Este fin de semana hemos participado en uno de los eventos Real World Athletes de Reebok, esta vez dedicado al Crossfit: primer acercamiento a esta disciplina, y con muchas ganas después de tanto hablar de ello. El evento tuvo lugar en el centro de entrenamiento para opositores a bomberos Oposur, en Madrid, así que nos fuimos para allá a pasar una sanísima mañana de sábado.
La teoría del Crossfit la conozco de memoria, pero de la teoría a la práctica hay un buen trecho, así que iba con una mezcla de nervios y miedo. El consejo de mis amigos Crossfitters me vino de lujo: una buena cena cena el viernes para cargar energía y el descanso adecuado: ya tenía las pilas cargadas para darlo todo en el entrenamiento.
Calentando motores con Crossfit
Lo primero que hicimos al llegar fue el entrenamiento de Crossfit: Nacho Merino, de Mundo Crossfit, fue el encargado de dirigir la sesión. El calentamiento, de aproximadamente 10 minutos de duración, nos sirvió para quitarnos las legañas y comenzar a activarnos. Realizamos ejercicios multiarticulares y dinámicos que más tarde incluiríamos en el entrenamiento: bear crawl, sentadillas profundas (realizadas con técnica correcta), medio burpee...
¡Listos para la acción! El WOD (Workout Of the Day o entrenamiento del día) fue de tipo EMON: la duración total fue de 10 minutos, y en cada minutos había que completar cinco sit-ups (con las plantas de los pies tocándose y las rodillas abiertas, y subiendo siempre hasta arriba para tocar delante de los pies), siete burpees completos y diez sentadillas profundas. El tiempo que te sobraba cada minuto al terminar los ejercicios (si te sobraba algo) lo podías utilizar para descansar.
Las primeras fueron bien: a tope de energía y con bastante tiempo sobrante. Pero las últimas... Se notaba ya el cansancio, el corazón iba a mil por hora, cada vez menos tiempo para descansar porque iba más lenta... ¡Pero lo conseguí! En total 50 sit-up's, 70 burpess y 100 sentadillas en 10 minutos. Un entrenamiento corto, duro y efectivo con muy buenas sensaciones.
Oposiciones a bombero: entrenamiento funcional en estado puro
Como os he contado, el evento tuvo lugar en un gimnasio de bomberos, y es que su entrenamiento no difiere mucho del Crossfit al fin y al cabo. Para comenzar, dos de los chicos que se encuentran ahora mismo opositando nos hicieron una demostración de algunas de las pruebas físicas que tienen que llevar a cabo:
Como nos comentaron, la dificultad de las pruebas en las oposiciones a bombero es que se suelen realizar todas en una mañana, por lo que el tiempo de recuperación entre una y otra es mínimo. Los chicos que hicieron la demostración para nosotros, además, las hicieron todas seguidas, en súper-serie. ¿Os animáis a probar cuántas repeticiones podéis hacer vosotros?
Circuito seudo-táctico terrestre: 4 minutos intensos
Además de conocer algunas de las puebas específicas de las oposiciones a bombero, también pudimos realizar un circuito de entrenamiento específico con el que cuentan en el gimnasio. El tiempo máximo para completarlo era de 4 minutos y 20 segundos, y constaba de las siguientes pruebas:
Nos colocamos en grupos para practicar cada prueba durante tres minutos: de nuevo, un entrenamiento corto pero muy intenso. Personalmente, lo peor fue (para mi sorpresa) caminar por la barandilla: una vez subida la rampa me bloqueé y tuvieron que darme la mano para pasar, porque si no no daba ni un paso.
La prueba estrella: la trepa de cuerda
No es posible entrenar en un gimnasio de bomberos y no intentar subir por la cuerda. Creo que todos los que estábamos allí nos animamos y, quien más quien menos, todos subimos. La mayoría de las chicas utilizamos también las piernas: es mucho más fácil subir atrapando las cuerdas entre los pies y empujando hacia abajo que tirando sólo con los brazos. Pero los chicos son unos valientes y subieron casi todos solamente a brazo.
Nunca pensé que sería capaz de hacer eso: subir por una cuerda de 6'5 metros y tocar la campanita al final. De hecho, casi al final pensaba que no llegaba, pero los gritos de ánimo de toda la gente que estaba abajo hicieron posible un último esfuerzo para llegar hasta arriba. Como en los Box de Crossfit, el sentido de comunidad que se creó el sábado por la mañana trascendió el mero entrenamiento.
Me llevo una "herida de guerra" del entrenamiento (me quemé con la cuerda al trepar, llevaba pantalones Capri), pero mereció muchísimo la pena. Una gran descarga de endorfinas y un subidón de adrenalina al completar cada una de las pruebas. ¡Un entrenamiento para recordar!
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