Como ya sabemos, la carrera es una actividad muy practicada por la gran mayoría de los que hacemos deporte. Si preguntamos a la gente que lo practica la gran mayoría nos dirá que lo hace para quemar más calorías y mejorar su corazón y pulmones. Es cierto que la carrera es una de las mejores maneras de mejorar el estado general de nuestro cuerpo, pero no todas las formas de practicarla son las más adecuadas. Por ello vamos a detenernos en la práctica de la carrera de manera interválica, ya que es la más completa a la hora de entrenar todo nuestro cuerpo y quemar calorías.
La carrera es una manera que tenemos de realizar ejercicio para conseguir eliminar calorías. Es cierto que la gran mayoría la llevamos a cabo porque es una actividad constante que nos ayudará a poner el cuerpo en movimiento. Pero no debemos olvidar que la carrera es una actividad de baja intensidad prolongada en el tiempo, y esto precisamente es lo que hace que no sea tan útil para nuestro entrenamiento como puede ser la interválica.
Entrenamiento interválico y convencional
Antes de nada debemos tener claro lo qué es el entrenamiento interválico y lo que es el entrenamiento convencional. Realizar la carrera de manera habitual consiste en mantener un ritmo a la hora de correr. Este ritmo es constante y por lo tanto la actividad en el organismo será también constante. Es cierto que de este modo la quema de calorías es alta, pero el trabajo del sistema cardiaco y respiratorio no es elevado.
En la carrera interválica lo que hacemos es variar las intensidades, mezclando periodos de calma con otros de alta intensidad. Con esta práctica lo que hacemos es aumentar las pulsaciones y hacer que nuestro cuerpo recupere la normalidad tras el periodo de alta intensidad, con otro de menor intensidad. Esto lo que hará será activar nuestro cuerpo desde diferentes puntos. Es por ello importante que sepamos lo que conseguiremos realmente con esta forma de entrenamiento.
Beneficios
En el entrenamiento interválico las pulsaciones se suben de manera elevada, casi cerca del noventa por ciento de nuestra capacidad en determinados momentos de la carrera. Estos tramos serán cortos, y estarán alternados con otros más largos de una intensidad inferior y cercana al sesenta por ciento. Estos picos en el desarrollo de la actividad harán que en nuestro cuerpo se desate un proceso en el que ponemos a trabajar directamente al aparato respiratorio y al corazón.
Con este entrenamiento conseguiremos trabajar el corazón y hacerlo más fuerte, al igual que el sistema respiratorio, ya que estaremos constantemente sometiéndolo a constantes subidas y bajadas. A esto hay que sumar el consumo calórico, que se realizará más rápido. Pero no el consumo de grasas, ya que las calorías que vamos a consumir no provienen todas de las grasas como sucede con la carrera constante.
No solo sucederá esto, sino que al someter al cuerpo a un ejercicio más elevado a causa de los intervalos, lo que conseguiremos será mantener las pulsaciones altas durante aproximadamente las dos horas posteriores al ejercicio. Esto hará que el metabolismo se mantenga activo por más tiempo, y con ello el consumo calórico, que será mayor y más prolongado en el tiempo. Por ello es muy recomendable que alternemos esta manera de entrenar con la carrera más tradicional.
Imagen | basegreen
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