Domingos de maratón, lunes de hospital: superación o temeridad

Domingos de maratón, lunes de hospital: superación o temeridad

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Sherise Van Dyk Ns3hsebrcik Unsplash

Ayer día 23 de abril tuvo lugar una nueva edición de la Maratón 'Zurich Rock and Roll Running Series Madrid. Una vez más la ciudad mostró una gran organización y la respuesta fue masiva: 34.000 corredores de 110 países participaron en la carrera, según NIUS diario. De esta misma fuente extraemos otras cifras que nos gustan mucho menos: 13 atenciones sanitarias que han sido derivadas al hospital, dos de ellas con pronóstico de gravedad. ¿Forzarnos cuando no podemos más es un acto de superación o una temeridad?

Retos demasiado altos: superación o irresponsabilidad

Cuando vemos con perspectiva el número de atenciones hospitalarias con respecto a los 34.000 corredores inscritos en las diferentes modalidades de la Maratón de Madrid, realmente no son cifras preocupantes, siempre y cuando las dos personas con pronóstico grave mejoren y se vayan a casa.

Una de esas personas fue trasladada por un golpe de calor, ya que este día de abril sorprendió a todos por las altas temperaturas. Aunque la maratón arrancó a las 9 de la mañana, los corredores que tardaron más de tres horas en completarla, que fueron muchos, se encontraron corriendo por Madrid a las 12 de la mañana, en plena franja horario de máxima calor.

Hace apenas un mes, un joven de tan sólo 21 años, se desplomó tras cruzar la línea de meta de la Media Maratón de Elche. Una de los factores que influyó en el trágico suceso fue la elevada temperatura que se alcanzó durante la prueba: 30 grados.

Con el auge de este tipo de carreras, y sabiendo que las épocas de primavera y otoño son las más atractivas para disputarlas, hacen que en más de una ocasión se alcancen temperaturas demasiado elevadas que ponen en riesgo la salud de los corredores.

La otra persona trasladada al hospital mostró una patología cardíaca al cruzar la meta. No debemos olvidar que correr una maratón, o una media maratón incluso, produce daños cardiacos considerables si no estamos entrenados para ello.

Las cifras de asistencia médica, por suerte, son muy bajas en esta ocasión

No queremos ser alarmistas puesto que las dos personas hospitalizadas parecen estar controladas, y el resto de corredores que necesitaron asistencia fue por causas menores como mareos, lipotimias o alguna caída. Sin embargo, comienza a ser común encontrarnos cada domingo con noticias trágicas derivadas de lo que debería ser una fiesta deportiva.

¿Qué porcentaje de responsabilidad tiene el corredor y qué parte la sociedad? Mientras tomaba un café viendo la maratón en TeleMadrid por YouTube, a eso de las 11.15h de la mañana aproximadamente, Marta Galimany, corredora española que terminó tercera consiguiendo el bronce, tuvo problemas gástricos y vomitó en cuando quedaban pocos kilómetros para terminar.

Lejos de comentar que ante una indisposición lo ideal es abandonar, los comentaristas destacaron el pundonor, la épica y la valentía de Galimany por continuar corriendo, aunque la pérdida de fuerza y el descenso de rendimiento fue notable. Ella mismo lo expuso al terminar la carrera.

¿Dónde queremos llegar con este mensaje?

El problema es cuando convertimos una temeridad para nuestra salud en un acto de valentía. Seguramente hayas visto en más de una ocasión un final de carrera 'épico' en el que el atleta termina a gatas o con síntomas evidentes de un colapso.

Lejos de abandonar, la cultura del esfuerzo nos invita a continuar porque es un acto de superación y valentía. Los profesionales están preparados para este tipo de carreras, y en esta población apenas se producen estas escenas. El peligro real está en los corredores populares que hacen cinco horas en maratón.

Esas personas no están preparadas para correr estas pruebas, y menos aún para 'ser valientes' y sufrir durante tanto tiempo. Esforzarse, superarse y competir es un acto humano para el que estamos diseñados desde el comienzo de la historia. Saber qué luchas lidiar y cuándo abandonar también.

'Me ha apuntado a una carrera de 300 km'

Probablemente en alguna ocasión un familiar, amigo o conocido se ha inscrito a una prueba tremendamente exigente para la que no estaba nada preparado. Con el crecimiento de las carreras de montaña, muchas personas asemejan una media maratón en asfalto al esfuerzo que deberán hacer en montaña, cuando claramente es muy diferente.

Nos inscribimos a las pruebas más desafiantes, y cuanto más dura y exigente, mejor. Eso termina en un porcentaje muy alto en lesiones, mareos y síntomas de indisposición el día de la prueba y siguientes. En el peor de los casos, puede terminar en tragedia o en complicaciones graves.

El objetivo de este artículo es señalar la importancia de afrontar las carreras y los desafíos que somos capaces de asumir. Disfrutaremos mucho más cuando vamos consiguiendo objetivos alcanzables, que cuando queremos que unos meses de preparación sean suficientes para correr una maratón.

'Ni calvo ni tres pelucas' reza el dicho. Tampoco podemos utilizar esto para no esforzarnos y escabullirnos de desafíos intensos. Practica ejercicio, hazlo cada día de forma frecuente y si buscas un reto, prepárate bien para ello. Una maratón requiere de años de preparación si partes desde cero, eso sí, si comenzamos ahora, llegará ese momento.

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Imágenes | Sherise Van Dyk (Unsplash)

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