Día Mundial sin Tabaco: esto es lo que hay dentro de un cigarrillo y cómo afecta a tu organismo

Día Mundial sin Tabaco: esto es lo que hay dentro de un cigarrillo y cómo afecta a tu organismo

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Día Mundial sin Tabaco: esto es lo que hay dentro de un cigarrillo y cómo afecta a tu organismo

Hoy es el Día Mundial sin Tabaco. Un día todavía necesario porque, según algunos datos, el 28% de los españoles, y el 24% de los europeos, fumas a diario y más de mil millones de personas fuman en el mundo, según datos de la OMS.

Cada vez se conocen más efectos perjudiciales del tabaco: provoca problemas respiratorios, incrementa el riesgo de padecer cáncer de pulmón, es una vía para introducir bacterias al organismo, debilita nuestra musculatura, estropea la piel, y así podríamos seguir haciendo una lista interminable de efectos nocivos. Todos estos efectos vienen causados por los componentes químicos de los cigarrillos y son tantos que cuesta conocerlos todos y diferenciarlos.

Componentes de los cigarrillos

Los efectos nocivos de fumar no vienen de la nada, sino que son la causa directa de los elementos que componen los cigarrillos. Según datos de la Universidad de Murcia, cada cigarrillo tiene más de 4.000 sustancias químicas, de las cuales 400 son muy tóxicas, 50 cancerígenas y 12 gases tóxicos.

Siendo tantas, es difícil exponerlas una a una, pero intentaremos analizar algunas de las más importantes y explicar sus efectos en nuestro cuerpo.

Cada cigarrillo tiene más de 4.000 sustancias químicas

Monóxido de carbono

Vamos a empezar con uno de los premios gordos en lo que a efectos nocivos se refiere. El monóxido de carbono es un gas tóxico procedente de la combustión del tabaco con el papel. Este gas se adhiere a la hemoglobina de la sangre dificultándole el abastecer al organismo de la cantidad de oxígeno necesaria. Básicamente, impide que el oxígeno se reparta de manera adecuada por nuestro cuerpo, lo cual es necesario para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Además, causa enfermedades vasculares.

Nicotina

Este es el elemento más conocido por todos. Se trata de un estimulante del sistema nervioso y es el responsable directo de la adicción y dependencia que causa el tabaco. Pero mantenernos enganchados al tabaco no es su única función. La nicotina provoca la contracción de los vasos sanguíneos, aumenta la presión sanguínea y obliga al corazón a trabajar más rápido. Justo lo que necesitábamos.

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Alquitrán

Solo el nombre de esta sustancia ya evoca maravillas. Y es que el alquitrán es el principal agente cancerígeno del tabaco. Este elemento está relacionado estrechamente con el cáncer del pulmón y con otros tumores.

Fenol

El fenol también se conoce como ácido carbólico y tiene, entre otros, efectos corrosivos en el organismo. En dosis altas puede causar vómitos, decoloración de la piel e irritación respiratoria.

Acetona

Este compuesto químico es fácilmente evaporable y altamente inflamable. La acetona pasa a la sangre y se transporta por todos los órganos. Causa irritación en la nariz, en la garganta, en los pulmones y en los ojos.

Además, provoca dolores de cabeza, mareos y aceleración del pulso. Por no hablar de los daños en la piel que puede causar.

Amoníaco

Es un gas que se utiliza, entre muchas otras cosas, como estimulante respiratorio. Inhalado provoca inflamación en los pulmones, pudiendo llegar a causar edema pulmonar. Además, irrita también garganta, ojos y piel.

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Benceno

Respirar esta sustancia en dosis bajas puede causar somnolencia, mareos y taquicardia, entre otras cosas. En dosis altas puede causar la muerte. Obviamente, en el cigarro se encuentra en dosis bajas, pero saber su efecto en dosis altas nos da una idea de lo peligroso que puede ser.

Exponernos a largo plazo a dosis bajas de Benceno también tiene sus consecuencias. Este comienza a manifestarse en la sangre y puede producir anemia y daños en el sistema inmunitario. Además, se considera una sustancia carcinógena.

Otros gases irritantes

Si os preguntáis por qué los fumadores toséis tanto y tenéis tantos problemas de garganta, estos son los culpables. Su función irritante provoca las toses, la faringitis, los catarros y las bronquitis habituales en los fumadores. Además, alteran los mecanismos defensivos de los pulmones, debilitándolos y favoreciendo las infecciones.

Y así podríamos seguir hasta completar las 4.000 sustancias químicas que conforman los cigarros. Un problema añadido de todas estas sustancias es que no solo se encuentran en el cigarrillo en sí, sino que las encontrar también en el humo de este. Esto provoca que afecten también a quienes los aspiran como fumadores pasivos.

Hoy es un gran día para empezar a dejar de fumar, no alargarlo más y comenzar a disfrutar de los beneficios de dejar de fumar. Solo en ocho horas, la cantidad de nicotina y monóxido de carbono en sangre se podría reducir a la mitad, y eso es, sin duda, una buena noticia. No lo dejes más.

Imágenes | Unplash, Pixabay
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