Chicote investiga la nutrición en las residencias de ancianos: dos nutricionistas nos dicen cómo debe ser la dieta de los mayores

Chicote investiga la nutrición en las residencias de ancianos: dos nutricionistas nos dicen cómo debe ser la dieta de los mayores

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Chicote investiga la nutrición en las residencias de ancianos: dos nutricionistas nos dicen cómo debe ser la dieta de los mayores

Esta noche Alberto Chicote acude, como parte de su programa "¿Te lo vas a comer?", a una residencia de ancianos en la que los protagonistas del capítulo denunciarán algunas de las irregularidades con las que se han encontrado. Sin querer entrar en dichas irregularidades, sí que creemos importante hablar de la alimentación y necesidades nutricionales de las personas mayores y es que, tal y como nos indica Juan Revenga, con quien hemos hablado: "se oye hablar muy poco de la alimentación y nutrición de las personas mayores" a pesar de ser un colectivo que necesita una atención especial en este aspecto.

Por ello, para hablar de las necesidades nutricionales de las personas mayores y de cómo debe ser su dieta hablamos con dos expertos: Juan Revenga (@juan_revenga), dietista-nutricionista y colaborador entre otros en El Comidista o Naukas, con Paula Avellaneda (@centroaleris) dietista-nutricionista en el Centro de Nutrición Aleris.

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Por qué hablar de la nutrición en personas mayores

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Tal y cómo nos indica Juan Revenga, no es difícil escuchar hablar o encontrar artículos y más artículos sobre las necesidades nutricionales de los deportistas o de las mujeres embarazadas, entre otros. Sin embargo, son muchas menos las veces en las que escucharemos hablar - o hablaremos - de las necesidades nutricionales de las personas mayores. En palabras del nutricionista: "las personas mayores son un colectivo ninguneado desde el punto de vista de la nutrición a pesar de ser uno de los que más atención necesita".

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Y, sin embargo, qué importante es que lo hagamos para desterrar mitos, prácticas desactualizadas o consejos nutricionales genéricos. Y esto es importante hacerlo enfocándonos en las personas mayores y no solo en quienes trabajan con ellos. Como nos indica Paula Avellaneda: "las personas mayores piensan “a estas edades ya da igual la alimentación”, “total para lo que me queda de vida, no importa lo que coma”, “ya no puedo modificar mi salud”. Debemos evitar esos pensamientos y concienciarles de la importancia de la alimentación".

Además, hablar de la alimentación y necesidades nutricionales de las personas mayores es todavía más importante. Esto se debe a que, si entre individuos saludables las pautas nutricionales difieren en base a nuestras características, mucho más en el caso de las personas mayores. Revenga señala: "las recomendaciones nutricionales para personas mayores deberían ser muy diferentes de una persona a otra ya que las diferencias individuales en este colectivo son mayores que en otros".

"Las recomendaciones nutricionales para personas mayores deberían ser muy diferentes de una persona a otra ya que las diferencias individuales en este colectivo son mayores que en otros", dice Juan Revenga

Paula Avellaneda se muestra de acuerdo con esto: "hay que tener en cuenta que la población anciana es un grupo muy heterogéneo, ya que engloba diferentes edades (55-95 años), con diversas enfermedades, toma de distintos medicamentos, diferentes grados de actividad física, algunos de ellos van en silla de rueda y otros no, etc. Por este motivo, es importante individualizar cada caso".

Juan nos señala algunas de estas diferencias individuales que ocurren en personas mayores y que se deben tener en cuenta a la hora de realizar una propuesta nutricional: "algunas personas mayores presentarán modificaciones en el aparato digestivo y otras no, algunas no tendrán dientes o tendrán dificultades para masticar, otras llevarán dentaduras postizas, etc." Realizar un plan nutricional o planificar una dieta sin tener estas variables en cuenta supone un grave error.

Cómo se debe hacer un buen plan nutricional para personas mayores

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El primer paso para poder hacer un buen plan nutricional es, para Juan Revenga el siguiente: "realizar una valoración individual y una evaluación del estado nutricional y fisiólogico de cada persona". Para llevar esto a cabo, Juan ofrece, en uno de sus artículos sobre recomendaciones dietéticas para personas mayores publicado en su blog, tres de las herramientas más habituales utilizadas: Malnutrition Universal Screening Tool (MUST), Mini Nutritional Assessment (MNA) y Nutrition Screening Initiative (NSI).

