¿Son las bebidas energéticas aptas para los niños?

¿Son las bebidas energéticas aptas para los niños?

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¿Son las bebidas energéticas aptas para los niños?

En nuestra última entrada os hablamos sobre si las bebidas isotónicas son adecuadas para los niños después de la práctica de ejercicio, y analizamos en qué casos pueden tomarse y cuando no son necesarias.

Hoy os hablamos de otro tipo de productos que a priori pueden parecer similares a los isotónicos, pero que no lo son en absoluto y menos en el caso de los más pequeños, ¿son las bebidas energéticas aptas para los niños?

Importante: isotónica no es energizante

Si preguntamos a una persona que no está muy familiarizada con estos productos la diferencia entre bebidas isotónicas y bebidas energéticas, estoy prácticamente seguro que en muchos casos no encontrarían ninguna. La explicación es muy sencilla, ha llegado un momento en que tanta publicidad y tanta bebida "milagrosa" ha hecho que parte de la población no tenga claro absolutamente nada.

Las bebidas isotónicas son las que se utilizan para rehidratarse y reponerse frente a determinadas pérdidas después de la práctica, generalmente, de una actividad intensa y duradera; mientras que por otro lado, tenemos las bebidas energéticas que nada tienen que ver con este sentido, ya que hablamos de productos que generalmente contienen estimulantes e importantes cantidades de cafeína.

Lo cierto es que existen determinadas bebidas de este tipo que incluso se recomiendan para niños mayores de cuatro años, una auténtica locura. Productos que afirman una mejora en el rendimiento, energía y nutrición de los más pequeños.
Mucho cuidado con este tipo de productos estimulantes que pueden acabar ocasionando riesgos reales a los niños.

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Posibles efectos sobre los niños

Si los efectos estimulantes de la cafeína son más que notables en personas adultas, imaginaros cómo puede repercutir en el cuerpo de un niño. En ocasiones, las cantidades de cafeína presentes en una lata de este tipo de bebida puede incluso superar a la contenida en tres tazas de café, un límite inaceptable para cualquier menor.

Inquietud, nerviosismo, dificultad para dormir, dolores de cabeza o incapacidad para concentrarse son sólo algunos de los resultados que puede tener la ingesta de estas bebidas en un niño, sin hablar de las bebidas energéticas que se comercializan con dosis de taurina, un potenciador de la cafeína.

Si la dosis es superior o el niño en cuestión acusa problemas o afecciones médicas que implican la toma de medicamentos o ciertos tratamientos, los problemas derivados pueden agravarse aún más. Taquicardias, latidos arrítmicos o hipertensión son derivados directos y comunes de dosis estimulantes inaceptables para un niño, pudiendo llegar a agravarse aún más.

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Conclusiones

Si ayer hablábamos sobre algunas situaciones en las que un niño o adolescente pueden tomar bebidas isotónicas, hoy os hablamos sobre los problemas en que puede derivar la toma de bebidas estimulantes en niños, así que esperemos que haya quedado clara la diferencia entre ambos.

Estas bebidas conllevan claros riesgos para la salud de los más pequeños y deben de ser evitados a toda costa. Los hábitos de vida de los niños deben basarse en una alimentación equilibrada, una adecuada hidratación y un buen descanso.
Ninguna bebida deportiva va a lograr mejores resultados, ni va a conseguir la energía óptima que necesita un niño para llevar una vida activa y saludable.

Imágenes | iStockPhotos
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