lo cuál explica por qué una mujer pelirroja resulta más atractiva, generalmente, que un hombre pelirrojo.

6. La ciencia de los pelirrojos

Ya que hablamos de pelirrojos... ¿qué hace que algunos de nosotros desarrollemos ese color tan particular? ¿Por qué hay tan pocos pelirrojos en algunas partes del mundo y tantos en otras? ¿Por qué tener el pelo cobrizo conlleva una piel clara y pecosa sin remedio?

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Nuestra cadena genética tiene entre 50 y 70 genes relacionados con la pigmentación, pero solo uno es responsable de que una persona sea pelirroja. Se llama MC1R, y unas cuantas variedades de este gen tiene el efecto de impedir que su portador desarrolle el tipo más común de melanina, la eumelanina, que produce el color marrón, y solo genere la feomelanina, responsable de las tonalidades más claras.

No está claro cuándo surgieron estas mutaciones, pero sí sabemos con cierta seguridad dónde lo hicieron: en las regiones del norte de Europa que hoy se corresponden con Escocia, Inglaterra, Holanda, el norte de Alemania, Islandia y Noruega. La principal ventaja que aporta estas mutaciones del gen es la capacidad para generar vitamina D en lugares donde hay poca incidencia de la luz del sol, así que parece seguro aventurar que se trata de una adaptación para vivir en esos territorios del norte.

Pero lo que supone una ventaja, puede ser también un inconveniente: la ausencia de eumelanina deja a los pelirrojos más expuestos a la radiación solar, hasta el punto de que un estudio publicado en Nature asegura que el riesgo de los pelirrojos a padecer cáncer de piel es igual al de otras personas después de dos décadas de exposición solar.

Otras curiosidades relacionadas con el pelirrojo: el gen MC1R no solo está relacionado con la producción de melanina, sino también con otras partes del cuerpo. Por ese motivo, y aunque la diferencia no es demasiado grande, los pelirrojos tienen un umbral del dolor más bajo y su sangre tarda más en coagular.

7. El misterio de las canas

Cómo se forman las canas es un proceso bien conocido por la ciencia: los pelos son en origen, blancos, y son los melanocitos, células que producen la melanina (mezclando eumelanina y feomelanina), los que tiñen nuestro cabello con nuestro color natural. En algún momento de nuestra vida, los melanocitos reducen su producción y nuestro pelo se va volviendo blanco.

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Ahora, ¿por qué ocurre esto? Eso no está tan claro. Una hipótesis es que los melanocitos se desarrollan con una especie de reloj integrado, y que llegado un momento ese mecanismo ralentiza y detiene su actividad. Otra apuesta por una causa genética, señalando cómo las canas tempranas suelen darse en padres de hijos por igual.

8. ¿Por qué me estoy quedando calvo?

Aquí está la pregunta del millón. Saber por qué nos quedamos calvos sería el primer paso para solucionarlo, así que hay muchas investigaciones buscando respuestas.

Una de ellas, llevada a cabo por científicos japoneses, trató de analizar a qué se debe que las personas, sobre todo lo hombres, pierdan el pelo con la edad. Analizando primero a ratones y luego a personas entre 50 y 70 años, determinaron que con el paso del tiempo tenemos folículos pilosos más pequeños y escasos. Cuando eso ocurre, perdemos pelo y no crece más.

La causa es que con la edad se reduce la producción de un tipo de colágeno, llamado COL17A1, responsable de mantener sanas las células madre del interior de los folículos pilosos. Con el tiempo y sin este colágeno, los folículos pilosos se convierten en queratinocitos epidérmicos, las células más comunes en la capa exterior de la piel y de las que no crece pelo.

9. Vale, pero ¿por qué unos nos quedamos calvos antes que otros?

Igual que en el caso de las canas, la respuesta no está muy clara, pero obviamente hay diferencias entre unas personas u otras, especialmente entre los hombres, a la hora de empezar a perder pelo y no recuperarlo. En esta cuestión, los factores hereditarios y genéticos se combinan con nuestro entorno y nuestros hábitos.

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Una investigación trató de responder a esta pregunta y para ello analizó material genético de 20.000 hombres, y encontraron 63 alteraciones genéticas asociadas a esta condición. Algunas de ellas están relacionadas también con otras características físicas, como un menor tamaño corporal, una pubertad temprana, mayor riesgo de padecer determinados tipos de cáncer, tener la piel clara o mayor densidad ósea.

Imágenes | Istock
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