Estos dos salmones suelen tratarse como si fueran iguales, pero tienen grandes diferencias

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Salmón fresco sí, salmón ahumado no (o muy de vez en cuando). El estrés del día a día nos lleva a escoger productos ya preparados para ahorrarnos el tiempo de cocinado y de fregarlo después. En algunos casos la preparación puede ser más tediosa, como es el caso de un guiso de lentejas casero, o uno enlatado. Sin embargo, hay opciones que nos llevamos apenas unos minutos, y tienen enormes diferencias a nivel de salud, como es el caso del salmón.

El salmón ahumado es muy diferente al salmón fresco

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En España es común comer salmón ahumado, ya sea por su sabor o por su facilidad de llevarlo del envoltorio al plato. No cabe duda que es muy sabroso en ensaladas, o con por encima de un queso saludable untado en un buen pan. Lo que sí es duda es confundir los beneficios del salmón fresco con los del salmón ahumado.

En primer lugar, el salmón ahumado contiene cantidades elevadas de sodio, y conocemos de sobra que la sal debe ser limitada en nuestra dieta. La Organización Mundial de la Salud limita el consumo de sodio a dos gramos por día (unos cinco gramos de sal), y si ingerimos frecuentemente procesados como el salmón ahumado, sobrepasamos con creces dicho límite.

En segundo lugar, y relacionado con el primero, el ahumado es una técnica de conservación que requiere de tratamientos como la sal añadida para conservarse. Este tipo de conservas son menos seguras, que no quiere decir que no lo sean, que pescado conservado en congelador, o latas de conservas.

El salmón fresco es una de las mejores opciones que tenemos

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Las personas con patologías cardiovasculares, así como algunas poblaciones especiales como las embarazadas, deben dejar de lado el salmón ahumado, ya que aumenta el riesgo de complicaciones.

Elige siempre salmón fresco por encima del salmón ahumado, así como carne fresca por encima de procesados como fiambres. El salmón fresco aporta proteínas, grasas saludables y una larga lista de vitaminas y minerales, por lo que debe estar presente en nuestra dieta.

El salmón ahumado guarda muchos de esos nutrientes, pero principalmente por los dos factores comentados en el apartado anterior, debe evitarse, o al menos limitarse a un uso muy esporádico. Consumirlo cada día, como si fuese salmón fresco, es un gran error y tiene más inconvenientes que beneficios.

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Imágenes | Toa Heftiba (Unsplash), Scottt Eckersley (Unsplash), Jermaine Ee (Unsplash)

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