Estos siete pilares de la salud nos ayudan a protegernos de infecciones y otras enfermedades

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Imagina que al nacer te dieron un manual de "prevención de riesgos vitales" y hoy aburrido en casa, porque apenas podemos salir, lo encuentras y lees:

Tienes siete pilares que sostienen tu casa (tu cuerpo) con vida. Ahora mismo están fuertes, pero puede que un día llegue un terremoto de gran magnitud (COVID-19, COVID-32 o cualquier virus) y ponga a prueba la salud de esas columnas. Dependiendo de la fortaleza de esos siete soportes, el terremoto será más o menos agresivo.

Ese día ya ha llegado. Las personas sanas tienen sus pilares fuertes ya que tienen poca inflamación sistémica y un mejor sistema inmunitario. Una alta inflamación sistémica y un peor sistema inmunitario harán que esas columnas se tambaleen.

Una alta inflamación sistémica significa que nuestro cuerpo se inflama de manera crónica, lo que puede desembocar en una enfermedad. Si además nuestro sistema inmunitario se encuentra empeorado, nuestro cuerpo será incapaz de neutralizar cualquier virus que suponga un alto riesgo.

Tener todos los pilares fuertes no nos libra de poder infectarnos por un virus y que debamos cuidarnos de ello. Pero una vez hemos contraído ese virus, unas columnas fuertes suelen aguantar mejor un terremoto que unos pilares en mal estado, casi siempre.

De los siguientes pilares, ¿cuántos tienes sanos y cuáles temblarían con el "terremoto"?

Pilar 1: el tabaquismo

Tabaco con virus

Pilar débil: fumar o vivir rodeado de una polución excesiva aumenta la inflamación y empeora la salud. El tabaco vulnera nuestra capacidad cardiopulmonar, lo que debilita este pilar en la lucha contra el COVID-19 o cualquier virus.

Pilar fuerte: No fumar y respirar aire limpio elimina esa inflamación y nos permite tener nuestra capacidad cardiopulmonar intacta.

Pilar 2: el consumo de ultraprocesados

escogiendo comida

Pilar débil: La comida ultraprocesada aumenta la inflamación sistémica.

Pilar fuerte: Comer pescados ricos en omega3 (salmón), especias antiinflamatorias (cúrcuma o gengibre) y fermentados ricos en probióticos (chucrut o kéfir) frena la inflamación.

Pilar 3: el sedentarismo

Sedentarismo

Pilar débil: El sedentarismo es inflamatorio. El cuerpo necesita hormesis (estrés para adaptarse después). Necesitas estresar el cuerpo, en la medida adecuada, con entrenamiento de fuerza, alta intensidad.

Pilar fuerte: La actividad física es una polipíldora útil para prevenir y tratar enfermedades. El ejercicio mejora casi todo y sí, es antiinflamatorio. Tiene los mismos beneficios que la farmacología, incluso los supera, en el tratamiento de diabetes, hipertensión, dislipemia y trombosis.

Pilar 4: la luz solar

Luz solar

Pilar débil: La vitamina D es vital para el funcionamiento del sistema inmunitario. Tener bajos niveles de esta vitamina acarrea una disminución en el rendimiento del sistema inmunitario.

Pilar fuerte: Recibe luz natural, aunque sea a través de una ventana. Come alimentos ricos en vitamina D como por ejemplo el salmón. Otra opción son los suplementos de dicha vitamina.

Pilar 5: el contacto social

Sociabilizando

Pilar débil: El aislamiento nos inflama. Evolutivamente nos aislábamos porque estábamos infectados por algo, o nos habíamos hecho daño por un golpe.

Pilar fuerte: Para solucionarlo intenta pasar tiempo con tus seres queridos, haz videollamadas si no puedes verlos, o interactúa a distancia con tus vecinos. El objetivo es tener la sensación de estar conectado con alguien.

Pilar 6: el estrés y la relajación

Meditación

Pilar débil: Vivir con estrés, ansiedad, etc.

Pilar fuerte: Meditar, observar la mente con mindfulness, tomar un hueco en el día para relajarte y respirar aumenta la inmunidad y disminuye la inflamación.

Pilar 7: el sueño

Durmiendo

Pilar débil: Si duermes menos de seis horas y media, o más de nueve horas se activa la cascada inflamatoria.

Pilar fuerte: Duerme un mínimo de seis horas y media y no más de nueve horas. Para cuidar el sistema inmunitario, dormir bien también resulta clave.

Reflexión final

Asclepion de Cos

En la imagen observamos siete columnas del Asclepeion de Cos, el centro de curación más famoso del mundo griego y romano. Ahí trabajó Hipócrates, considerado el padre de la medicina moderna, hace más de 2.000 años. Esas siete columnas son de las pocas estructuras que quedan en pie a día de hoy. Esa es la idea: tener columnas indestructibles.

Unas columnas anchas soportarán mejor la infección por un virus y unos pilares más fuertes nos pueden aportar algo más de seguridad. Es por eso que un estilo de vida activo y saludable juega a nuestro favor.

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Imágenes | iStock

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