Suplementos de omega 3: esto es lo que tienes que saber a la hora de comprar uno

Suplementos de omega 3: esto es lo que tienes que saber a la hora de comprar uno

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El omega 3 es un tipo de ácido graso poliinsaturado que debe su nombre a la ubicación de su primer doble enlace. Debido a que el organismo no es capaz de sintetizarlo por si mismo, se considera un ácido graso esencial, igual que el omega 6, por ejemplo.

Tal es su importancia en la salud que instituciones como la Asociación Americana del Corazón recomiendan consumir al menos 1g diario de estos ácidos grasos o lo que es lo mismo, dos porciones de pescados altos en omega 3 a la semana.

Su papel en la salud es inestimable ya sea que hablemos de salud general, cardiovascular o incluso como protección ante desórdenes autoinmunes como artritis, enfermedad de Crohn o lupus.

En este contexto, los suplementos de omega 3 pueden ser de ayuda para llegar a los requerimientos diarios necesarios cuando no se pueden alcanzar con alimentos o cuando las necesidades aumentan en caso de ser poblaciones de riesgo o incluso deportistas.

Dada la importante y creciente presencia de este tipo de suplementación, en este artículo queremos enseñarte a saber discernir cual es un buen suplemento de omega 3 y cual no.

¿Cómo saber elegir un buen suplemento de omega 3?

Lo primero que debes buscar rápidamente en la etiqueta es algo que asegure que el suplemento es de grado farmacéutico, destilado molecularmente y ultrarefinado. Un omega 3 de grado farmacéutico ha sido procesado para aumentar su concentración y suele venir en formato de éster etílico. Si no indica nada de esto, desconfía.

Lo segundo que debes buscar es el certificado IFOS, que asegura la calidad del producto según los estándares de la OMS. Este certificado lo otorga una tercera empresa y comprueba niveles de concentración, oxidación y presencia de PCBs (bifenilos policlorados) y dioxinas (toxinas que no queremos). Son también interesantes pero no determinantes para su calidad, Puremax y Pesca Sostenible Certificada.

Lo tercero que tienes que comprobar es la presentación del suplemento, es decir, cómo se ha obtenido: fosfolípido, triglicérido o Ethyl-Ester (éster etílico). Lo más comercializado es el Ethyl-Ester pero si tu bolsillo te lo permite elige triglicéridos. Todo esto debe aparecer en la etiqueta.

Asegúrate de si las cápsulas vienen con 1000mg de aceite o 500mg. Descarta las de 500 pues la concentración es menor y acabarás teniendo que tomar 4 o más para cubrir la dosis diaria. Desconfía de las que ofrecen megadosis puesto que la trampa suele estar en la cantidad de perlas que tienes que tomar para alcanzarlas.

A la hora de leer los ingredientes, únicamente debe aparecer aceite de pescado y/ o krill. Ingredientes cómo vitamina E (tocoferol) también son normales, puesto que actúan como antioxidantes.

Fíjate en la concentración. Quédate con aquellos dónde la concentración de EPA y DHA es de 40:20 (400mg de EPA y 200mg de DHA por cada 1000mg, es decir, una cápsula). Cuidado con aquellas etiquetas que muestren más concentración ya que los fabricantes pueden declarar concentraciones superiores con cierto margen de error y esto la ley lo permite. Si no aparece la concentración, descarta ese suplemento.

¿Cuál es el mejor formato o presentación de un suplemento de omega 3?

Como decíamos antes, uno de los formatos en los que pueden presentarse el omega 3 es el de éster etílico. No obstante, la forma en la que el omega 3 se encuentra en la naturaleza es en forma de triglicérido y fosfolípidos y es la forma en la que el organismo la absorbe con mayor facilidad. Lamentablemente su concentración de EPA y DHA (dos ácidos grasos de la serie omega 3) es muy baja (18:12).

Para incrementar la concentración de EPA y DHA se trata el omega 3 y el resultado es un éster etílico de omega 3. Se podría decir que esto origina un producto de grado farmacéutico. La concentración de EPA y DHA puede alcanzar un 40:20 de esta manera por lo que suele ser el mejor formato calidad-precio.

Pero resulta que existe la posibilidad de tratar aún más este formato de éster etílico a través de un proceso más costoso. El resultado es de nuevo un triglicérido pero altamente concentrado en formato natural y libre de metales pesados y bifenilos policlorados (PCBs).

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Si bien es cierto que la biodisponibilidad del éster etílico de omega 3 es ligeramente menor a la de triglicérido, hay marcas que utilizan recubrimiento entérico en sus cápsulas para retardar la liberación del contenido y que esto suceda en el intestino, lo que puede aumentar su biodisponibilidad respecto a otros ésteres.

La presentación de éster etílico se suele utilizar cuando se le da al Omega 3 un uso como complemento alimenticio, para así llegar a los niveles diarios recomendados que proponen organizaciones como la American Heart Association (de un gramo al día).

Por otra parte, el formato retriglicérido suele utilizarse en el ámbito clínico de forma terapéutica porque tiene biodisponibilidad inmediata.

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