Quiero cambiar mi alimentación y no sé cómo hacerlo: siete ideas para empezar a comer mejor

Quiero cambiar mi alimentación y no sé cómo hacerlo: siete ideas para empezar a comer mejor

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Muchas personas a día de hoy con este ambiente obesogénico que nos rodea, aunque no comen del todo mal, sí tienen ciertos hábitos que aumentan las probabilidades de enfermarles y generar patologías como la obesidad, diabetes tipo 2, cáncer, etc.

Por tanto, a continuación vamos a comentar siete pasos que os pueden ayudar a tener mejores hábitos alimentarios.

Comer una porción de verduras y/o fruta en cada ingesta

A mucha gente no le gusta o le cuesta introducir alimentos vegetales como pueden ser las verduras o las frutas. Este tipo de alimentos son muy buenos para la salud gracias a que tienen grandes cantidades de nutrientes beneficiosos como vitaminas, minerales, fibra, fitonutrientes, etc.

Si os cuesta introducir frutas y verduras en su forma entera (que es lo más recomendable), podéis introducirlo en forma más procesada como el gazpacho (se puede hacer gazpacho también con fruta). O, para esconder algo más el sabor, introducir fruta en otros platos como la naranja en una ensalada.

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Introducir mayor cantidad de proteínas

Las proteínas cumplen muchas funciones en nuestro organismo. Ya no tiene que ver con la pérdida de grasa corporal o la ganancia de masa muscular, sino que las necesitamos para la reparación de todos nuestros tejidos, en la formación de hormonas, etc.

La recomendación suele ser de 0.8 gramos por kilogramo de peso corporal, una cantidad que para la gran mayoría de la población es insuficiente. Tampoco es necesario llevar el consumo a 2 gramos por kilogramo de peso corporal.

Una ingesta suficiente sería de 1,2-1,4 gramos por kilogramo de peso corporal. Y, si puede ser, introducir la misma cantidad de proteínas en cada ingesta, aunque tampoco es necesario ser tan preciso.

Reducir el consumo de azúcar procesado

No nos sirve solamente introducir aquello que nos puede beneficiar, sino también es quitar aquello que nos puede enfermar. Cuando comento que quitemos el azúcar no me refiero a aquellos alimentos con buena matriz alimentaria como la fruta, sino a alimentos como los cereales para el desayuno, galletas, etc.

El azúcar industrial tiene graves consecuencias para la salud de las personas como un aumento de la tensión arterial, aumento de las probabilidades de padecer diabetes tipo 2, etc.

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Reducir el consumo de alcohol

El consumo de alcohol, sea cual sea la cantidad, es perjudicial para el organismo. Hemos de tener en cuenta que el alcohol es un tóxico que cuando lo ingerimos, nuestro organismo le da mucha prioridad a su excreción.

El alcohol es una de las sustancias que más personas mata en el mundo y su consumo está totalmente relacionado con muchos tipos de cáncer como el de colon o estómago.

No tomes zumos de fruta

Aunque los zumos de fruta no sean tan malos per se, sí pueden aumentar las probabilidades de tener problemas relacionados con el peso corporal. Es decir, al introducir alimentos muy calóricos de forma líquida puede llevar a un sobrepeso y todo lo que conlleva.

Si quieres consumir fruta, lo mejor es que la consumas de forma entera para, sobre todo, beneficiarte de todas las propiedades que tiene la fibra.

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Lleva un horario

Con llevar un horario no nos referimos a que tengas que comer cada dos o tres horas como hacen los culturistas, sino que mantengas un hábito de alimentación saludable y pautada.

Por ejemplo, si te sientes bien realizando cinco comidas, no es necesario que empieces a realizar ayuno intermitente porque creas que es mejor. Por otro lado, si eres una persona que suele realizar ayuno intermitente, no hace falta que empieces a incluir más ingestas porque sí.

Si llevas un buen horario de comidas y te sientes bien con él, mantenlo. Por otro lado, si llevas un descontrol, lo más seguro es que empieces a introducir más alimentos procesados porque al fin y al cabo son más rápido de preparar y de comer.

Dormir correctamente

Aunque el descanso no esté relacionado con la alimentación de forma directa, si lo está de manera indirecta. Nuestros cerebro tiene sus impulsos a la hora de ingerir alimentos procesados porque sabe que tienen mucha energía y eso es algo que le beneficia a nivel evolutivo, pero esos impulsos son inhibidos por nuestra corteza prefrontal.

Un mal descanso hace que los impulsos de nuestro cerebro sean más fuertes y que nuestra capacidad de inhibirlos disminuya. Por lo tanto, si quieres alimentarte mejor, tienes que descansar bien.

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Imágenes |iStock, Thinkstock

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