Crudiveganismo: la dieta que no cocina nada por encima de los 40 grados

Crudiveganismo: la dieta que no cocina nada por encima de los 40 grados
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El crudiveganismo es una de las opciones de alimentación que se llevan abriendo paso en los últimos años, gracias en parte al gran crecimiento del vegetarianismo y veganismo en nuestra sociedad.

Ser crudivegano implica, en líneas generales, llevar una alimentación 100 % vegetal en la que además los alimentos no están cocinados por encima de los 40-42 grados centígrados, que es aproximadamente la temperatura máxima que pueden alcanzar expuestos al sol.

Te contamos en detalle en qué consiste el crudiveganismo para que puedas valorar si te interesa integrarlo en tu dieta.

El crudiveganismo viene de la unión de dos conceptos: por un lado el crudivorismo, que apuesta por la comida raw o cruda, no cocinada por encima de una determinada temperatura, y por otro el veganismo, que promueve una alimentación totalmente vegetal, de la que quedan excluidos los alimentos provenientes de animales incluidos los huevos, los lácteos, la miel y sus derivados. Así, nos encontramos con el crudiveganismo, que aúna estas dos opciones de alimentación.

crudiveganismo

Los crudiveganos basan su dieta en alimentos sin aditivos, tanto frescos como germinados, integrales y no refinados. Quedan así excluidos de la dieta crudivegana todos los alimentos procesados que tan a menudo podemos encontrar en el supermercado.

Sí es posible consumir cereales integrales y legumbres, siempre y cuando hayan sido previamente germinados o remojados: estos procesos, además, aumentan la biodisponibilidad de algunos de los nutrientes presentes en ellos.

Los beneficios de este tipo de alimentación son similares a los de una dieta vegana bien planteada, con la ventaja de que además se excluyen por completo los procesados y ultraprocesados que sí tienen cabida en el veganismo (es posible llevar una dieta vegana o vegetariana basada en productos de muy baja calidad nutricional y totalmente desbalanceada; para que os hagáis una idea, los Donuts son aptos para veganos por sus ingredientes, pero no lo serían para crudiveganos por tratarse de un producto procesado).

Las claves a tener en cuenta, como nos dice Lucía Martínez en este artículo de su blog Dime qué comes, serían los siguientes:

  • Estar atentos para cubrir los requerimientos energéticos de nuestro organismo: el crudiveganismo es un tipo de alimentación muy saciante, al contener mucha agua y fibra, y es fácil que nos quedemos cortos de calorías a lo largo del día. Los frutos secos son una buena opción para sumar calorías y nutrientes a nuestra dieta.

  • Suplementarnos con B12: al igual que ocurre en la dieta vegetariana y vegana, es imprescindible suplementarnos con vitamina B12 si optamos por no consumir alimentos de origen animal.

  • Cubrir necesidades proteicas: básicamente a través del consumo de legumbres que, como hemos dicho en anteriores ocasiones, deben ser la base del aporte proteico en las dietas basadas en vegetales.

Imágenes | iStock
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