Todo lo que tienes que saber sobre el melanoma: cómo puedes proteger tu piel en verano

Todo lo que tienes que saber sobre el melanoma: cómo puedes proteger tu piel en verano
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El verano está a la vuelta de la esquina. A partir de ahora encontraremos al sol en la posición más peligrosa para nuestra salud. La consecuencia más terrible es el conocido melanoma. ¿Por qué aparece este mal y qué podemos hacer para evitarlo?

Cáncer de piel o ¿qué es el melanoma?

Un melanoma es un tipo de cáncer de piel, un crecimiento anómalo tumoral de las células epiteliales. Este procede de su mutación, especialmente de los melanocitos (de su ADN). Los melanocitos son células de este tejido dedicadas a producir melanina.

La melanina es una sustancia oscura especializada en protegernos de la radiación. La radiación procedente del sol puede ser de muchos tipos. Entre ellas está la conocida como "ionizante", con mucha energía, capaz de provocar mutaciones en nuestro ADN. La radiación más peligrosa es la ultravioleta, la cual se divide en los tipos C, B y A. Los rayos UVA son los menos energéticos pero más abundantes. Casi toda la radiación que recibimos es UVA.

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Cuando fallan todos los sistemas de reparación del ADN, las células comienzan a funcionar de manera incorrecta y a reproducirse de manera descontrolada, produciendo daños, consumiendo recursos y ocupando espacio. Así es como se aprecia el melanoma, una masa celular pigmentada (oscura), que crece sin parara y puede llegar a provocar lesiones apreciables.

Uno de los principales problemas de los melanomas está en su virulencia, ya que son capaces de propagarse rápidamente, produciendo una metástasis que resulta letal. Pero antes de llegar a este punto, el melanoma ha de pasar por varias fases explicadas por la acción del sol (u otros agentes) sobre la piel.

¿Cómo se produce el melanoma?

Antes de llegar a ser un melanoma peligroso, este tejido tumoral pasa por varios estadios. Los carcinomas son los tumores que se generan a partir de las células epiteliales, es decir, de las células que recubren el resto de tejidos, como la piel. Estos pueden aparecer en superficies externas o internas del cuerpo, incluyendo el sistema digestivo. Los carcinomas son los tipos de cáncer más comunes.

Para que un carcinoma se convierta en un melanoma, este tiene que proceder de melanocitos. Estas células, como decíamos, se encargan de producir este pigmento oscuro. Su función es absorber las radiaciones perniciosas y reducir el daño que producen a nuestro cuerpo. Sin embargo, a veces el daño es mayor de lo que podemos absorber.

El hecho de que nos pongamos morenos con el sol no es más que una reacción de defensa del cuerpo. Los melanocitos son células muy activas y cercanas a la epidermis, muy irrigada. Estas son dos de las razones por las cuales estos tumores son tan virulentos y pueden extenderse rápidamente por el cuerpo: si se desprenden y llegan al torrente sanguíneo pueden colonizar otras partes.

Dependiendo del daño recibido, y las mutaciones causadas, los melanomas pueden volverse más peligrosos. Mientras que algunos no pasan de ser tumores benignos, fácilmente eliminables de la piel, otros pueden causar serios estragos en la salud. El problema de estar recibiendo constantemente la radiación solar es algo que no se puede tomar a la ligera, ya que puede empeorar la situación.

Cómo prevenir el melanoma

Por suerte, los melanomas, y el cáncer de piel, son prevenibles y tratables. A pesar de que se estima que más de 6.200 personas serán diagnosticadas de cáncer de piel durante el 2019 en España, uno de los factores principales causantes de este problema es el sol. Reducir la exposición, con ropa o estando a la sombra, es suficiente para mitigar, en parte, su acción nociva.

Por supuesto, la ropa y la sombra no eliminan todas las radiaciones. Por ello también es conveniente evitar las horas de máxima intensidad solar, como son el medio día. No es conveniente pasar largas horas bajo el sol. Y si lo hacemos, es importante utilizar medidas de protección, como cremas solares adecuadas. Las cremas que debemos usar son siempre de un alto factor protector y, a ser posible, respetuosas con el medio ambiente.

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No menospreciemos el peligro del sol, especialmente en verano. Además, así nos ahorraremos un golpe de calor o una pájara. Para complementar todo lo anterior, recordemos que ante un cáncer, el diagnóstico precoz o temprano es una de las mejores herramientas con las que contamos. Ante la más mínima duda es conveniente consultar con un especialista y hacernos todas las pruebas pertinentes. De esta manera nos aseguramos de obtener la mejor posibilidad a la hora de enfrentarnos a un problema de esta magnitud.

Como decíamos, no hay que subestimar el potencial dañino que tiene el sol. Los melanomas matan a miles de personas al año y gran parte de estas muertes podría prevenirse con una protección solar adecuada o, en el peor de los casos, algo de previsión y la visita a un médico.

Imágenes | Unsplash

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