Para comer, ¿pescado fresco o congelado?

Para comer, ¿pescado fresco o congelado?
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El pescado es un alimento fundamental en nuestra dieta que no tenemos que dejar de consumir. Muchas veces por falta de tiempo o dinero prescindimos de este plato, por lo que podemos echar mano siempre del pescado congelado, del que mucha gente desconfía por no considerarlo bueno.

Desde Vitónica nos hemos hecho muchas veces esta pregunta, y queremos aclarar algunos puntos sobre si es mejor el pescado fresco o el congelado. Desde luego que un pescado recién capturado es lo mejor para la salud, pero en muchos casos lo que nos venden como fresco no lo es en absoluto, con lo que el pescado congelado cobra importancia al aportarnos más y mejores nutrientes.

El pescado es una fuente importante de proteínas, minerales, vitaminas y ácidos grasos esenciales para el organismo como el omega 3. Desde luego que existen infinidad de variedades y especies de pescados que podemos encontrar en el mercado y que nos los venden como frescos. En lo que se refiere a congelados el abanico es menor, ya que no todas las especies son aptas para la congelación, pues en este proceso pueden perder propiedades o estropearse.

Desde luego que un pescado fresco, es decir, recién capturado es mucho más saludable que uno congelado, ya que mantiene más propiedades intactas, pues algunas vitaminas se destruyen con las bajas temperaturas. Pero el problema radica en que muchas veces el pescado que nos venden como fresco no lo es en absoluto, teniendo muchas menos cualidades nutricionales.

A la hora de comprar pescado es importante fijarnos en algunos signos que denotan su frescura, los ojos vacíos y apagados son un signo de que el pescado no es fresco, lo mismo que unas branquias sin brillo y amarillentas. Normalmente no reparamos en que cuando el pescado llega al mercado han podido pasar varios días desde que se ha pescado, ha podido sufrir en el transporte y se ha podido conservar en cámaras en los propios establecimientos, que hace que la calidad del mismo disminuya.

Frente a esto tenemos el pescado congelado, que en muchos casos conserva más cualidades que el que nos venden como fresco y no lo es. La congelación se lleva a cabo en los propios barcos pesqueros, que son verdaderas factorías, por lo que la frescura de los ejemplares al congelarse es máxima, conservando al máximo los nutrientes. Sí que es cierto que la congelación destruye algunas vitaminas, pero el resto de nutrientes se conservan en perfectas condiciones siempre y cuando se respete el proceso de frío.

En el caso del pescado congelado también podemos ver fraudes, y es que en ocasiones los ejemplares se estropean porque el proceso de refrigerado se altera o se varía mientras se está transportando. Además, debemos preparar el pescado siguiendo las instrucciones del fabricante para obtener el máximo rendimiento, ya que la preparación a veces suele ser un freno para consumir pescado congelado, pues mucha gente piensa que no sabe igual que el fresco, y no es así, pues si se cocina bien no tiene por qué saber peor.

Sea como sea es importante que consumamos pescado, pero con las garantías adecuadas, para lo que tenemos que reparar en las cualidades de cada ejemplar y saber si en un momento nos conviene más el pescado fresco o el congelado.

Imagen | SXC

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