Observar nuestra caca no suele ser el tema de conversación favorito en las reuniones familiares y de amigos, pero deberíamos prestarle mucha atención, porque dice mucho sobre nuestra salud. El aspecto de nuestras heces, especialmente el color y la consistencia, es un indicativo muy claro de cómo está funcionando nuestro sistema digestivo y puede revelar desde pequeñas alteraciones hasta problemas más serios que necesitan atención médica.
Lo que dice el color de las heces sobre nuestra salud
El marrón es el color normal de las heces
Empecemos por el color, uno de los signos más visibles. El color marrón típico es resultado de la bilirrubina, un pigmento amarillo-marrón que se forma cuando el cuerpo descompone glóbulos rojos viejos. Esta bilirrubina pasa por el hígado y luego por el tracto digestivo, donde interactúa con diferentes enzimas y bacterias, adquiriendo finalmente ese color marrón característico. Pero cuando nuestra caca adquiere otro tono, puede significar diversas cosas.
Verde: vegetales ricos en clorofila, o algo más
Una tonalidad verdosa podría deberse al consumo de vegetales ricos en clorofila, como espinacas, o también al paso acelerado del alimento por el intestino, lo que impide que la bilirrubina cambie al marrón habitual. Esto no suele ser preocupante, pero si se acompaña de otros síntomas, podría indicar problemas como infecciones intestinales.
Rojo: sangre en heces
El color rojo brillante es probablemente uno de los que más alarma genera. Normalmente se debe a la presencia de sangre fresca y podría provenir de hemorroides, fisuras anales o incluso inflamación del intestino. Aunque en muchos casos la causa es menor, cualquier presencia de sangre en las heces debe ser revisada por un médico para descartar problemas mayores, como pólipos o cáncer colorrectal.
Negro: algún problema hemorrágico o interacción con suplementos o medicamentos
Si nuestras heces son negras y alquitranadas, podría tratarse de una hemorragia interna, como una úlcera gástrica o problemas en la parte superior del tracto digestivo. Sin embargo, no siempre es motivo de alarma; consumir suplementos de hierro o medicamentos como el bismuto pueden también oscurecer temporalmente las heces.
Color arcilla o grisácea: puede ser señal de advertencia
Una caca clara, de color arcilla o grisácea, también puede ser una señal de advertencia, indicando problemas en el hígado o la vesícula biliar. Esto ocurre cuando hay una obstrucción del conducto biliar que impide que la bilirrubina llegue al intestino. Esta condición requiere atención médica para evaluar posibles causas como hepatitis, cálculos biliares o enfermedades hepáticas más graves.
Amarillo: posible enfermedad que no deja absorber nutrientes
En cuanto al color amarillo y grasoso, podría reflejar problemas de absorción de nutrientes, especialmente de grasas, lo cual es común en condiciones como la enfermedad celíaca, pancreatitis o fibrosis quística. Estas heces suelen flotar y tener un olor particularmente desagradable, indicando claramente un mal funcionamiento del proceso digestivo.
Lo que dicen la textura y consistencia de las heces sobre nuestra salud
Heces ideales (tipo 3 y 4 de la imagen anterior)
La textura y consistencia son otro aspecto fundamental. Las heces ideales deberían ser suaves y bien formadas, fáciles de expulsar
Heces duras y que cuesta evacuar: estreñimiento (tipo 1 y 2 de la imagen anterior)
Si nuestras heces se vuelven duras, secas y difíciles de evacuar, esto apunta claramente a estreñimiento, generalmente relacionado con una dieta baja en fibra, escasa hidratación o sedentarismo. Cambios simples como aumentar el consumo de fibra, líquidos y ejercicio suelen resolver este problema.
Heces acuosas: diarrea (tipo 5, 6 y 7 de la imagen anterior)
Por otro lado, heces blandas, acuosas o diarrea frecuente indican que algo no marcha bien. Puede ser desde una intoxicación alimentaria o infección bacteriana hasta condiciones crónicas como síndrome del intestino irritable o enfermedad inflamatoria intestinal.
La diarrea ocasional no suele ser grave, pero si persiste más de unos pocos días, se vuelve frecuente o viene acompañada de dolor y fiebre, es imprescindible consultar a un especialista.
Referencias
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