Dejar de cocinar nos está matando: siete beneficios de hacerte tu propia comida

Dejar de cocinar nos está matando: siete beneficios de hacerte tu propia comida

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Dejar de cocinar nos está matando: siete beneficios de hacerte tu propia comida

Por falta de tiempo, de conocimientos o de ganas, cada vez hay más gente que pasa de cocinar. Para algunos, cocinar es un placer y no lo cambiarían por nada, pero para muchos, se trata de una actividad obsoleta gracias a los restaurantes, las aplicaciones para pedir comida a domicilio y los alimentos precocinados.

De hecho, este abandono de la cocina se está convirtiendo en tendencia hasta el punto de que ya se plantea la posibilidad de construir y alquilar pisos en los que no haya cocina y la tarea de la alimentación quede relegada a servicios externos.

Pero tanta comodidad tiene un coste, y en este caso ese coste es nuestra salud. Según un estudio de la Universidad Johns Hopkins, cocinar en casa es mejor para nuestra salud que ninguna otra opción. Da igual si lo que cocinas es sencillo o complicado, si te esfuerzas en que sea sano o no... El hecho de que lo hayas hecho en casa ya te asegura casi totalmente que serán alimentos más sanos y nutritivos y con menos sal y azúcar añadidos.

En ese estudio los autores concluían que los adultos que cenan comida casera entre 6 y 7 veces a la semana consumen en total 140 calorías, 16 gramos de azúcar y 5 gramos menos de grasa al día que aquellos que solo cenan comida casera una vez a la semana o menos.

Si además esos adultos se esfuerzan por comer sano los beneficios son aun mayores: las personas que cenan comida casera haciendo el esfuerzo de comer saludable llegaban a consumir hasta 320 calorías diarias menos.

Los beneficios de cocinar

1. Comida más nutritiva

En muchos restaurantes, pero especialmente en los de comida rápida que reparten a domicilio, los alimentos son altos en azúcares, grasas, sodio y carbohidratos, incluidas sus opciones más saludables.

Al comer en casa está en tu mano reducir lo que consideres innecesario en tu dieta, especialmente los azúcares, las grasas o la sal. Tienes un control mucho más real de lo que comes.

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2. Educación y creatividad nutricional

La comida es mucho más que algo que sabe bien y llena tu estómago. Es uno de los pilares para una vida sana. Cocinar tus propios alimentos, si además tratas de informarte sobre ellos, te ayudará a aprender qué alimentos tienen más contenido en nutrientes como hidratos, proteínas, vitaminas y minerales entre otros.

Además, cocinar puede ser un arte que te ayude a desarrollar tu creatividad, probando recetas y combinando ingredientes para satisfacer tu paladar.

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3. Conciencia de lo que comes

Si tú mismo preparas tus comidas, probablemente aprendas a disfrutarlas y saborearlas más intensamente, lo cual te ayudará a comer menos y saciarte antes.

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Esto es importante porque comer con prisas, simplemente engullendo lo que se nos ponga por delante, y la alimentación emocional en la que comemos cualquier cosa solo para sentirnos mejor son dos comportamientos relacionados con la obesidad y otras enfermedades metabólicas.

4. Control de las porciones

En muchos restaurantes las raciones de comida son excesivas, y eso aumenta los riesgos de sobrepeso porque tendemos a comernos siempre lo que nos ponen en el plato.

Si tu cocinas y sirves tu comida, es muy más fácil que controles las cantidades de lo que comes sin quedarte con hambre, evitando el riesgo de comer demasiado.

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5. Adopción de mejores hábitos

Cocinar en casa es una buena forma de empezar a coger mejores hábitos, elaborando planes semanales de comidas, yendo al mercado y eligiendo productos frescos, probando recetas con alimentos de temporada y asegurándote de que recibes todos los nutrientes que necesitas.

6. Lazos familiares más fuertes

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Especialmente si tienes hijos, los rituales que implica el hacer la compra, cocinar y comer en casa pueden ser una buena forma de pasar más tiempo juntos y reforzar las relaciones familiares. Además, es una oportunidad para enseñar a tus hijos buenos hábitos alimenticios, una forma de proteger su salud en el presente y durante toda su vida.

7. Ahorro económico considerable

Comer fuera o pedir comida a domicilio es muy más cómodo y rápido, sí, pero también sale considerablemente más caro que comer en casa. Si además te organizas de forma que prepares comida para llevarte a trabajar, y aprendes a aprovechar los restos de un plato para hacer otro sin desperdiciar nada, tu hucha lo notará a fin de mes.

Imágenes | iStock
En Vitónica | Aprender a cocinar, una de las claves para mejorar nuestra alimentación

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