Cuatro claves para crearte una rutina de entrenamiento (y no dejarla en dos semanas) al empezar el año

Cuatro claves para crearte una rutina de entrenamiento (y no dejarla en dos semanas) al empezar el año

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Enero es mes de nuevas metas y propósitos, pero es muy fácil y común dejarse llevar por la emoción de querer iniciar algo nuevo para después dejarlo pronto o ni siquiera llegar a empezarlo.

Tener buenas intenciones y motivación es importante, pero el compromiso para seguir haciendo algo que nos conviene como es practicar actividad física, lo es más. Por eso en este artículo te explicamos algunas claves que te serán de utilidad a la hora de mantener tu compromiso con una rutina de entrenamiento.

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1. Lo que necesitas es disciplina, no motivación

Con la llegada de enero un 40% de estadounidenses se marcará propósitos de año nuevo y casi la mitad intentará perder peso o ponerse en forma.

Pero un 80% de los propósitos de año nuevo no duran ni hasta febrero y en los gimnasios se nota la caída en afluencia cuando pasan los dos primeros meses del año a medida que esos propósitos de año nuevo caen en el olvido.

¿Cuál es el problema que tenemos aquí? La motivación. La motivación se nutre de nuestras emociones y puede ser algo positivo, siempre y cuando la utilicemos para un objetivo a corto plazo. Para algunas personas los propósitos de año nuevo pueden ser toda una motivación, pero teniendo en cuenta que la motivación se basa en las emociones, no puede durar mucho. Nadie puede estar siempre motivado al igual que nadie puede estar siempre riendo o llorando.

Las emociones se basan en la liberación de sustancias químicas que producen una respuesta fisiológica. Si una persona que está intentando ponerse en forma depende de dicha reacción para motivarse a hacer ejercicio, probablemente se acabará agotando, al igual que los propósitos de año nuevo.

Cuando la gente se apunta al gimnasio, lo hace con la mejor de las intenciones. Sin embargo, tomamos estas decisiones bajo un estado mental emocionalmente cargado. La motivación nos ayuda a cumplir los objetivos a corto plazo, pero es virtualmente inútil para aquellos objetivos que requieren un largo periodo de tiempo. Para esto último lo que necesitas es disciplina, compromiso y encontrar una actividad que verdaderamente disfrutes.

2. No pienses que "esto no es para ti"

Esto es algo que a menudo nos limita sin razón objetiva para ello: la idea de que cualquier nuevo hábito o actividad no es para nosotros, ya sea un deporte, un estilo de vida, un nuevo hábito, un hobby o un tema sobre el que queramos aprender. Nos decimos que "esto no es para mí" y nos alejamos de ello, negándonos la posibilidad de aprender, disfrutar y beneficiarnos de ese "esto", sea lo que sea.

Recuerda que la idea de que algo no es para ti solo tiene validez porque tú la estás pensando, pero que depende de ti quitártela de la cabeza y atreverte a probar cosas nuevas. No seas tú mismo tu mayor limitación.

3. Entrena con alguien que tenga los mismos objetivos que tú

Qué decir tiene que no tienes por qué estar solo en esto. Seguramente tengas un amigo, un compañero de trabajo o un familiar que se hayan propuesto objetivos similares a los tuyos. Si no es así, siempre puedes planteárselo a alguien y animarlo a que te acompañe a entrenar. 

De esta manera estableceréis un hábito saludable juntos y os motivaréis de manera recíproca. 

4. Déjate la bolsa de entrenar preparada

Muchas personas van a entrenar cuando salen de trabajar, del colegio o nada más despertarse. Una buena forma de perder tiempo y evitar que te pienses dos veces ir al gimnasio es dejarse la bolsa de entrenar preparada con antelación, de tal forma que lo único que tengas que hacer sea cogerla e ir. 

Si vas al gimnasio al salir de trabajar, llévate la bolsa o la mochila contigo en el coche para que no tengas que pasar por casa. 

Si eres de los que solo puede ir al gimnasio temprano por la mañana por falta de tiempo, otra opción un poco más extrema es dormir con la ropa de entrenar, siempre que esté limpia, claro. De esta manera solo tendrás que levantarte e irte, sin tener pereza por salir de la cama y vestirte. 


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Imágenes | iStock

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