Antes de abrazar por completo la temporada de sopas frías como el gazpacho recuperamos otros clásicos del recetario nacional que brillan especialmente cuando suben las temperaturas y se aproxima el verano. El pisto es uno de esos platos con diferentes variedades por España muy fácil de hacer a nuestro gusto y que además de saludable es la pareja perfecta de alimentos ricos en proteínas como las conservas marineras.
Para esta versión apostamos por lo más simple con una base de cebolleta tierna pochada con poco aceite para que quede muy tierna y más digestiva, dorando previamente unas semillas de comino y laurel para potenciar los aromas y sus propiedades. El calabacín es la hortaliza estrella, que podemos trocear en piezas más o menos pequeñas según nos guste más o menos deshecho, y hemos agregado unas zanahorias que teníamos en la nevera, pero se pueden sustituir por otra hortaliza (calabaza, boniato, pimiento, berenjena...).
Si puedes encontrar passata italiana de tomate, el pisto queda mucho más suave y meloso, con un sabor más equilibrado en el tomate, pero en caso contrario nos sirve tomate triturado al natural o troceado, si te gustan más los tropezones de esta hortaliza.
Calentar a fuego suave un chorrito de aceite en una cazuela u olla ancha con las semillas de comino y el laurel, dejando que liberen sus aromas sin quemarse. Añadir la cebolleta, salar, remover y dejar pochar, removiendo de vez en cuando y vigilando que no se agarre al fondo, hasta que esté tierna.
Echar el calabacín y la zanahoria, salpimentar, subir el fuego y remover unos minutos para que se doren un poco. Añadir el vino y dejar que se evapore el alcohol. Echar el tomate, remover de nuevo y bajar el fuego. Si usamos passata, añadir además un poco de agua.
Dejar cociendo a fuego suave durante, al menos, media hora más, hasta que las hortalizas estén al punto deseado y el tomate con la textura que nos guste. Podemos taparlo para que reduzca más el líquido o añadir más agua si buscamos el efecto contrario.
Trasladar a una fuente o recipiente para que pierda temperatura y servir a temperatura ambiente o, mejor, frío tras reposar en la nevera con la ventresca al gusto.
Tomate Passata
Con qué acompañar el pisto de calabacín con ventresca
Hemos aderezado nuestro pisto con cebolleta verde y cilantro picado, pero si no te gusta puedes usar perejil corriente, tomillo o cualquier otra hierba fresca de tu agrazo, o simplemente pimienta negra y un chorrito de buen aceite de oliva virgen extra. Además del bonito o atún le iría muy bien huevo cocido o a la plancha, tofu salteado o unos garbanzos cocidos sin más o tostados. El pisto también es una excelente guarnición de pescados y carnes magras.
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