Así conseguí bajar mi frecuencia cardíaca en reposo gracias al ejercicio físico

Así conseguí bajar mi frecuencia cardíaca en reposo gracias al ejercicio físico

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Luke Chesser 22256 Unsplash

Controlar o conocer nuestra frecuencia cardíaca de manera habitual puede ser complicado si no disponemos de un dispositivo concreto que nos facilite esa información. Ese era mi caso hasta hace poco más de un mes, cuando empecé a hacer uso de la nueva Fitbit Inspire HR

Si hay algo que me sorprendió entonces fue lo alta que me parecía que estaba mi frecuencia cardíaca. No solo cuando hacía cualquier tipo de actividad, sino sobre todo en reposo. Gracias a la realización de ejercicio físico en muy poco tiempo vi cómo se reducían esas pulsaciones

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La importancia de una frecuencia cardíaca baja

Lo primero que debemos saber es que la frecuencia cardíaca nos señala el número de pulsaciones o de latidos de nuestro corazón en un minuto. El ritmo cardíaco que tengamos en reposo va a ser diferente en cada uno de nosotros y dependerá de nuestras características particulares. 

En cualquier caso, habitualmente, este ritmo será de entre 50 y 100 pulsaciones por minuto dependiendo de la persona. Las investigaciones realizadas al respecto hasta ahora han encontrado que un ritmo cardíaco alto estaría relacionado con un mayor riesgo de fallecimiento. Y cuánto más altas las pulsaciones, mayor el riesgo. 

La importancia del deporte para reducir el ritmo cardíaco

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Sabiendo esto, si somos conscientes de que nuestras pulsaciones por minuto son altas, podemos plantearnos qué hacer para intentar reducir las pulsaciones de nuestro corazón. En este sentido, la Fundación del Corazón lo tiene claro: la práctica de ejercicio físico regular ayuda a reducir la frecuencia cardíaca. 

Ejercicios como los aeróbicos o cardiovasculares ayudarán a reducir nuestra frecuencia cardíaca en reposo. También podemos conseguir que esto mismo ocurra practicando deporte como la natación. Lo realmente sorprendente para mí ha sido observar la velocidad a la que las pulsaciones por minuto se reducen

Reducción de 10 pulsaciones por minuto en menos de un mes

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Mi actividad física durante el último año se ha visto reducida de manera muy importante debida a mi situación laboral. En unos meses cambié de realizar un trabajo que me mantenía activa y de pie durante todo el día a realizar un trabajo sedentario durante ocho horas al día

Esto se reflejó tanto en mi peso como en mi estado físico y, aparentemente, también en mi frecuencia cardíaca y mi capacidad aeróbica. Por ello, durante el último mes, he comenzado a realizar ejercicio físico de manera más continuada, acudiendo al gimnasio y combinando el entrenamiento de fuerza con el ejercicio cardiovascular además de comenzar a mantener más actividad física moviéndome más y caminando. 

La realidad es que uno de mis propósitos con el aumento de mi actividad física era mejorar la calidad de mi sueño, además de perder algo del peso ganado y mejorar mi condición física - así como mi composición corporal -. Sin embargo, lo que no me había planteado tan seriamente era reducir la frecuencia cardíaca y mucho menos tan rápido. 

Sin embargo, el efecto del deporte y la actividad física en mis latidos me ha sorprendido. Antes de comenzar a hacer ejercicio físico mi frecuencia cardíaca en reposo rondaba los 77-79 latidos por minuto. Incluso llegando a alcanzar los 80 latidos por minuto. 

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Para mi sorpresa, en dos semanas comencé a notar la diferencia en mis pulsaciones. No solo la notaba al mirar durante el día o la noche las pulsaciones que marcaba mi Fitbit, sino también al ver la medía que genera al día la pulsera y que fue manteniéndose estable con el pasar de los días. 

Así, con menos de un mes de realización de ejercicio físico y aumento de la actividad, pasé a tener una frecuencia cardíaca en reposo de entre 66 y 69 latidos por minuto. Antes de este aumento de mi actividad física no bajaba de los 70 latidos por minuto ni siquiera durmiendo, y en este momento he llegado a alcanzar los 60 lpm. 

Si queréis cuidar vuestro corazón, una buena alimentación y la realización de ejercicio físico son el mejor camino. Los resultados podréis empezar a verlos - y de manera objetiva - en vuestro pulso incluso antes que en vuestro cuerpo

Imágenes  | Unsplash, Vitónica

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