Presta atención al suplemento de proteína en polvo que compras: algunas trampas que cometen los fabricantes

Presta atención al suplemento de proteína en polvo que compras: algunas trampas que cometen los fabricantes

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La industria de los suplementos deportivos es una industria algo opaca todavía en lo que a aplicación de la legislación se refiere. Este hecho en Europa no es tan marcado como en otros continentes como América, pero aún en el nuestro queda camino por recorrer hacia una industria completamente transparente.

En muchas ocasiones, la legislación sobre suplementos deportivos es ambigua, obsoleta o simplemente deja algunas lagunas que las marcas aprovechan para declarar información no del todo honesta en sus etiquetados nutricionales.

En este artículo hablamos de algunas prácticas comunes que tienen lugar en torno a los suplementos de proteína en polvo.

Proteína en polvo y amino spiking

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Una de las primeras cosas que mira un potencial comprador de proteína en polvo es el contenido de proteína por cada 100 gramos de producto, es decir, el porcentaje total de proteína que ofrece el suplemente en cuestión ya que dependiendo del tipo de filtrado, materia prima y edulcorantes, este porcentaje puede variar.

Los fabricantes por su parte, a la hora de cuantificar el contenido total de proteína que el suplemente posee, someten una muestra de este al método Kjeldahl, el cual se utiliza para determinar el contenido de nitrógeno que la muestra posee.

El problema es que este método estima únicamente el contenido de nitrógeno por lo que la muestra se puede falsear fácilmente añadiendo aminoácidos u otros compuestos nitrogenados que solo tienen como objetivo inflar el contenido de nitrógeno total para que el test determine una cantidad de proteína más alta de la que realmente es.

Algunos de los aminoácidos o compuestos que se añaden son taurina, glicina, creatina o incluso glutamina. La razón es sencilla: son más baratos que la proteína en polvo que deberían estar vendiendo aunque no aporten nada.

Toda esta práctica que hemos descrito de añadir aminoácidos baratos a la proteína en polvo se conoce como amino spiking. ¿Es legal? Bueno, no es ilegal ya que simplemente se están aprovechando de los puntos débiles del método Kjeldahl.

Por otra parte, la legalidad se cumple siempre y cuando declaren en el etiquetado los aminoácidos añadidos. El problema es que la mayoría de usuarios de proteína en polvo no saben interpretar este etiquetado o peor aún, ven la adición de aminoácidos como un valor añadido de la proteína que están comprando. Error.

¿Cómo identificar si un suplemento de proteína en polvo es lo que dice ser?

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Analiza el orden de los ingredientes en la etiqueta

Tal y como está establecida la legislación, los ingredientes deben aparecer en el etiquetado en orden de cantidad por lo que el primero que aparece en la lista debe ser el que más presente esté en el producto. Así pues, en un concentrado o aislado de proteína lo primero que debe aparecer es esto mismo: "aislado de proteína de suero de leche" o "concentrado de proteína de leche". A partir de ahí deberían aparecer otros aditivos como edulcorantes o conservantes.

Analiza los ingredientes que aparecen en la etiqueta

Relacionado con lo anterior. Si en tu suplemento aparecen aminoácidos sueltos como taurina, creatina, glutamina o BCAAs, es que los han añadido a la proteína en polvo sin venir a cuento. Lejos de ser un valor añadido, es un fraude. Tú estás comprando proteína en polvo y eso es lo que deberían darte. Nada más ni nada menos.

Identifica sellos de calidad que avalen la calidad del producto

En este sentido, siempre podemos acudir a sellos reconocidos que puedan acreditar la calidad del producto y buenas prácticas tanto en las materias primas usadas como en los procesos de producción. 

Algunos de estos sellos son la Certificación cGMP y Hazard Analysis and Critical Control Points (HACCP).

Compara el aminograma con el del suero de leche

El fabricante debería mostrar el aminograma de la proteína en polvo que vende, es decir, el perfil de aminoácidos que aporta. 

Si no tienes esta información, no compres ese suplemento, no es buena señal. 

No obstante, si tienes el aminograma a tu disposición lo mejor que puedes hacer es compararlo con el aminograma del suero de leche que puedes encontrar con una sencilla búsqueda de Google. Si lo que compras coincide con el aminograma del suero de leche, genial, es un suplemento legítimo. Si por el contrario detectas incoherencias en las cantidades de algunos aminoácidos, sobre todo los que hemos mencionado antes, estás ante un suplemento que ha sido alterado mediante amino spiking. 


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Imágenes | iStock

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