Evita el ictus cerebral comiendo pescado fresco

Evita el ictus cerebral comiendo pescado fresco
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El infarto cerebral es una de las principales causas de muerte en nuestro país, además de ser uno de los motivos por los que muchas personas que lo sufren tengan consecuencias físicas para el resto de su vida.

El ictus se produce por la obstrucción de una arteria que impide que se riegue una parte del cerebro. Para evitar esto es muy importante llevar una vida sana tanto en los hábitos cotidianos como en la alimentación, uno de los principales detonantes del infarto cerebral. Dentro de la dieta la ingesta de pescado es uno de los aliados para evitar el ictus.

Como sabemos la dieta es fundamental para un buen funcionamiento de nuestro organismo. Sobre todo para mantener unas arterias jóvenes durante más tiempo. El exceso de grasas saturadas provoca un aumento del colesterol en sangre que endurece las paredes arteriales volviéndolas más rígidas y propiciando coágulos o tapones que evitan la circulación sanguínea.

Es muy importante dotar a nuestro organismo de grasas de buena calidad como puede ser el omega 3 que tiene la función de suministrar al organismo colesterol de buena calidad que ayuda a nuestras arterias a mantenerse más jóvenes, consigue una mayor fluidez sanguínea haciendo que la viscosidad de ésta sea menor.

El pescado fresco es una buena fuente de omega 3, concretamente podemos encontrarlo en altas cantidades en especies como el atún, el salmón, la caballa, las sardinas… Es importante que al consumir estos alimentos no se les añadan grasas saturadas, pues de nada sirve, ya que el pescado contiene suficientes ácidos grasos de buena calidad.

Hay que saber que no gozan de los mismos beneficios que el pescado fresco los preparados de este alimento. Por ejemplo las barritas congeladas o las hamburguesas de pescado fritas agregan grasas saturadas o ácidos grasos trans que sirven para darles sabor pero reducen mucho las ventajas y los beneficios que este alimento brinda a nuestro organismo.

Recientes estudios han demostrado que cada ración semanal de pescado fresco reduce en un 7% el riesgo de sufrir un infarto cerebral o alguna enfermedad cardiovascular. Además, numerosos análisis con resonancia han demostrado que las personas que ingieren habitualmente pescado fresco tienen más materia blanca que aquellos que siguen una dieta rica en carnes.

No debemos olvidar que el pescado congelado crudo no deja de ser pescado fresco que podemos consumir a la plancha, al vapor, cocido o asado sin añadirle grasas saturadas. A partir de ahora la cola en la pescadería es obligada para mantener una salud cardiovascular óptima.

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