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Una vez hecho este análisis y establecido cuáles son las condiciones y necesidades de cada persona, Revenga nos indica que: "el patrón de alimentación debería basarse en el mismo modelo que el del resto de la población general". Para ello debemos alejarnos de modelos como el de la pirámide, en los que se incluye el consumo moderado de productos innecesarios y poco saludables. Mucho más recomendable son acercarnos otros modelos que el nutricionista señala en su blog como MyPlate o el del triángulo invertido del instituto flamenco.

Avellaneda nos indica que sí encontramos algunas diferencias en las necesidades nutricionales de las personas mayores en comparación con las de otros adultos sanos: "existen diferencias en las necesidades nutricionales de vitamina D, B6, B12, hierro y calcio".

Fibra, proteína, calcio, hierro y vitaminas D, B6 y B12 deben estar presentes en la dieta de nuestros mayores

"Se recomienda aumentar la ingesta de alimentos ricos en estos micronutrientes debido a su menor absorción a causa de alteraciones fisiológicas por la edad, patologías, toma de fármacos, etc. Las recomendaciones de vitamina D son de 600 UI/día en personas entre 51 y 70 años, y de 800 UI/día en mayores de 70 años".

A esto se le añade una necesidad mayor de fibra (fruta, frutos secos, verduras, cereales integrales, etc.), además de un posible aumento en la cantidad de proteínas. Aunque en estas últimas, según la nutricionista: "hay que incidir en cómo se reparten a lo largo del día. Se recomienda repartir en desayuno, comida y cena, con una ingesta media de 25-30g de proteína en cada toma. El déficit proteico en personas mayores suele ocurrir sobre todo en el desayuno y en las cenas".

Uno de los mitos a derribar en la alimentación de las personas mayores es el de la necesidad de suplementos. Paula nos explica: "realmente no es necesario si se tiene una dieta variada y se incluyen de forma habitual frutas, verduras, legumbres, tubérculos, frutos secos, huevos, pescados, carnes, lácteos, etc. según las necesidades de cada individuo. Los suplementos vitamínicos y minerales sólo serán necesarios en enfermedades concretas o si se padecen ciertas deficiencias, pero siempre se deberán tomar por prescripción de un profesional sanitario".

Qué ocurre en las residencias y centros de salud

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Al preguntarle a Juan si en las residencias se están cumpliendo con estos dos puntos anteriores nos indica: "como en todo, hay algunas residencias muy buenas en las que esto sí se está haciendo, pero hay otras en las que no". Desde su punto de vista, son pocas las residencias que sí que los estén cumpliendo y que prestan la atención necesaria a la nutrición.

"La desnutrición en residencias es mayor que la de los ancianos que viven en sus casas, sobre todo para personas mayores de 70 años", nos dice Paula Avellaneda

Paula Avellaneda explica lo siguiente: "por norma general, no hay Nutricionistas ni Dietistas encargadas de preparar los menús de las residencias. En algunos análisis de los menús ofertados, se han encontrado deficiencias nutricionales y de calidad de los alimentos, lo que aumenta la prevalencia de malnutrición y sarcopenia (pérdida de masa muscular y fuerza al envejecer). De forma que se ha visto que la desnutrición en residencias es mayor que la de los ancianos que viven en sus casas, sobre todo para personas mayores de 70 años".

Para explicar una parte de lo que ocurre en estas residencias el nutricionista nos pone de ejemplo la situación de los hospitales: "en el menú de los hospitales la fruta está casi desaparecida y lo mismo ocurre en las residencias (con excepciones)". Y es que, como él nos indica, estos centros tienen unos presupuestos que cumplir y el uso de frutas o verduras resulta más caro y menos cómodo. Esto se debe a que se conservan menos tiempo y son más complejos y costosos de almacenar que otros alimentos menos perecederos - generalmente menos saludables -.

A esto se le añade otro punto clave para Revenga y es que "(en general) se presta poca atención a la elaboración culinaria". La forma de elaborar un plato hará que esté sea más o menos sabroso y apetecible tal y como explica Avellaneda "es importante cuidar el sabor, la apariencia, textura y temperatura de los alimentos, asegurando que se adapte a la capacidad de masticación y deglución del residente".

Imágenes | Pixabay, Unsplash

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