La ciencia lo tiene claro: entrenar con pesas no solo te hace más fuerte, también te da años de vida

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La inactividad física es el principal factor de riesgo modificable que podemos utilizar para prevenir y tratar las enfermedades que aumentan la mortalidad. Hasta  hace relativamente poco tiempo todos los focos apuntaban al  entrenamiento de resistencia cómo método principal para disminuir el  riesgo de mortalidad. Sin embargo, el entrenamiento de fuerza ha  aumentado su importancia en la última década por su asociación en la  reducción del riesgo de mortalidad por todas las causas.

El entrenamiento de fuerza sirve para más objetivos que para mejorar la composición corporal

Una revisión sistemática recién publicada recoge toda la información científica de calidad publicada hasta la  fecha donde se comprueba cómo el entrenamiento de fuerza puede ayudarnos  a prevenir y tratar enfermedades cardiovasculares, metabólicas y mentales.

Ya en revisiones anteriores de investigaciones publicadas hasta 2018 se observó cómo el entrenamiento de fuerza se asociaba con un 21% menos  de riesgo de mortalidad por todas las causas. Es decir, si no practicamos entrenamiento de fuerza tenemos un riesgo 21% mayor de mortalidad. Es el mismo dato, pero así presentado puede impactarnos más.

Si a ese entrenamiento de  fuerza le añadimos entrenamiento de resistencia de moderada a vigorosa  intensidad (MVPA por sus siglas en inglés) el porcentaje se eleva hasta  el 40%. Es una cifra elevadísima que supone que cuatro de cada diez personas podrían evitar enfermedades, o disminuir sus efectos secundarios, aumentando su esperanza y calidad de vida al introducir entrenamientos de fuerza entre sus hábitos.

Por tanto, la recomendación  general de "salga a caminar" o "vaya a nadar" se queda, cuanto menos,  escasa. Para alcanzar los mejores resultados se debe promocionar el  entrenamiento de fuerza como fuente de salud,  ya que actualmente la primera frase que sale por una persona al decirle  que vaya a entrenar fuerza es "yo no quiero ponerme ancho / ancha". No se trata de ensanchar los músculos, se trata de ensanchar la vida.

Que la fuerza te acompañe

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En la última década han surgido movimientos como el de strong is the new sexy que han hecho que las mujeres pierdan el miedo a "ponerse muy grandes" por el entrenamiento de fuerza. Poco a poco va calando en la sociedad que correr está bien, pero hacer sentadillas con un barra cargada sobre la espalda es una sensación distinta, tanto a nivel personal como de salud.

Nuestra musculatura necesita contraerse con cierta intensidad para liberar sustancias como las mioquinas, que son nuestra pastilla para evitar enfermedades sin efectos secundarios. Es por esa razón por la cuál el entrenamiento de resistencia de media y alta intensidad produce mejores resultados que el de baja intensidad en la salud.

Nuestras piernas tendrán que contraerse con mayor intensidad cuando hacemos un esprín que cuando paseamos. El principal problema es que entrenar con cierta  intensidad, especialmente en el trabajo de fuerza, requiere de una  supervisión profesional, mientras que salir a pasear o trotar puede  hacerse libremente.

Los datos de las revisiones muestran  la cantidad de personas que podrían mejorar su salud y evitar la  mortalidad por todas las causas gracias al entrenamiento de fuerza. Es  necesario y urgente que las estrategias de salud pública promocionen y faciliten a cualquier persona el acceso a espacios de acondicionamiento físico.

Se aumentará así la calidad de vida de muchísimas personas y se reducirá el riesgo de enfermedades cardiovasculares (hipertensión, colesterol...), metabólicas (diabetes tipo 2, cánceres...) y mentales (depresión, Alzheimer...).

En Vitónica | Todo lo que tienes que saber para organizar tu propia rutina de fuerza: ejercicios, series, repeticiones y descansos

Imágenes | Arthur Edelmans en Unsplash

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