Gripe, alergia, y otras causas: qué dice la ciencia sobre el uso de mascarilla más allá del COVID-19

Gripe, alergia, y otras causas: qué dice la ciencia sobre el uso de mascarilla más allá del COVID-19

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mascarilla

Las mascarillas han formado parte de nuestra vestimenta en los últimos dos años. En España dejarán de ser obligatorias en espacios interiores a partir del 20 de abril (con algunas excepciones). El uso de esta herramienta de prevención ha sido eficaz para disminuir el riesgo de contagio de COVID-19, por puede tener el mismo efecto para otras enfermedades como la gripe o la alergia.

Los datos de gripe, alergias y otras enfermedades que se producen por las vías aéreas, han disminuido drásticamente en este tiempo de uso global de mascarillas. Por supuesto, han influido otras medidas como la vacunación de la gripe y el distanciamiento social, entre otros.

Es por ese motivo por el que, aunque ya se sabía, las mascarillas pueden ser unas grandes aliadas para uno mismo y para los demás a la hora de prevenir el contagio de la gripe, las alergias y otras enfermedades similares.

¿Es eficaz el uso de mascarilla para la gripe?

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos recomiendan que si tenemos gripe y salimos de casa utilicemos la mascarilla para ayudar a disminuir la transmisión de la infección. La gripe común es muy similar en la infección al COVID-19, siendo también similares las estrategias para evitar su transmisión.

Algunas medidas de salud para evitar la propagación de la gripe son idénticas al COVID-19: distanciamiento social o físico y el lavado frecuente de manos.

Lo que ha dicho la ciencia hasta ahora sobre el uso de mascarillas para la gripe

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Mucho antes de la llegada de la pandemia mundial por el virus SARS-CoV-2, conocido comúnmente como COVID-19, ya se utilizaban las mascarillas quirúrgicas y similares. No estábamos tan familiarizados con ellas, más allá de series o películas médicas o algunos vídeos de concentraciones masivas en algunos países asiáticos.

Sin embargo, muchos estudios ya mostraban su eficacia como esta revisión sistemática de 2010. En ella se observó que las mascarilla quirúrgicas podrías reducir la exposición al virus en promedio de seis veces respecto a si no la llevásemos.

Dicha revisión sistemática mostraba una reducción de la exposición al virus de hasta 55 veces, según el diseño de la mascarilla. Otro estudio de 2013 también analizó como el uso de mascarillas podría limitar la propagación de la gripe, viendo que existía una reducción de más del triple de casos al utilizar la mascarilla.

Esa limitación de la propagación del virus de la gripe, al igual que el COVID-19, será menor aún si se acompaña con la vacunación, como si concluyó en este estudio de 2017 en escolares japoneses. Lavarse las manos regularmente sigue siendo también una herramienta sencilla y eficaz para evitar el contagio.

¿Usar o no usar mascarilla para la gripe?

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La ciencia dice que sí es recomendable utilizarlas en las personas que están infectadas de gripe y que pueden transmitirlas a través de gotitas al hablar, toser o estornudar. Eso ayuda a reducir el riesgo de transmitir el virus a personas con alto riesgo de complicaciones.

También es eficaz el uso de mascarillas N95 (FFP2) para evitar el contagio ya que este tipo de mascarillas filtra en mayor medida las partículas que podrían contagiarnos.

¿Es eficaz el uso de mascarilla para las alergias?

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Las irritaciones y malestar por algún agente alergénico se transmiten también por las vías aéreas. Si las mascarillas ayudan a filtrar el aire pueden ser una herramienta a tener en cuenta para evitar síntomas moderados y graves de la alergia en esos días donde hay mayor carga del agente alérgeno, como pudiese ser el polen.

Lo que ha dicho la ciencia hasta ahora sobre el uso de mascarillas para las alergias

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El uso de las mascarillas redujo los síntomas de la alergia al polen en personas con dicha complicación en este estudio reciente de hace unos meses. Es por ello que mucho antes de la pandemia mundial de COVID-19 ya se utilizaban mascarillas quirúrgicas.

Los granos de polen pueden ser extremadamente pequeños, pero las máscaras quirúrgicas pueden evitar que sean filtradas a la boca y la nariz. Si el polen no entra a la nariz no se produce la inflamación, congestión, estornudos y exceso de mucosidad que genera dicho alérgeno en personas con alergia al mismo.

Otro estudio que confirma que el uso de mascarillas reduce los síntomas de alergias estaciones es el que se llevó a cabo con 301 enfermeras que padecían alergias. A principios de abril de 2020, aprovechando el inicio de la pandemia y el uso obligatorio de mascarillas, se monitorizó a esta muestra de enfermeras.

Todas las enfermeras informaron que el picazón de ojos o los ojos llorosos seguía siendo el mismo que el de años anteriores. Se debe a que los ojos no están protegidos con las mascarillas, por lo que era inevitable que se eliminasen dichos síntomas.

Sin embargo, sí que disminuyeron los síntomas de alergia aquellas enfermeras que utilizaron mascarillas quirúrgicas y N95 (las que conocemos como FFP2). Las enfermeras que utilizaron ambas a la vez (una quirúrgica más una FFP2) fueron las que informaron de la mayor disminución de síntomas tanto leves como graves.

¿Usar o no usar mascarilla para la alergia?

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Para el polen y otras similares sí es interesante y eficaz, como dice la ciencia. Sin embargo, existe una larga lista de alergias que son más difíciles de controlar con la mascarilla como como las alergias a animales, el polvo o el moho. Suelen darse en casa o en lugares donde no sabemos si habrá poca o mucha concentración del alérgeno.

También hay otro tipo de alergias en la piel que pueden complicarse si utilizamos las mascarillas durante un tiempo prolongado. En esos casos, si está probado y es eficaz, la forma más interesante puede ser mediante vacunas contra la alergia o inmunoterapia.

¿Es eficaz el uso de mascarilla para otros contaminantes aéreos?

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Es común ver como en muchos países asiáticos se utilizan mascarillas desde mucho antes de la pandemia mundial de COVID-19. Son utilizadas para disminuir el riesgo de contagiar y ser contagiado por algún virus infeccioso que se transmita por la boca y nariz.

También son utilizadas para filtrar todos los patógenos que se pueden encontrar en el aire de ciudades muy contaminadas. En España hace apenas un mes se produjo un fenómeno que hizo que nos despertásemos con el suelo lleno de una especie de arena.

Aprovechando que teníamos las mascarillas a mano, muchos la utilizamos para contrarrestar la mala calidad del aire. Al igual que con la gripe y con las alergias, las mascarillas filtraran las partículas nocivas en un muy elevado porcentaje, evitando así los consecuencias negativas de la polución.

Puede que las mascarillas hayan llegado para quedarse, aunque sea de forma voluntaria y en casos y momentos puntuales. Si presentas síntomas de gripe y llevas mascarilla puedes evitar que otros se contagien. Si eres alérgico puedes filtrar el alérgeno en días donde haya mucha concentración del mismo. También para filtrar el aire nos serán útiles. Eso sí, a partir del 20 de abril serán voluntarias (con excepciones).

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Imágenes | iStock

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