Contracturas musculares: qué son, por qué aparecen y cómo se tratan

Contracturas musculares: qué son, por qué aparecen y cómo se tratan

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Contracturas musculares: qué son, por qué aparecen y cómo se tratan

Muchos de nosotros hemos sufrido o sufrimos de dolores de espalda ocasionalmente o, incluso, de manera habitual. Nuestro estilo de vida cada vez más sedentario y muchos de nuestros trabajos, que implican pasar muchas horas sentados o en posiciones poco apropiadas acaben generando serias molestias en nuestras espaldas que nos provoquen dolor.

En numerosos casos, estos dolores vienen provocados por contracturas musculares de las que los médicos o nuestro fisioterapeuta nos advertirán. Sin embargo, muchos de nosotros no acabamos de tener claro qué son exactamente las contracturas musculares, cuáles son las causas de su aparición y cómo se deben tratar.

Qué es una contractura muscular

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Nuestros músculos, en su funcionamiento habitual, se contraen y se vuelven a relajar una y otra vez, para ayudarnos a realizar los movimientos y la fuerza adecuada. En el caso de las contracturas musculares, se tratan de la contracción que hace un músculo - o alguna de sus fibras - pero que se mantiene contraído en vez de regresar al estado de relajación habitual.

Este tipo de contracción continuada es, por supuesto, involuntaria y provoca que nuestra musculatura permanezca de manera constante en tensión. Esta contracción sostenida en el tiempo genera que la zona se encuentre hinchada y dura al tacto formando lo que muchos de nosotros conocemos como "nudo".

Existen diferentes tipos de contracturas dependiendo del modo en el que hayan sido causadas:

  • Contractura durante el esfuerzo: con un esfuerzo muy elevado, en ocasiones, nuestro cuerpo no es capaz de depurar los metabolitos. Esto causa que se acaben acumulando y nos creen el dolor y la inflamación de la contractura.

  • Posterior al esfuerzo: tras llevar a cabo un gran esfuerzo, en ocasiones, los músculos no tienen la capacidad volver a un estado de relajación, por causa de la fatiga a la que han sido sometidos.

  • Residuales tras una lesión: cuando sufrimos una lesión como fracturas o esguinces, los músculos que se encuentran alrededor de esta musculatura tienden a contraerse para proteger la zona lesionada. El problema viene cuando, tras curarse la lesión, la musculatura no puede volver a relajarse.

Causas de las contracturas

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Entre algunas de las causas que provocan las contracturas musculares, encontramos el sedentarismo. La poca actividad física genera que nuestro cuerpo no cuente con la suficiente tonicidad muscular de manera que, cuando realizamos un esfuerzo mayor de lo habitual nuestro cuerpo no puede soportarlo y aparecen contracturas.

Otra de las causas más comunes es el padecimiento de estrés. Cuando estamos sometidos a situaciones de alto estrés nuestra musculatura tiende a tensionarse demasiado, de forma involuntaria y continuada, provocando la aparición de contracturas.

Las malas posturas en el trabajo o tener una edad avanzada también son factores de riesgo y pueden generar contracturas. En el caso de los adultos mayores, aparece una pérdida de elasticidad en su musculatura que favorece la aparición de contracturas. Los deportistas también tienen riesgo de padecer contracturas debido a movimientos repetitivos, los impactos que sufran o el esfuerzo excesivo.

Cómo tratar las contracturas

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Es importante que acudamos a nuestro médico o a un experto en fisioterapia para que evalúe el alcance de la contractura y nos den las pautas más adecuadas para cuidarnos. En cualquier caso, el primer paso es siempre intentar alejarnos de la causa de la lesión. Si un gesto continuado o una mala postura habitual es la causante, necesitaremos reposo para evitarlos.

La aplicación de calor seco en la contractura también puede ayudarnos, especialmente en las primeras fases de la contractura. Puede ser útil también que hagamos uso de baños de contraste para mejorar la circulación y que la sangre riegue mejor la zona contracturada. Además, en algunos casos, los antiinflamatorios pueden ayudarnos, aunque es recomendable que sea nuestro médico quien nos los recomiende si lo considera oportuno.

Por último, los masajes son una de las técnicas más adecuadas para tratar las contracturas. Acudir a un profesional de la fisioterapia que trate nuestra lesión de manera adecuada y nos dé pautas para el cuidado de nuestra musculatura es la mejor opción para curar la contractura.

Imágenes | Pixabay

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