Cómo de zero son los productos zero

Cómo de zero son los productos zero

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Cómo de zero son los productos zero

Estamos cada día más acostumbrados a ver en los estantes del supermercado productos marcados como "light", "zero", "bajos en grasas", "naturales" y un sinfín de claims publicitarios o de salud que, en teoría, aportan valor a esos ultraprocesados que metemos en nuestro carrito de la compra.

Ahora bien, ¿sabemos realmente lo que significan estos claims o reclamos nutricionales? ¿Qué es lo que contienen los productos que se anuncian como tales? Ahondamos en cada uno de ellos para que sepas un poco más sobre los productos que compras.

Productos light Vs productos zero, ¿cuál es la diferencia?

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Muchos de los consumidores, preocupados por su salud, pero sobre todo por su peso, se han pasado a las opciones light o bajas en calorías de muchos de los productos tradicionales. Actualmente podemos encontrar una amplia oferta de estos productos light en todos los supermercados: desde quesos hasta mermeladas, pasando por supuesto por los refrescos, los que quizás más se han esforzado a la hora de proveer al consumidor con una gama de productos bajos en calorías.

Durante los últimos años, además, los productos etiquetados como "zero" o "cero" han ido comiendo terreno a los tradicionales light en lo que se refiere a las ventas. ¿Sabemos en qué se diferencia un producto light de otro "zero" o "cero"?

  • Productos light: la denominación light entra dentro de las alegaciones nutricionales permitidas por la Unión Europea para los productos de alimentación. Para poder colocar esta alegación en un producto, este debe tener un "hermano mayor" que sea el producto sin modificaciones (para que haya una Coca-Cola light, tiene que haber una Coca-Cola normal, por ejemplo), y la versión light debe contener un 30% menos de valor energético (un 30% menos de kilocalorías) que el producto original, algo que se puede conseguir con sustituvos del azúcar a base de edulcorantes, o con sustitutivos de las grasas.

  • Productos "zero", "cero" o "0,0%": actualmente no existe una legislación que nos diga qué características debe tener un producto "zero", "cero" o "0,0%" (este último asociado tradicionalmente al contenido de alcohol de algunas cervezas), solo que siempre debe ir acompañado de ese ingrediente al que alude. Por eso en los productos denominados de esta manera, aunque veamos el "zero" en letras grandes, siempre veremos un texto más pequeño que lo complementa: "zero azúcares", por ejemplo.

Ese "cero" o "zero" no es un claim nutricional, sino que tiene una función más bien comercial o de marketing: se asocia a productos bajos en azúcares o calorías pero no tan orientados al público femenino como puede ser el claim light, sino más neutros. Así mismo, van asociados a otros colores (como el negro en el conocido caso de Coca-Cola) que distinguen a ese nicho comercial.

¿Qué ingredientes llevan los productos "zero"?

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Generalmente, y si no se indica de otra manera ("zero cafeína", por ejemplo) el "zero" alude a "zero azúcares": ahora que nos encontramos en medio de la lucha contra los azúcares añadidos en nuestra alimentación, este es un claim muy goloso (nunca mejor dicho) para las marcas.

Evidentemente, si nuestro producto procesado no lleva azúcares añadidos pero aun así es dulce es porque lleva algún ingrediente que lo compensa: suele tratarse de edulcorantes que tienen que aparecer en el listado de ingredientes con su nombre común o bien con el E- correspondiente (aquí puedes ver cuál es cada uno de ellos).

Un simple vistazo a este listado en el que los ingredientes se encuentran en orden decreciente en cuanto a su presencia en el producto, nos dará una idea completa de la composición del mismo.

Otros claims nutricionales que pueden aparecer en los productos

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El término light no es el único que puede aparecer como claim nutricional en un producto, sino que la comisión europea dispone de un largo listado de nombres que son susceptibles de colocarse en los diferentes productos procesados para informar al consumidor sobre aquello que va a comprar y a consumir.

Veamos algunos de los más utilizados en los diferentes productos procesados:

  • Bajo en grasas: para que un producto pueda llevar este claim nutricional, su contenido en grasas debe ser igual o menor a 3 gramos de grasas por cada 100 gramos de producto en el caso de los sólidos, o bien 1,5 gramos de grasa por 100 ml de producto en el caso de los líquidos (excepto la leche semidesnatada, que puede llevar hasta 1,8 gramos de grasa por 100 ml).

  • Sin grasas o libre de grasas: para poder presentar este claim, el producto no debe contener más de 0,5 gramos de grasa por cada 100 ml o 100 gramos de producto.

  • Sin azúcares añadidos: muy común en estos días. Este claim solamente puede aparecer en los productos a los que no se le hayan añadido de manera artificial monosacáridos o disacáridos para modificar su sabor. En el caso de que sí contenga azúcares naturales, también debe indicarse claramente en el etiquetado.

  • Sin sal o sin sodio: los productos con este claim solamente pueden llevarlo si la cantidad de sodio o de sal no excede los 0,005 gramos por cada 100 gramos de producto.

  • Fuente de fibra: habitual en galletas y cereales. Para poder decir que un producto es "fuente de fibra" para nuestra alimentación, este debe contener por lo menos 3 gramos de fibra por cada 100 gramos, o bien 1,5 gramos de fibra por cada 100 kilocalorías.

  • Alto en fibra: también habitual en cereales y galletas. para que un producto sea considerado alto en fibra debe contener por lo menos 6 gramos de fibra por cada 100 gramos de producto, o bien 3 gramos de fibra por cada 100 kilocalorías.

  • Fuente de ácidos grasos Omega-3: habitual en pescados enlatados. Para poder llevar esta etiqueta, el producto debe contener por lo menos 0,3 gramos de ácido alfa-linoleico por cada 100 gramos de producto o por cada 100 kilocalorías.

Como siempre, os recordamos que lo que importa a la hora de evaluar si un producto es idóneo o no para nuestra alimentación no es fijarnos en un solo ingrediente, sino ver el conjunto de todo aquello que nos aporta. Que un producto sea bajo en azúcares no quiere decir que automáticamente sea saludable. En el caso de que consumas productos procesados, lee las etiquetas y los listados de ingredientes, y no te quedes solo con las letras grandes.

Si quieres hacer una compra más sencilla, básate en alimentos y no en productos: los alimentos que no necesitan de etiquetas ni de claims publicitarios o nutricionales son los que mejor le pueden ir a tu alimentación.

Imágenes | iStock
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