La memoria es algo que queremos conservar con el paso de los años, y que muchas veces es inevitable su pérdida. La alimentación juega un papel importante en su conservación y por ello es fundamental que tengamos en cuenta los alimentos que van a ser nuestros aliados.
Uno de los principales nutrientes que desempeña un papel importante en la conservación de la memoria son las vitaminas. Dotar a nuestro cuerpo de ellas es fundamental para que las neuronas realicen sus funciones correctamente. Con el paso de los años y muchos hábitos que tenemos cotidianos, el aprovechamiento de las vitaminas por parte del organismo es muy reducido, lo que influye directamente en nuestra capacidad de recuerdo. Pero si seguimos una serie de hábitos en lo que a dieta se refiere podemos lograr prolongar la buena memoria.
Dentro del aporte vitamínico que tan bien hará a nuestra memoria, destaca un grupo que no debe faltar en nuestra alimentación, se trata de las vitaminas del tipo B. Entre sus funciones destaca la de proteger los tejidos neuronales y conseguir alargar la vida de las células cerebrales. Este tipo de vitaminas las podemos encontrar en los cereales integrales, la levadura de cerveza, frutas y verduras de hoja verde... Es importante que esté presente en nuestra dieta cotidiana para lograr perpetuar la memoria por más tiempo.
El consumo de omega-3 también es un aliado de la memoria, ya que favorece la circulación de la sangre, fundamental para mantener un buen riego sanguíneo en el cerebro y mejorar así la memoria. El omega-3 reduce los niveles de colesterol en sangre manteniendo de esta manera nuestras arterias jóvenes por más tiempo. Los alimentos que nos aportarán grandes dosis de este nutriente son los aceites de oliva, de soja, el pescado azul, el germen de trigo...
Dotar a nuestro organismo de antioxidantes es una buena forma de perpetuar nuestra memoria por más tiempo, ya que se encargan de neutralizar el efecto que los radicales libres tienen sobre las neuronas. Los antioxidantes se encuentran en infinidad de alimentos, entre los que cabe destacar las frutas y verduras. Además de protegernos de los ataques del exterior, los antioxidantes mantienen nuestro organismo más joven.
Un alimento esencial del cerebro y que repercute enormemente en la memoria es la colina. Se considera a este nutriente un derivado de la vitamina B, y es el principal responsable en la segregación de la acetilcolina, un neurotransmisor fundamental para el buen funcionamiento neuronal y la transmisión de los impulsos nerviosos. Lo podemos encontrar el los mismos alimentos que contienen altas dosis de vitamina B.
Imagen | piovasco
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